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Luego de darle la bienvenida a Wooseok, Yena llevó a Yuri a su habitación.

─ ¡Unnie, pero no pude hablar com Wooseok noo...! ─ No pudo acabar de hablar, la mayor había tomado sus labios entre los suyos, poniéndole en la puerta y cerrandola. Yuri tomó los ojos ajenos.

─ No hay tiempo de hablar, mi niña... ─ Dice entre el beso.

─ P-Pero... Yo... ─ No pudo seguir hablando, Yena de recostó en la cama y palmeó su regazo.

─ Solo ven, bebé. Imagina que sólo estamos tu y yo en casa... ─ Yuri se acercó y se subió sobre ella. Se besaron lentamente.

La habitación estaba realmente oscura, sólo se veía una luz tenue cayendo de la ventana que estaba detrás de la cama. La pequeña acariciaba el pecho contrario, mientras la mayor ronroneaba muy levemente entre aquél beso.

Yena acaricia la cintura ajena por debajo del suéter contrario con sus frías manos, trazando circulitos con sus dedos, mandando escalofríos a Yuri.

─ Unnie... ─ Tomó las manos de la mayor, que se encontraban bajo su ropa, y las deslizó más adentro de su suéter.

La piel de la pequeña era cálida, mucho. Siguió mimándola con carisias leves y besos, que producían bajos chasquidos que se oían solo entre ambas.

─ Y-Yena unnie...─ Dijo tímida, al sentir su suéter ser levantado, con la intención de ser quitado de su cuerpo.

─ Tranquila, déjate llevar ─ Logró lo cometido, quitándole el suéter, para ver su delgado cuerpo encogido y piel suave. Le acarició la espalda, mientras juntaba el torso desnudo del menor con el suyo.

─ Unnie... Ha-Hace f-frío... ─ Murmuró.

La arrulló en sus brazos, besándole la extensión del cuello hasta el hombro, logrando hacer que escape leves gemidos y se apegue más a su cuerpo.

─ Tan perfecta... ─ Susurró antes de recostar a la menor en la cama y subirse sobre ella. Tomó la frazada de la cama y cubrió a ambas con ésta, pasando a besarle con delicadeza.

─ Y-Yena unnie... La camisa... ─ Habló entre el beso, algo agitada. Tomó la camisa de la menor y la subió torpemente hasta lograr quitársela también.

Los mimos entre ellas fueron muchos, los roces de pieles lo fueron. La carita de la peliroja estaba ruborizada al máximo.

Al final acabaron durmiéndose, ambas con el torso desnudo.

(...)

Esta vez, Yuri despertó antes. Su pequeño cuerpo estaba siendo cubierto por los brazos ajenos. Cubrió su carita apenada al ver que tanto la mayor como ella tenían el torso desnudo.

También al recordar lo que hicieron ayer. El color subió a su rostro, jamás se había sentido ni hecho algo así.

La miró unos segundos. Sus labios de pato formaban un puchero inconsciente y de vez en cuando ronroneaba con suavidad.

Lentamente, fue despertando de a poco, para ver la tierna mirada de la menor sobre ella.

─ Buenos días, preciosa ─ Sonrió.

─ Buenos días, unnie ~ ─ Habló apenada pero con una sonrisa.

─ ¿Tienes hambre?

─ Un poco ─ Hizo círculos en el pecho ajeno.

─ Si quieres te puedo traer algo de comer. Quizás Wonyoung ya se haya levantando ─ Murmuró lo último.

─ Si ~ Wonyoung cocina bien ─ Dice y el mayor sonrió.

¡las amigas lo hacen! ♡ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora