One month.

3.1K 182 15
                                    

Narra Daniela:

Inhala, exhala - me repetía una y mil veces mentalmente. Estaba a punto del colapso, a tal grado que había olvidado como respirar, ¿algo posible? Claro que sí ya que me estaba sucediendo en estos precisos momentos.

-¿Estas bien? - preguntó Cristian con el ceño fruncido.

¿Bien? ¿Acaso no podía hacer una pregunta más estúpida? ¡Me acabo de enterar que nací por culpa de un hombre que quería que mantuvieran su empresa! ¡Todo porque mis malditos padres querían dinero! ¡No fue por amor! ¡No lo planearon!

¿Bien? Esa palabra ¿Qué implicaba? ¿Tal vez se refería a que aún seguía respirando?

Traté de parar el torrente de pensamientos que amenazo con inundar y poseer completamente mi mente pero me era imposible.

¡No es justo! - pensé furiosa, entonces una frase, que mi madre dijo hace mucho tiempo, me dejo helada: "Nada en esta vida es justo cariño, recuérdalo".

-Quiero hablar con ellos - dije mientras me paraba decidida.

Camine con tanta furia que parecía que aplastaba cucarachas con cada paso que daba.

No tenía una vida ya que todo fue planeado. No tenía padres porque no me querían. No tenía nada.

¿No dicen que tus padres son lo único verdadero que hay en tu vida? ¿Qué después de ellos todo es efímero?

¡Yo no tenía eso!

Sentí como con ese pensamiento hacia que mis ojos se llenaran con lágrimas.

-Daniela, no entres - me llamó Luke desde la puerta pero pase de él.

Me dirigí hacia la sala, donde se suponía estaban ellos sentados.

Lo primero que vi al entrar fue a un hombre alto que estaba de espaldas.

-¿Qué me están queriendo decir? - decía en estos momentos el señor con una voz demasiado gruesa y furiosa.

-Denos más tiempo - protestaba la mamá de Cristian, la señora Evanson - si desea le podemos devolver el dinero que nos prestó.

Vi como el señor cerraba fuertemente los puños, sin ser consciente de mi presencia.

-¡No quiero el dinero! - Gritó - ¡Yo invertí hace mucho tiempo en algo y quiero recoger los frutos de esa inversión!

Mis padres estaban sentados mirando fijamente al señor, con miedo. Era la primera vez que los veía así y me partió el corazón.

-¿Usted quién es? - pregunté haciendo que todos me miraran en la sala con los ojos abiertos.

-Señorita Hale - sonó asombrado el hombre - un gusto, mi nombre es Gustavo Raymond.

Cuando lo vi me di cuenta que no era consciente si se le podía considerar señor. Era mayor que yo, obviamente, pero no tanto como mis padres. Parecía un hombre no menor de 25 pero no mayor de 35.

Su cabello negro estaba cortado como un militar y tenía una pequeña cicatriz encima del ojo derecho, además usaba un sweater, pantalón y zapatos completamente negros.

-Un gusto - repetí poniendo en práctica mis modales inculcados desde pequeña - perdón por interrumpir su conversación, regresare más tarde para hablar con mis padres.

-No se preocupe - dijo "amable", entonces miro algo detrás de mí e hizo una seña con su mano - ¡Cristian!... es bueno verlos a ambos juntos, por fin.

-Gustavo - saludó Cristian mientras me cogía de la mano para que nos sentáramos juntos en un mueble.

¡No! - quise gritarle pero me quede callada.

Revenge: The Game Starts [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora