Mundo nuevo

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MANDY

Creía que mi mundo debía tener un solo camino, un solo destino y un solo lugar. Sabía que renacer en un mundo el cual era inexistente para mí, era una gran lucha interna; con errores, con lágrimas, con mucho dolor, con esas ganas de dejar todo de lado y no continuar más, con los constantes quiebres mentales, pero, sobre todo, con ese gran empuje que me llevó a subir la montaña y lograrlo es que estoy hoy aquí, siendo mejor persona de lo que llegué a ser en un pasado.

Cada una de las piedras que me hicieron caer de nuevo han sido eliminadas por un ángel que no solo me dio su amor a cambio de nada, también confió en mí a pesar de saber que nada bueno caería a su vida. Jamás pensé que llegara a amar tan profundo a alguien ajeno a el mundo donde nací, y menos que la vida que creí tener en un laberinto por fin me llevara a una salida, una buena salida. Aún recuerdo ese hombre atractivo, nervioso, perdido, amable; cohibido de pasar esa línea creada en su mente. Un ángel que me trajo mucha luz, amor, perdón y felicidad. Un hombre de buen corazón y buena intención, capaz de brindar todo de sí por quienes ama. Andrew aceptó mis defectos y virtudes, no juzgó mis errores y me felicitó y sé que se siente orgulloso por cada cosa y logro bueno que he hecho hasta el día de hoy; cada día me lo susurra al oído. Me sacó de un infierno del cual ya me estaba quemando a gran velocidad, sin importar las quemaduras que recibió en sus manos. Mi vida ahora es mucho más tranquila, feliz y llena de amor, casi perfecta.

Abigail, sí, Andy y yo vamos a tener una preciosa niña. Ella llegó a mi vida dándome un golpe certero en el corazón y bajando cada barrera que había creado contra a un hijo. Los miedos, los fantasmas, cada uno de mis errores llegaron para torturarme en una milésima de segundo. Aquel día en el que el doctor dijo que estaba en embarazo, una enorme bola de culpabilidad me dominó la mente cegando todas mis emociones. Yo no era una mujer ejemplar, no era una buena persona, no me veía en ese mismo lugar en el que estuvo mi madre. Creía que sería como ella, tratando de luchar por no dejar que sus hijos caigan en lo mismo, aun sabiendo que ya todo estaba perdido. Creía que me iba a odiar por haber sido lo que fui. Mi mente y mi corazón estaban tan sensibles con esa sorpresa tan repentina que no podía pensar con claridad y asimilar la noticia de otra manera. Esa noche dormí demasiado entre los brazos de Andy, y fue en mis sueños donde imaginé el aspecto de nuestro bebé. Miles de preguntas me carcomieron por días, pero a mi lado siempre estuvo y ha estado el hombre perfecto; dándome fuerza, valentía, amor y muchas razones para continuar en nuestros caminos juntos.

Pasé días llorando, no de tristeza, sino de una inmensa felicidad indescriptible que me engulle el corazón, al tener en mi vientre una muestra del amor tan grande y único que nos tenemos Andy y yo. No veo mi mundo en brazos de otro hombre que no sea Andy, él ha sido quien me ha levantado en cada uno de los golpes que me han hecho caer. Andy es mucho más fuerte y con gran determinación, de lo que soy yo. Gracias a él, a su amor, es que soy una mujer realizada y feliz.

Le doy una mirada al cuarto donde será la habitación de nuestra hija y más lagrimas me brotan de los ojos, el embarazo me ha hecho aflorar ese sentimiento de llorar por las cosas y personas que tienen gran valor en mi vida. Andy ha puesto mucho esfuerzo para que el mural que dejé hace unos meses sin terminar, tenga vida y color. Las cosas de ella, su ropa, su cuna, sus juguetes, una mecedora y miles de cosas más ya están listas y en espera de la llegada de nuestro tesoro.

Los meses se han ido en un cerrar y abrir de ojos, ya los malestares no son tan fuertes como antes y mi panza está que se revienta. Falta muy poco para la llegada de mi princesa, y Andy no cabe de felicidad. Si antes era el hombre más atento que pueda existir en el mundo, ahora me irrita con tanta dulzura y sobreprotección, aunque me moleste, a la vez me enamora con su delicado tacto. Dejamos la boda para más adelante, por ahora queremos estar con nuestra hija y terminar de organizar la casa para su llegada. Aunque él no quiere que tardemos mucho en unir nuestras vidas.

Peligrosa Atracción[✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora