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Yena miraba con atención, sus ojos rasgados, su cara con forma levemente redondeada, sus mejillas eran lindas, mucho.

No podía pasar su presencia por desapercibida, seguía provocando que su corazón lata con fuerza increíble y que sus mejillas se sonrojaran cada vez que tenían un mínimo roce.
A cualquiera de sorprendería que la castaña esté así...

Como una idiota enamorada.

¿Cómo no se pudo dar cuenta antes de eso? No, jamás quiso aceptarlo, pero ahora estaba claro, más que claro.

Seguía gustado de Chan...

(...)

Chris y Felix danzaban en la pista, con una coreografía que se notaba a primera vista que estaba bien ensayada. Yena, junto a Wonyoung y Yujin, los miraban estupefactas.

Al terminar, Wonyoung aplaudió tiernamente y con fuerza, Yujin también lo hizo pero más suavemente y Yena no se movió, estaba apretando sus puños.

─ Gracias, gracias ─ Chan se sentó en el piso y tomó el agua que le llevaba Wonyoung. Felix se sentó a su lado y recargó su cabeza en el hombro del castaño.

─ ¿Por qué me haces esto, Bang? ─ jadeó cansado.

─ Porque te adoro, Feliiix~ ─ rió suavemente, siendo observado por el único pato que se encontraba allí.

¿Por qué Chan y Felix tenían tanta cercanía?

Algo dentro de Yena se sintió en su interior, su estómago revolver. ¿Celos, quizás?

─ Deberíamos volver a casa, ya son las 11 de las noche ─ Murmuró Felix.

─ ¡AH! ¡NO HE ALIMENTADO A AZZO! ─ Yujin se levantó apresurada, tomando del brazo de Wonyoung y corriendo.

¡Nos vemos mañana! ─ Gritó Wonyoung hacia Chan y Felix.

─ ¡Adiós! ─ Se despidió Chan, para luego mirar a la castaña ─ ¿Tu no irás con ellas, Yen?

─ Ah... S-Si ─ Agachó la mirada.

─ Nos vemos mañana, Yen~ ─ Dijo éste, entrelazando su brazo con el de Felix antes de irse.

Los miró alejarse, no sin antes ver como ambos desaparecían en la oscuridad de la noche.

Desde una pequeña intromisión de luz, vio las sombras de lo que parecía ser Chan y Felix.

Yena estaba allí.

Viendo como ambos se daban un suave beso bajo la luz de la luna y estrellas.

Yena huyó, con las manos y los dientes apretados, tratando de controlar sus sentimientos que estaban por la borda.

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