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─ Chan...

─ Oh, Yen, tanto tiempo ─ El castaño sonrió.

De repente Yena sintió que todo el sueño que tenía se esfumaba, y el sonrojo inundaba sus mejillas.

─ ¿Qué haces aquí? ─ Frunció el ceño.

─ ¿Qué más haría aquí~? ─ Entró sin siquiera pedir permiso y tiró su mochila por algún lugar del piso.

─ No me digas que viniste por...

─ Oh por dios... Esto no puede estar pasando ─ Oyó la voz murmurando de Yujin, mirando al recién llegado. Chan la miraba con la ceja alzada.

─ Te lo vuelvo a repetir... ¿Qué haces aquí? ─ Dijo Yena, algo nerviosa por la presencia de aquel muchacho en su casa.

─ ¿Quién llegó, Yujin? ─ Se oyó la voz adormilada de Wonyoung llegar detrás de su pareja, mirando al recién llegado ─ Oh... Por... Dios

─ Wonyoung...

─ ¡Bang! ─ Wonyoung pasó por al lado de Yujin corriendo para lanzarse a los brazos del castaño, con una sonrisa enorme. Yujin los miraba enfurecida.

─ ¡Wonyoung!

Yena miraba la escena estupefacta...
No sabía que se llevaban tan bien. Wonyoung, su amiga con la que siempre peleaba...

Y Chan, su ex novio.

(...)

Pasaron los minutos, Yena y Yujin estaban en un sofá, mientras Wonyoung y Chan en otro. Los dos conversaban animadamente, mientras Yujin ardía en celos.

Yena aún asimilaba la situación.

¿Qué hacía Chan allí? No lo había visto desde que terminaron, y pensaba no volver a verlo nunca más, pero allí estaba.

Se veía igual de hermoso que antes.

Yujin observó a Yena, quien no quitaba su mirada del castaño mayor, y le dió un codazo.

─ Quita tu mirada de ese... Ese... ─ Yujin no articulaba, estaba molesta, celosa, muchas cosas más.

─ Mierda... ─ Pasó sus manos por su rostro.

─ Vine con Felix, nos quedaremos por aquí unos días ─ Habló Chan a Wonyoung.

─ ¡Eso es maravilloso~! ─ Nunca había visto a Wonyoung tan emocionada.

─ ¿Días teniendo que ver a su ex a la cara nuevamente? Eso no sería bueno.

─ Wonyoung, ¿podemos hablar? ─ Dijo Yujin levantándose, mirando a su novia.

─ Pero.. ─ Miró a Chan y a Yujin intercaladamente, pero luego tuvo que ir con su novia. Yena las miraba con nervios y súplica, no querían que la dejaran sola, pero no contó con sus amigas en ese momento.

Chan al ver que se encontraban los dos solos, se dirigió a sentarse junto a la castaña, haciendo que ésta se cruce de brazos y mire al lado contrario al que ella estaba.

─ ¿Qué pasa, Yen? ─ Preguntó el castaño.

─ Como que "¿Qué pasa?" Vienes a mi casa sin previo aviso y quieres fingir que nada a pasado... ─ Gruñó.

─ Te digo ahora que no vine por ti ─ Murmuró ─ Vine a ver a Wonyoung.

─ Ugh, claro ─ Siguió gruñiendo.

─ Sé que no estás cómoda viéndome otra vez, pero podríamos al menos hablar un poco ─ Se acomodó. Cruzando sus piernas ─ ¿Tienes a alguien en tu vida ahora?...

Y eso hizo a Yena ponerse roja, ¿alguien en su vida? Claro que no, él había sido su última pareja hasta el momento.

Pero...

─ N-No por el momento ─ Aquello lo dijo sin pensarlo en los más mínimo. Bajó su mirada.

─ Oh, ¿enserio... ? ─ Chan susurró, acercándose levemente a Yena ─ Y yo que pensaba que podríamos volver ─ Hizo que levantara su cabeza, tomándole del mentón y llevando su mirada a su dirección.

─ ¿¡Q-Que!? ─ Gruñó algo aturdida y confundida.

El chico sonrió coquetamente, dirigiendo sus labios a los ajenos. La pálida se quedó congelada, estaba demasiado nerviosa como para moverse, y mirarle tan cerca no ayudaba.

Casi estaban rozándose sus labios, hasta que...

─ ¡Estoy bromeando, niña! ─ Chan la echó a un lado, empujándole y carcajeándose ─ ¡Tuviste que haberte visto la cara, realmente pensaste que te iba a besar!

Y Bang, con sus carcajadas fuertes, golpeaba todo lo que estaba a su alrededor, y Yena moría en un rojo intenso. Ella pensó que...

Sería difícil controlarse...

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