Que nadie se entere. {Bakugō x Lectora} (+18)

🔥24🌺

Sumisión y obedencía.

Destellos de luz... Los pequeños rayos de sol que se combinan conforme va entrando la iluminación através de los cristales en las ventanas de aquel acogedor sitio refractando los destellos blancos en colores primarios, las cortinas ligeramente abiertas acompañadas del viento que empezaría a colarse acariciando las telas y por ende colándose por dentro del lugar provocando escalofríos en los cuerpos que están tirados en el suelo.
En aquel escenario se agradecería bastante el hecho de tener una alfombra lo bastante acolchada para evitar el malestar en los compañeros que se encuentran por doquier, mismos que se encuentran entre los brazos de Morfeo descansando plácidamente entre ronquidos y una que otra palabra inconsciente relacionada a su sueño. Pues la mayoría de la clase A se mira bastante cómoda a excepción de dos personas que no se encuentran allí presentes...

Los párpados de tus ojos se abren poco a poco despertando tus sentidos, nuevamente el aroma de una colonia masculina cosquillear tus fosas nasales, lo cálido que se siente tu cuerpo entre las sábanas exquisitamente desnuda manteniendo la cobija cubriendo en su totalidad hasta tu cuello, tus ojos se enfocan mirando frente a frente el velador a lado de la cama, tu lengua percibe un sabor dulce hasta tu garganta, tu cadera está un tanto adolorida, tus piernas un poco temblorosas, tu respiración relajada, aunque cierta sensación en particular te termina de quitar el leve sueño que aún cargas; al desear moverte de tu cintura jala un brazo ajeno tomandote cautiva de su calor corporal cuando tu espalda se junta al pecho del rubio cenizo, quien inhala el aroma de tu cabello aún con los ojos cerrados, complacido en su totalidad libera un pequeño gruñido provocando que sus cuerdas vocales tiemblen dentro de su garganta, su ceño ya estaría fruncido para primera hora de la mañana pero apesar de eso, tú no logras notarlo al estar dándole la espalda y poniendo atención a lo que tu cuerpo siente.

— ¿Te sientes bien? — Bakugō se acerca un poco más a ti de ser posible, acomodando sus piernas entrelazando con las tuyas, sintiendo lo cálido de tus pies los cuales se apartan al tener una pequeña sensación de cosquilleo.

— Buenos días Katsuki. — Como repuesta recibe todo lo contrario, pues con una voz un tanto agotada y ronca apenas logras emitir sonidos.

— ¿Recuerdas todo lo que ocurrió ayer? — Abriendo poco a poco los ojos exponiendo el carmín de los mismos, observa tu cabello oscuro esperando a que hables.

— Apenas estoy repasando todo. — Tu pulso se acelera ligeramente en una pequeña taquicardia, pues eras conciente de que aún eras muy joven para tener perdida de memoria, por lo que sería imposible mentirle al varón quien coloca su mano zurda sobre tu cintura apretando un poco con sus dedos en señal de molestia.

— Anoche te dije ciertas cosas, así que si es cierto que tu pequeña cabeza no recuerda nada, más vale que lo haga. Porque no las volveré a repetir. — Dicho eso, el rubio cenizo se levanta lentamente apoyándose de sus brazos sobre el colchón, solo para lograr sentarse apoyando su fornida espalda sobre la cabecera de la cama y soltar un suspiro un tanto molesto.

— No te molestes tan temprano, eso lo recuerdo claramente. — Girando poco a poco sobre la cama expones tus brazos para cubrir tus senos debajo de la cálida cobija, subes tu mirada hacia el varón sentado a tu lado y con una sonrisa de boca cerrada le dedicas una mirada tierna. — ¿Puedo preguntar algo? —

— Sabes que puedes, el asunto aquí es que decida responder. — Te mira de reojo con un poco de seriedad y calma combinada en sus facciones una vez que aligera la carga sobre su entrecejo.

— ¿Desde cuándo? — Enarcando una ceja ligeramente, la incógnita que ronda por tu cabeza ignoraba las palabras antes dichas por el rubio cenizo, quien como un reflejo enarca su ceja izquierda.