23

385 58 16
                                    

3 días después.

Yuri permanecía encerrada en su casa. Si días antes se sentía mal, ahora era el doble, quizás el triple.

Se sentía débil. No se pudo siquiera valer por sí misma ante una situación así y de seguro todos pensaban que la debían cuidar más aún de lo que antes ya hacían y eso le dolía.

Le dolía porque quizás realmente necesitaba cuidados, y que jamás sería una persona independiente.

Desde ese día en concreto, su hermana y todos a su al rededor se volvieron más cautelosos en su trato con ella, especialmente su hermana. En ciertas ocasiones lo animaba a levantarse de la cama y comer algo, entretenerse con algo. Inclusive le animaba a salir, pero no.

Sentía algo de miedo...

En todo ese tiempo, no había sabido nada de su unnie. Parecía desaparecida desde que ocurrió todo con su prima.

La extrañaba... Aunque no quisiera aceptarlo, extrañaba sus abrazos.

Aunque no hubiera sabido que hacía Yena después de estar con ella, era la única que la podía tranquilizar con solo rodearle con sus brazos, y es que desde pequeñas ella siempre fue como su heroína sobre todo. Siempre la protegía cuando temía de algo, la abrazaba cuando se sentía triste, todo aquello y más hacían que la extrañara.

Y era doloroso pensar que quizás su unnie ni siquiera estaba pensando en ella

(...)

5 días después

Le habían empezado a llegar llamadas de su madre, pues ésta aun no se había enterado de lo ocurrido.

Dada a la baja en el ánimo de Yuri, le dijo de manera inmediata a Eunbi que quizás debería llevarla al psicólogo, y aquella idea su hermana se la había planteado en algún momento a su pequeña hermana una vez que pudo hacer que saliera de su habitación para darle de comer.

Principalmente se la dijo como una idea, para que fuera Yuri quien decidiera si quería ir o no, deseando por dentro que aceptara.

Pero la pequeña castaña no estaba segura de salir...

(...)

7 días después

─ Yena, ¿qué haces aquí? ─ pregunta Eunbi bajando el tono de su voz, cuando abrió la puerta y la casi pelinegra apareció con la mirada baja. ─ ¿Dónde has estado...?

─ Sé que desaparecí por 1 semana, solo... No sabía si era indicado que sea yo quien haga o diga algo... ─ rascó tras su nuca. ─... El se fue de Seúl, lamentablemente no pudieron hacer nada en su contra, tu sabes... Al menos sé que no se acercará a Yuri ni a esta casa nunca más por si querías saberlo ─ responde, haciendo referencia a su primo.

─ Lo supuse... ─ responde ante lo dicho.

─ Y yo queria saber como está Yuri. ¿Ha comido bien? ¿Tiene... al menos un poco de ánimos? Sé que ha pasado relativamente poco, pero me gustaría saber que ha ocurrido con ella...

─ Yuri... Ella ha estado con pocos ánimos los últimos días... ─ responde algo disgustada, realmente poco sabía sobre como levantar los ánimos sobre su pequeña hermanita. ─ Yo creo... Yo creo que quizás saber que viniste a preguntar sobre ella la anime un poco... ─ Yena suspira... ─ ¿Pasarás a verla? Está...

─ Yo... ─ interrumpe. ─ ¿Puedes... darle esto de mi parte? No estoy segura y creo que tu tampoco lo estás sobre si ella realmente querrá verme o saber de mi... le entrego un pequeño sobre.

¡las amigas lo hacen! ♡ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora