—¿Cómo está mi sobrino, Ari? — Ariadna suspiró fuerte viéndome enojada, se podría decir. Después de muchos meses por fin accedí a recibir su visita, supongo que es normal que esté así —. ¿O sobrina?.
—Sobrina, y está hermosa — asentí, su mirada me dice lo que su boca no hace —. ¿Cómo estás tú, Mandy? Me tenías muy preocupada, estas muy delgada. ¿Sigues consumiendo?.
—¿Cuánto es que tiene? — no hice caso a sus palabras —. ¿Traes una foto de ella? Me gustaría conocerla.
—No me evadas, por favor... estamos — carraspeó —. No he tenido paz durante estos últimos meses con eso que no me recibías. Lidia tiene seis meses de nacida y sacó tus ojos. Se parece mucho a Leo, pero más a ti.
—Entonces es feíta. Lidia es un nombre bonito, aunque pasado de moda — reí, y se quedó seria mirándome —. Sabes que no soy de esto, pero dale besos de parte de la tía — eso la hizo sonreír levemente —. Este no era lugar para que vinieras y menos estando en embarazo, Ari. No podías estar exponiéndote solo para venir a verme a este hermoso Hotel.
—Mandy — negó con la cabeza —. Eso ya no importa, lo que importa es que puedo verte y asegurarme que estas bien. Bueno, te conozco como la palma de la mano y sé que me evades para no decirme la verdad; si no quieres decirme que te ha pasado, no me digas, pero no vuelvas a hacer algo así; estábamos con el corazón en la mano.
—¿Quiénes? — inquirí, y se me quedó viendo —. ¿Sigues viviendo con...?
Asintió con la cabeza. Si no le pregunto por Andrew siento que me voy a explotar de ansiedad. Cada día su recuerdo me golpea muy fuerte en el pensamiento y en el corazón.
—¿Cómo está? — susurré.
—Mucho mejor de cómo lo dejaste la ultima vez que vino a verte — confesó —. No era necesario que lo trataras de esa manera, Mandy. ¿Sabes lo enamorado que estaba de ti?.
Tragué saliva.
Estaba, muy bien dicho...
—Pero igual no deja de preocuparse y pensar en ti — las ganas de llorar se me han plasmado en la garganta, Andrew me vuelve sensible. Ese ardor es insoportable —. Él quiere verte, e igual modo se conforma con saber que estas por lo menos viva...
—Pronto saldré de este lujoso palacio — solté —. El abogado ha conseguido que me den casa por cárcel por muchas razones y por decirle a la Detective sobre las bodegas de Dre.
—¿Me estas jodiendo? — negué sonriendo.
—Es cierto — me encogí de hombros restándole importancia, aunque de que vale salir de este encierro si ni casa tengo —. En un par de semanas estoy fuera de este hueco. El abogado me dejará quedar en su casa por un tiempo, y me gustaría que vinieras conmigo. Además, mi deber...
—¿Eres muy cercana al abogado? — hice una mueca —. Me siento más cómoda viviendo con la Señora Adele y Andrew — asentí.
—Bien, quédate con ellos, no tengo problema con ello — dejó caer los hombros —. Solo será temporal.
—Perdóname, Mandy — negué —. Por supuesto que nos vamos contigo en cuanto salgas de aquí. No veo la hora de que conozcas a Lidia.
—Muero por conocer lo que mi hermano nos dejó — sonreímos por ultima vez antes que el tiempo se acabara.
Al volver a la celda, me recosté en la cama perdiéndome en mis pensamientos. Han sido largos meses verdaderamente infernales encerrada en este lugar; los constantes golpes de la gorda, la poca comida que recibo al día y he aumentado el consumo de cocaína. Le prometí al Lic. Wolf dejarla, pero los fantasmas, la soledad, la tristeza, la depresión, el agobio, el encierro; todo me ha ganado con esa batalla interna en la lucha de dejar la droga atrás.
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Peligrosa Atracción[✓]
RomanceA simple vista solemos dejarnos llevar por lo que nos hace sentir un cuerpo hermoso. Para un hombre del común, se le hace tocar el cielo en manos de una sensual mujer que conoce de momento. La atracción es algo inevitable que ocurrirá en una noche d...