OCHO

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Catra se cuestionaba una vez más las decisiones que había tomado a lo largo de su vida. La primera y la que más destacaba era la de cuándo decidió nacer en el lugar de parecer en el vientre de su madre como hacían los fetos listos que de alguna manera ya sabían que existían mejores opciones.

Pero bueno, gracias al pequeño milagro de la vida había podido conocer a personas maravillosas como lo eran sus amigos y, también gracias a eso, ahora estaba a punto de sufrir un colapso nervioso porque estaba a apenas unos metros de la casa de Adora, que en realidad se asemejaba más a una mansión, donde una señora embutida en un esponjoso vestido en tonos crema saltaba entusiasmada con la vista fija en ellas y las manos entrelazadas frente a su rostro. Sus rizos rubios rebotaban contra sus pálidos hombros y enmarcaban su cara como una pieza de arte. Catra tuvo que recordarse a sí misma que en realidad no era la madre de Adora a pesar de tener la misma belleza etérea de su hija.

Adora se paró frente a ella y abrió la boca para presentarlas pero la señora ya estaba saltando a sus brazos para plantarle besos en todo el rostro inexpresivo que le dedicaba. Catra ahogó una carcajada; la rubia del copete se veía como si su alma estuviese siendo succionada fuera de ella. Parecía la escena típica de la niña con la amorosa y sobreprotectora madre despidiéndola en la entrada del colegio todas las mañanas. No sabía si enternecerse o burlarse más tarde del nuevo descubrimiento.

Unos curiosos ojos se posaron en ella y pronto estaba envuelta en un apretado abrazo de bienvenida. Sorprendida, devolvió el gesto con timidez.

ꟷEres tan preciosa como te describió mi niña. Pareces un pequeño angel ꟷpasó una mano sobre el cabello de la chica, la cual inclinó un poco la cabeza por inercia, disfrutando del toque como un gatito mimoso. La señora lanzó un chillido.

ꟷMadre, apreciaría que no invadieras el espacio personal de mi esposa.

ꟷ¡No soy tu esposa! ꟷmasculló la castaña ruborizándose llena de vergüenza.

ꟷLo que es tuyo, es mío ꟷrespondió la mujer adulta en un tono altanero que desencajaba totalmente con sus pintas de muñequitaꟷ. Tengo que evaluar si es buena antes de entregártela.

ꟷNo creo que con tu maquinaria puedas evaluar las áreas en las que pienso centrarme.

De acuerdo, están teniendo una charla con doble sentido.

ꟷUhm ꟷintentó llamar su atención torpementeꟷ, ¿Señora...?

ꟷOh, puedes llamarme Señora Ivanov ꟷCatra alzó las cejas sorprendida por el apellido ruso que jamás escuchó seguido del nombre de Adora.

Adora Ivanov, suena bien.

ꟷSeñora Ivanov, ¿necesita ayuda con el almuerzo?

ꟷOh, sí ꟷse giró de donde estaba estirando la oreja de Adora para guiarla a través del marco de la casa decorado con flores amarillas, blancas y rosas. Notó con extrañeza que, contrario a los adornos que abundaban la estructura, el patio estaba vacío. Adora le había comentado con ojos brillantes sobre su gusto por la vegetación y los picaflores así que ¿por qué allí sólo había césped?

La casa era aún más impresionante por dentro. Amplia, de un tono crema como el vestido de la señora que se balanceaba con la música clásica sonando desde un tocadiscos rosa apoyado en una mesita negra junto a un gran librero. Sobre éste habían fotos de una bebé rechoncha y otras de una bonita niña que Catra asumió era Adora.

Quería verlas de cerca.

ꟷCopetito, coloca los cubiertos.

ꟷ¿Copetito? ꟷpreguntó Catra con diversión.

ꟷPorque es mi copetito rechoncha ꟷexclamó con una voz infantil, atrapando las mejillas de Adora entre sus manos y apretándolas hasta que los labios de la chica inevitablemente se abultaron en un puchero.

ꟷGracias por castrarme frente a mi novia, madre.

Catra soltó una fuerte carcajada sin siquiera pensar en replicarle porque gracias al comentario fuera de lugar sus nervios se habían disipado en un santiamén. Adora tenía esa capacidad.

La señora aplaudió.

ꟷ¡Me encanta tu risa! ¡Es igual de desquiciada que la de mi Jiel!

ꟷNo preguntes por qué me dice Jiel ꟷse apresuró a decir Adora, siendo acallada por su madre que ya estaba explicándole que el Jiel venía de "mi jalea más dulce que la misma miel". Intentando ignorar la humillación, Adora se giró para buscar lo necesario para el almuerzo, puliendo los cubiertos con una servilleta antes de colocarlos en su sitio, procurando que todo se viera perfecto a los ojos de su invitada.

La castaña seguía todos sus gestos con una pequeña sonrisa, olvidando dónde estaba y junto a quién, y es que Adora realizando tareas normales con el rostro concentrado y el cuerpo moviéndose al ritmo de la música era hipnotizante. Muy hogareño, muy cómodo. Muy cálido.

ꟷEntonces, Catra ꟷle llamó la mujer adulta, devolviéndola al mundo real.

ꟷ¡¿Sí?! ꟷsobresaltada, volteó para encontrarse con una expresión cariñosa.

ꟷ¿Puedo considerarte la futura esposa de mi hija o solo amiga está bien? ꟷinquirió con aire juguetón.

ꟷSolo amiga está perfecto ꟷdijo rápidamente.

ꟷEn esta casa no aceptamos mentiras ꟷcanturreó la chica del copete, yendo a la cocina para buscar la gran fuente con un montón de pasta y albóndigas; la cantidad parecía perfecta para alimentar a diez personas. Catra quiso preguntar si alguien más comería con ellas pero al apenas abrir la boca, Adora metió en ésta la punta, sujetándola cuidadosamente con un tenedorꟷ. En una película infantil vi que así se empezaba un beso romántico ꟷy metió la otra punto en su bocaꟷ, y en otra no apta para todo público, esto llevaba a la copulación. Tú decides con qué versión te quedas, pero ten en cuenta que aquí está mi madre y juzgará lo sucia que eres de acuerdo a tu decisión.

¿La señora Ivanov se enojaría si rompo un plato en la cabeza de su hija?

LA CHICA DEL COPETEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora