1

2.8K 271 134
                                    

Martes 01/08/1820

YY yacía el chico de ojos de bambie subiéndose al tren, al tren de cada día, y de cada noche, era la sexta vez que lo veía; lo vi el lunes y el martes por la noche, miércoles por la mañana y el jueves por la noche, sábado en la mañana y domingo por la noche, y hoy martes por la mañana, cualquiera que me viera diría que estoy perdido en su hermosura, es realmente atractivo, creo que él ya notó que lo estoy observando detenidamente, no traigo mi cámara, no puedo capturarlo por ella, pero si traigo mi mente, capturo cada uno de sus detalles.

Su nariz, no es grande ni pequeña, es perfecta; sus labios, son finos y carnosos; su cabello, castaño; su sonrisa, sin dudar alguna, ilumina el tren, lo ilumina, al igual que yo aquí parado como bobo, viendo a un pasajero, mejor me voy a hacer limpieza en el tren.

Trabajo en el tren desde hace ya un buen rato, empecé desde pequeño, para poder ayudar a mi familia, mi abuela y madre, ahora solo mi madre, mi abuela fallecida me manda fuerzas desde allá arriba. Mientras trapero el suelo me voy imaginando como sería dibujar su rostro; trazo una línea aquí, otra allá, color por aquí por allá.

Paso de un vagón a otro, por los que he pasado no me he topado por el hermoso castaño, no lo he visto, y eso que voy ya terminado la segunda clase, ¿Será de la primer? Termino de limpiar aquí; me he topado con algunos amigos, me he retrasado un poco por eso, pero rápidamente lo recuperaré. Sigo limpiando hasta que en una de las habitaciones de la primera clase escucho una hermosa voz, una suave voz, llena de dulzura

"No hay una sola luz en esta habitación

No debería estar acostumbrado a esto

Pero se vuelve familiar una vez más"

Él estaba cantando, estaba cantando, una muy hermosa melodía, nunca antes la había escuchado ¿Él la compuso? A parte de ser súper lindo escribe.. no si, me caso con él.

La puerta de su pequeña habitación se abre junto con un leve pero brusco movimiento del tren, haciendo que mi balde de agua caiga y el agua fluya hasta sus maletas

Me quedé asustado, no sabía que hacer, no sabía como él iba responder, era de primera clase, debe de tener dinero ¿Y si le dice a mis superiores? Voy a valer

-Yo, perdóname, no, no quería hacer eso, enseguida lo limpio- dije como en modo automático, y empecé a limpiar con la cabeza cabizbaja, para que no me identificara

-No te preocupes, solo es ropa. No hay nada por qué preocuparse, gracias por limpiar- dijo con una suave voz, que a cualquiera cautiva

-Vale, ya está- levanté mi cara sin querer para arreglarme mi boina, la que llevo conmigo desde que trabajo aquí

-Oye, yo te he visto en otro lado- dijo analizando mi rostro y yo el de él pero rápidamente negué

-No, creo que te has confundido, no creo que me hayas visto en otro lado

-Si, si me mente no me falla, tú, tú eres el que está en la puerta cada día que he venido

-Eh, no- me descubrió -Te has equivocado- dije nerviosamente saliendo de ahí, tal vez me reclamaba por que lo miro mucho, o simplemente trata de ver mi rostro para decirle a mi superior

-No me equivoco cuando se trata de un rostro- me miraba más -¡Ya sé!- chasquea sus dedos -Tú eres el que me queda viendo cada que subo o bajo del tren ¿Verdad?

-Perdón señor, yo no quería incomodar, disculpe- bajé un poco mi cabeza y mi boina cayó al suelo, la iba a recoger pero el castaño se me adelantó

-Muy linda boina- me la colocó de manera juguetona en la cabeza

-Gracias, perdón por el desastre y por - observé un libro en su banca -, y por obstruir su lectura de -Leí el título del libro- la letra escarlata -sonreí al leer el título, ese mismo libro lo leí como unas cuatro veces ya, era de mi abuela -Me retiro - salí de ahí cerrando la puerta y entrando en otra cabina

-Madre mía- dije emocionado- Hablé con él, aaaaahshdhzhs- me levanté de ahí ya luego de haber analizado cada una de las escenas frente a mis ojos, de todo lo que había pasado, su voz, es tan suave, y confortable, su tacto, se ve amigable, es amable, le gusta leer, canta, creo que escribe, perfecto, él es simplemente perfecto y hermoso.

Seguí terminando de limpiar lo que restaba de vagones y luego tomar mi descanso de almuerzo, comiendo unos panes que mi madre me había preparado.

Lo hermoso de trabajar en el tren es ver por las ventanas, aunque sea trabajando, puedo viajar, sin pagar nada, solo me pagan por hacer mi trabajo, haciéndolo bien cuando toca, como al trabajar ya un buen tiempo, con el jefe me llevo muy bien, él conoce a mi familia, y en parte es bueno, él me da descansos un poco más largos, deja que me salga unas dos horas para explorar cada parte donde vamos, y por eso llevo mi cámara a todos lados, capturando cada parada, cada lugar, cada cosa, puedo decir que he estado por toda Alemania, he estado por cada rincón, hoy sería un viaje más largo, por eso mi madre como si fuera un niño más chiquito me metió mucha comida, la cual está muy rica, y mientras que estoy en las habitaciones de donde nos quedamos por las noches hay una ventana, mirando por ahí comiendo mi almuerzo, esperando por que lleguemos a la nueva estación donde ya acaba mi tiempo de descanso y toca a otro más.

Llegando a la nueva estación termino de guardar lo que dejé de comida en mi maleta y salgo de la pequeña habitación y ahora a ayudar con el carbón en el tren, me gusta estar ahí, puedo ver con más claridad el paisaje, cada cosa. Y por estar haciendo eso me retraso un poco, pero me apuro y estoy ayudando. Lo feo de trabajar aquí que cuando salgo termino todo sucio, pero siempre me pongo un delantal para que mi ropa no se ensucie tanto y que solo mis manos y cara, estas solo las limpio y ya, terminando esto voy a lavarme y voy a ayudar a otro a bajar maletas para los que bajan en esta estación, y ayudar a subir a los que abordan en esta estación. Mientras que espero a la noche termino de hacer cortos trabajos y a revisar los boletos y a cobrar, luego llevarlos a la cabina y ahí guardar el dinero, y mi trabajo y ha terminado, cuando ya mi trabajo ha terminado solo me voy a la habitación a la que estaba ya antes cuando tenía mi descanso de comer, y a dormir un rato, ya que en la noche me toca checar los boletos, limpiar un poco, y ya está como terminado el día de trabajo, y en la noche solo me queda terminar de leer uno de los cuantos libros, me causó cierta felicidad, bueno no, si no que como ¿emoción? No lo sé, peroooo me dio un no se que al saber que el hermoso castaño está leyendo el mismo libro que yo, yo ya casi lo acabo, y se ve que él lo está comenzando, ya he acabado el libro, esta sería como la quinta vez que me lo terminaría, solo lo leo por el simple recuerdo que me genera de mi abuela, leo un libro cualquiera, leo este, leo dos libros cualquiera he leído este, y así voy.

Ya llegada la noche empezamos los otros dos que trabajan en el tren estábamos en esa habitación tomando la cena y ya era en la noche no nos tocaba nada que hacer, solo a otros dos más que son parte de seguridad y estar observando que no pase nada extraño en el tren; como es de costumbre mía en la noche, tomo mi candil y mi cajita de fósforos, caminando con un poco de cuidado a no quemar nada ya que el candil estaba encendido, y llegar hasta el último vagón, donde me quedaba todas las noches a leer un libro, y ahí mismo tenía una cosa para poder tener el candil y leer tranquilo, los fósforos por si se apaga.

Voy con mucho cuidado de no hacer ruido y que salga algún pasajero loco no saliera y pasara algún accidente, llego a donde está una silla doblada que la mantengo ahí, la brisa fría me da cierto frío pero no tanto para decir que no voy a estar ahí, otras veces si hace mucho frío, pero hoy no; desdoblo la silla, me siento ahí y el ganchito para el candil le he colocado una jaula ahí para que solo ilumine y que no se apague por el viento, lo cuelgo y empiezo a leer por donde me he quedado.

El chico del tren [Taekook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora