Siempre me han gustado las motos, los coches y el mundo de la mecánica, por ello trabajaba en un taller hasta que decidí irme. Antes de llegar hasta allí había estado estudiando para ello y de vez en cuando practicando con los coches y motos de mis amigos de ahí que aprendiese más rápido aún además de tener mis propios trucos que a los profesores les sorprendió ya que alguno me dijo con admiración que eso llevaba tiempo de aprendizaje para saberlo. Cuando realmente te gusta algo aprendes hacer cualquier cosa sin importar lo que te pueda pasar, cuanto más sepas sobre lo que te gusta mejor para ti.
Sin embargo mi moto la había tenido que vender para venir a Madrid con el suficiente dinero, era algo que muchas veces recordaba e incluso me dolía por todo el cariño que la tenía, pero la necesidad de tener que mudarme aquí era mayor. Desde hace tiempo pienso en comprar una, de hecho estoy reuniendo el suficiente dinero para conseguir una a la que le eché un ojo hace tiempo ya que si voy a gastarme dinero en una que sea una muy buena inversión. De momento me estoy teniendo que conformar con el transporte público aunque esta noche haré la excepción de coger un servicio de moto prestada donde pagas céntimo por minuto lo cual puede ser muy barato o muy caro pero esta ocasión creo que quizás merezca la pena un alto coste.
-Anaju me voy ya, ¿te importa?- pregunto asomándome por su cuartito.
-¿Eh?- dice colocándose un mechón tras la oreja.
-Que si puedo irme ya, tengo que ir aún en busca de la moto y bueno me gustaría cambiarme de ropa y eso.
-Ah si, claro claro, vete anda y ponte algo decente porque ella va a un nivel que lo vas a tener difícil para llegar- afirma mientras sonríe
-Todos lo tenemos difícil con ella porque es inalcanzable, haré lo que se pueda- río mientras dejo el delantal.
-Recuerda lo que te he dicho, tu elije donde cenar si quieres pero ella el garito que siempre acierta.
-De acuerdo mamá, me voy buenas noches.
-Pasarlo bien anda- ríe volviendo a centrarse en la masa.
Salgo de aquel cuartito para después hacerlo de la panadería, rumbo al tren donde en menos de lo acostumbrado llego a casa topándome directamente con Samantha saliendo de la cocina con un bol completo de palomitas acompañada por su coleta alta, las gafas y una cerveza en la otra mano. Con un leve movimiento de cabeza me saludo siguiendo su rumbo al salón donde entro al oír una risa grave que desde luego no pertenece a Sam. Allí en el sofá, a su lado está Flavio. Ambos sentados en el sofá, Flavio con sus brazos abiertos dejando así hueco a Sam junto a él para que apoye la cabeza en su pecho y comer juntos palomitas mientras ven algo cualquiera en la tele y beben. Sabía que esto pasaría y probablemente Sam aprovechase todos los momentos donde yo estaba con Eva para compartir la casa con Flavio por lo que pese a que aún me sorprendo es una sorpresa esperada.
-Hola- digo entrando al salón.
-Anda, hola- dice Flavio.
-¿Qué tal? ¿Cómo que tú por aquí?- pregunto absurdamente.
-Genial, viendo una peli que me ha invitado Sam.
-Vaya eh, se ha buscado suplente a mis ausencias- río llamando la atención de Sam que se encoje de hombros.
-Y que esperas hijo si tu te pasas el día con Eva, por cierto si vienes a cenar no contaba contigo eh.
-Oye que era broma tonta- rio acercándome a ella.
-Lo mío no, enserio- su cabeza se ladea a mirarme-. No hay cena para ti porque últimamente cenas con ella.
-Hoy también, pero luego vendremos aquí creo.
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En todas partes
Roman pour AdolescentsCuando tu vida es una rutina, estas acostumbrado a vivir en el bucle y te conformas con lo que tienes; un solo cruce de miradas bastará para que el corazón te dé un vuelco y tus sentimientos pierdan el control de lo que creían que era estar enamorad...