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Voy con mucho cuidado de no hacer ruido y que salga algún pasajero loco no saliera y pasara algún accidente, llego a donde está una silla doblada que la mantengo ahí, la brisa fría me da cierto frío pero no tanto para decir que no voy a estar ahí, otras veces si hace mucho frío, pero hoy no; desdoblo la silla, me siento ahí y el ganchito para el candil le he colocado una jaula ahí para que solo ilumine y que no se apague por el viento, lo cuelgo y empiezo a leer por donde me he quedado.

Llevando más de una hora ahí leyendo me doy un leve descanso para mirar el cielo estrellado, y casi me caigo de la silla al ver que hay una persona al lado mío.

—Perdona, no quería asustarte— habló el lindo castaño —Yo solo vine por quería ver mejor mejor el cielo estrellado

—Está bien, solo que no sabía que había alguien aquí

—Debí hablar, pero estabas muy metido leyendo, no quería interrumpir la lectura

—Si, no te preocupes, ¿Que haces aquí? ¿Si sabías que los de primera clase pueden tener la ventana abierta si desean?

—Sí, lo sé, solo que es muy poco para observar el cielo así — se sentó en el piso

—Siéntate aquí— me levanté de mi silla

—No, no te preocupes aquí estoy bien

—Si de todas maneras yo ya me iba.. ya es algo tarde— miré sus ojos y veía como las estrellas se reflejaban en sus ojitos que preciosura de hombre

—No te vallas, quédate, no le quiero quedar solo, siéntate tú ahí yo ya he estado mucho tiempo sentado en alguna silla o banca— Sonrió

SONRIÓ, SONRIÓ, su sonrisa si es muy preciosa, gracias a eso yo también sonreí y terminé por sentarme en la silla.

—¿De qué ríes?— me miraba, sentía su mirada en mí, da una sensación extraña, volteo a ver al dueño de la mirada y veo que en sus ojitos está reflejado el cielo estrellado de hoy. También me mira, hacemos contacto visual, por extraño que sea no desvío esta vez la vista, solo me acomodo mejor en la silla para seguir observando y él algo extrañado me sigue viendo, tal vez esperando a que yo diga o haga algo, ¿Qué esperas tú para decirme algo? ¿Hacer algo? Yo no tengo nada que hacer, solo te miro, te analizo y nada más que quedar pasmado con tu hermoso rostro, con tu hermosa aura, con tu hermoso cuerpo que va cubierto con un saco y un suéter muy grueso, de seguro muy caro, que vale más que mi propia vida entera.

—¿Que pasa? ¿Por qué me miras tanto?— reí que finalmente dijo algo, su voz, así perdida, confundida, se escucha suave, como si de un niño que ha hecho algo y se hace el que no sabe nada

Sonriendo y desviando la mirada —Nada, no tienes nada, solo que— Sonreí negando y dolor miré el camino que dejábamos atrás— nada, olvídalo

—Sí, tú también eres lindo— habló al mismo tiempo que lo que dije, y se tapó la boca con su mano al darse cuenta que no dije lo que él esperaba —Perdón, yo, yo no quería decir— suspiró pesado, se notaba nervioso por lo que dijo

—¿Te estás retractado?

—¡No! Bueno sí, digo, ahg, no sé, ni sé lo que dije solo me perdí, olvida lo que dije

—Sí, tú también eres lindo— Repetí lo que dijo y reí un poco, yo creo que ya era tiempo que dijera eso, y es más, eso era lo que él quería escuchar, a si qué ya qué

—¿Cómo?

—Lo que escuchaste, ah, ya lo dije, a si que ya es algo tarde, me voy a dormir — Hice el intento de levantarme de la silla

—No, no te vallas, no me quiero quedar solo, se siente bien estar al lado de alguien por un rato

—Está bien, solo por que es verdad.. ¿Tú nombre? No lo había preguntado, perdón

—Jeon Jungkook ¿Y el tuyo?

—Kim Taehyung... ¿Ese nombre no es coreano?

—Sí— dijo en coreano y mis ojos a nada de convertirse en corazones

—¿Vienes desde Corea?

—No, desde Luxemburgo, nací ahí, solo he venido a dar un gran paseo por Alemania, por lo que tengo entendido es que mis abuelos por parte de mi padre, mi padre nació en Luxemburgo y se casó con mi madre y otros miembros de la familia también venían junto a mis abuelos y llegaron por barco hasta Luxemburgo, no sé cómo pero llegaron, y toda mi vida he vivido encerrado prácticamente, hasta ahora que he tenido el chance de poder salir, el chance pero no permiso, la que me espera a llegar a casa, el fin, ¿Y tú?— me miró

—Bueno, tú historia se parece un poco a la mía, mis abuelos llegaron a Alemania por barco también, ellos consiguieron el trabajo para poder venir acá sin pagar, solo haciendo el trabajo de limpieza, como mucama mi abuela y mi abuelo como el que repara cosas, cuando el barco desembarcó en la costa ellos salieron de ahí, y con el poco dinero que habían logrado sacar de sus ahorros y con el pago que fue poco lograron instalarse aquí, prácticamente huyendo de Corea, sus padres no estaban para nada de acuerdo por su relación, sobretodo por las edades, mi abuela de 16 y mi abuelo de 18, pero quitando eso de la edad por lo que cuenta mi madre que se amaron hasta el último momento, bueno, mi madre madre nació acá ella si es cien por ciento coreana por que ellos dos lo eran, yo pues nací acá también, mi madre coreana y mi padre alemán

El chico del tren [Taekook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora