Revenge: The Game Starts [Editando]

Epílogo.

Este capítulo esta dedicado a una gran lectora @karla-04 ;) lo prometido es deuda.

Narra Luke:

La vida da muchos giros. No todo sale siempre como lo planeas.

Cuando tenía doce años pensé que el mundo era bueno, o al menos que podía cambiar. Que me casaría con la mujer que amo. Que mi hermano Dereck sería el padrino de bodas. Que Sandra tendría muchos hijos, junto a mi hermano, y que seríamos una familia feliz. Pero no todo es color de rosas. Las cosas que me enseñaron de pequeño no sirven ahora.

La injusticia es algo a lo que, lamentablemente, debemos acostumbrarnos.

La pérdida de alguien a quien amamos no se supera; sin embargo, tenemos que vivir con ello.

─ ¿Estás listo? ─preguntó Sandra. Su cabello estaba recogido en una cola alta. El vestido que llevaba era muy hermoso. Su pancita estaba cada día más redonda.

Sonreí con cierta nostalgia.

Estos últimos meses habían sido los más difíciles, y la idea de que Derek no esté aquí para cumplir los antojos de Sandra, o que viera como su hija estaba creciendo con cada ecografía. Bueno, eso simplemente no me dejaba dormir bien.

Asentí sin querer pronunciar ni una palabra.

Me acerqué a ella y la cogí de la mano.

─Yo sé que estaría muy feliz de vernos ahora ─susurró mi mejor amiga en mi oído.

Las lágrimas quisieron salir. Pero no lo permití.

─Lo sé ─respondí en un ligero murmullo.

Caminamos de la mano como solíamos hacerlo cuando éramos niños.

Ninguno dijo nada. Más estaba bien. Últimamente el silencio me acompañaba, pero me sentía cómodo.

─ ¿Las cosas están en su lugar? ─cuestionó Julián una vez estuvo en mi campo de visión.

Lo miré feliz. Su recuperación era increíble. Cuando los paramédicos lo sacaron de la base dijeron que su estado era paupérrimo. Que a lo mejor no sobrevivía debido a que le habían roto muchas costillas y que uno de esos huesos le estaba perforando el pulmón. Después de muchas horas en cirugía, por fin, nos avisaron que la parca no se lo llevaría por el momento.

─Algo así ─respondimos Sandra y yo al unísono.

Reímos.

Él se acercó a nosotros y abrazo muy fuerte a mi amiga, antes de darme una palmadita en la espalda.

En este tiempo se había convertido en un gran amigo, y aunque al principio pensé que tenía sentimientos por Sandra...

─Deja a mi futura esposa en paz ─declaró Cristian con una enorme sonrisa. Me parecía gracioso el hecho de que nunca me imaginé que estos dos terminarían juntos.

Al igual que Julián, su recuperación estaba acelerada. Los cortes que le habían producido los matones de Gustavo, ahora eran superficiales. Su cuerpo ya no estaba tan demacrado.

─ ¿Quién dijo que soy tu futura esposa? ─se burló Sandra. Por más que lo intentaba, ella no podía ocultarme la tristeza cuando hablaba de cosas como esta.

Seguro no podía evitar pensar en Dereck. Justo como hacía yo.

Sin embargo, se estaba dando una oportunidad. Tenía ganas de ser feliz.

─Algún día me dirás que sí ─replicó como un niño pequeño mientras extendía sus brazos para abrazarla.

Mi amiga le correspondió dulcemente.