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Oyó el pequeño bostezo de la menor en sus brazos, removiéndose lentamente. Abrió sus ojos para ver a su pequeña con la naricita arrugada y roja, tapada hasta arriba.

─ Unnieeee ─ Le besó apenas le vio despertarse, y rodeó con sus piernas las caderas de ésta.

─ ¿Cómo amaneciste, mi niña? ─ Acercó su cuerpo al suyo, hacía un poco de frío.

─ Tengo frío... ─ Susurró, escondiéndose en el pecho de la mayor.

─ ¿Quieres que traiga otra manta? ─ Fue solo decir eso para que Yuri se aferrar a su cuerpo como un koala.

─ No unnie... Quédate conmigo ─ Le dio muchos besitos en su pecho.

Se acurrucaron mejor, sus respiraciones era lo único que se oía, y Yuri dejaba suaves besitos que provocaban soniditos.

─ Unnie... ─ Habló la pequeña, Yena dió un sonido, dándose a entender que la estaba escuchando ─ Anoche escuché a Chan oppa y a usted discutir... ¿De que hablaban?

Yena se heló más de lo que estaba. ─... Tonterías que se inventa Chris, estaba ebrio

─ Pero escuché que hablaban de Wooseok oppa ─ Dijo haciendo círculitos con sus dedos en el torso ajeno.

─ No es nada de que preocuparse, bebé ─ Le besó la coronilla.

─ Aquí, unnie... ─ Apuntó sus labios, que se veían húmedos, abultados y rosados. Yena los miró un buen rato hasta que los tomó, dejándole bajo su cuerpo y capturando sus labios entre los suyos.

Los labios de la mayor se movían sobre los de Yuri, quien torpemente seguía mientras rodeaba el torso de la mayor con sus brazos.

Oyeron la puerta de la habitación abrirse suavemente y se separaron lentamente, la respiración de Yuri se encontraba agitada. Yena giró su vista hacia la puerta.

Era Wooseok.

Yena se quitó de encima de Yuri de inmediato. Ésta se escondió en sus brazos, apenada. Agradeció que el chico no haya notado lo que hacían.

─ Yena... ─ Empezó hablando.

─ ¿Si? ─ Deslizó el brazo que Yuri tomaba y rodeó su cintura con éste.

─ Uh... ─ No le salían las palabras de la boca ─ W-Wonyoung me pidió que si podía ir a comprar un poco de azúcar y leche, pero no sé en dónde y... Y también dijo que tú podrías acompañarme... ─

─ Oh, sí, sí... ─ Se sentó en la cama, Yuri tiró de su brazo.

─ Pero unnie...─ Le miró con sus ojitos de cachorrito ─ No me deje...

Yena mordió la punta de su lengua, no podía dejarse llevar y comerse a besos a Yuri, menos enfrente de Wooseok.

─ Espera, mi niña ─ Se levantó de la cama y tomó aquél peluche que dejaba a un lado de la cama y que su pequeña adoraba, y se lo extendió a Yuri. La pequeña peli roja lo tomó y lo apretó en sus brazos.

─ Vuelvo en un rato, preciosa ─ Le dió un beso en la mejilla, Yuri le lanzó un besito mientras estrechaba el muñeco en sus brazos. Tenía el aroma de su mayor impregnado, y Yuri se tranquilizaba de inmediato con éste si Yena no estaba a su lado y le extrañaba mucho.

Wooseok miraba sin decir nada, con las manos detrás de la espalda.

Wooseok salió de la habitación y Yena se vistió en su momento, cubriéndose bastante, para luego salir e ir hacia la entrada de la sala donde Wooseok. En el camino pudo notar como Chan, Wonyoung y Yujin estaban en el comedor.

¡las amigas lo hacen! ♡ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora