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Tomando el café y la comida salimos de la cafetería. Lo que pasó del resto de la mañana fue ir a tomar unas fotos, fueron muchas, no me arrepiento de tomar ni una sola.

La tarde fue en ir a almorzar y seguir vagando por el pueblo. Esta sería nuestra última noche aquí.

Ya en la noche -que serían cerca de las siete de la noche-  caminando por la calle viendo como algunas personas ya iban y venían de sus trabajos, yendo con sus familias o solos, o en pareja; pasamos al lado de una tienda de comida. Parece que lo único que vemos son tiendas de comida.

—¿Tú tomas?— preguntó Jungkook mirando a través del vitral.

—Bueno, depende, si estoy con la presencia de mi mamá no tomo más de una copa... pero como ella no es— no esperó a que terminase de hablar e ingresó a la tienda. Pasados unos cinco minutos regresó con galletas -ya sé que regalarle, parece que le gustan mucho las galletas- y dos botellas de vino. Hoy se toma gente.

—Por agradecimiento— levantó las botellas —, ya que me dijiste que me ayudarás a hacer muchas cosas antes que regrese al martirio de mi casa, ¿Qué te parece— empezó a caminar, y yo le seguía el paso escuchándolo atentamente —si hoy tomamos estas dos botellas como en una reunión de dos amigos?

Puta.

Amigos.

Jódete.

Vete a la mierda.

No, mejor a la verga.

Mentira.

Te amo.

Me gustas.

No.

No, no me gustas.

Me encanta.

No te vayas.

Te vas, y me tiro a los rieles del tren.

Vagamente moví mi cabeza asintiendo —mmhu— asentí —Me parece súper bien, me parece...

–¿Qué podemos cenar? Galletas no voy a cenar— hizo la pregunta que yo iba a hacer. —Mira, yo soy de esas personas que no le importa y compra de la comida de los vendedores ambulantes. Mi padre es muy delicado con esas cosas, yo con tal de comer hoy compraría eso, yo invito —asiento al instante.

—Vamos, veamos si hay en el parque

—Vamos

Avanzamos hasta llegar y compramos seis panes en total, dos para cada uno... pareciera que no almorzamos, pero, para la noche y tal vez madrugada.

Llegamos a nuestro lugar hospedaje —Siéntate en el piso del balcón— me dijo, y él se fue a buscar dos copas que habían en la habitación por cortesía del lugar. Coloqué las cosas sobre mis piernas. Jungkook apareció con una mesita bajita que antes contenía una maceta con una planta. La colocó frente mío y sobre esta puso las copas y yo coloqué las cosas. Recogió las almohadas con las sábanas. Hacía un tanto de frío, no lo suficiente para no poder estar afuera, pero si teníamos que estar algo abrigados para que no nos diera dolor de cabeza.

Mienstras que arreglaba su sábana para sentarse y cubrirse hasta el cuello sus ojos reflejaban el brillo de la luna, de las estrellas y de los bombillos que cuelgan por las esquinas del parque. Un candil que estaba pegado a la pared lo encendí y ahora eso también se reflejaba en sus ojos.

Me acomodé, abrí una botella.

—¿Quieres?— le dije vaciando el líquido en unas de las copas.

—Por favor— me sonrió, sacó su mano para agarrar la copa y luego llené una para mí.

Recuesto mi espalda sobre la pared mientras tomo la copa de vino, y por el reflejo de esta puedo ver unos ojos mirándome.

El chico del tren [Taekook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora