Revenge: The Game Starts [Editando]

I'm with you.

Narra Luke:

Cambie de posición por tercera vez en quince minutos. Esta vez mi espalda estaba completamente apoyada en la silla mientras mi cara apuntaba hacia el techo como si lo mirara, aunque mis ojos estaban totalmente cerrados.

Daniela. Ese era mi único pensamiento, mi única preocupación.

Llevaba media hora en la clínica en la que la habían ubicado y tanto su hermano, como todos, estábamos en un país completamente desconocido, impotentes y sin saber qué hacer.

Sentía la mirada de Sandra clavada en mí y la verdad hacia lo posible por ignorarla.

Dereck y el amigo de Daniela estaban en la cafetería.

-¿Familiares de la Señorita Hale? - la voz del doctor produjo en mi cuerpo una enorme sensación de alivio.

¡Noticias! ¡Por fin!

Sandra y yo nos acercamos prácticamente desesperados mientras indicábamos con la mirada que hablara rápidamente.

-La señorita ya despertó - dijo con una media sonrisa en la cara. Eso me preocupo - solo pueden pasar de a uno para verla.

La mano de Sandra y su mirada me dejaron en claro que podía entrar.

Alivio.

Camine lo más rápido que pude, aunque parecía que caminaba en cámara lenta. Faltaban dos habitaciones y por fin la vería.

Los pasos detrás de mi indicaban que el doctor me estaba siguiendo.

Suspire frenéticamente y apenas estuve al frente de su puerta entre.

La cara de Daniela no tenía expresión, solo tenía un pequeño atisbo de estar calculando o pensando algo. Felizmente no tenía nada conectado a su cuerpo, aparte de una vía intravenosa, eso era bueno ya que indicaba que no estaba grave.

Sus enormes ojos se posaron en mí y por unos segundos no pude respirar.

-Luke - dijo casi feliz de verme. Eso me lleno completamente. Parecía como si estuviera completo, otra vez.

-¿Estas mejor? - pregunte mientras casi corría hacia su cama.

Iba a responder cuando su mirada se posó en el doctor, que nos dio una última mirada antes de retirarse y cerrar la puerta.

Cuando fije otra vez mi mirada en Daniela me asusto lo que vi. Determinación. Eso era malo en ella ya que cuando algo se le metía en la cabeza, no importaba como, pero lo conseguiría. La mayoría de veces eran cosas buenas, pero en estas situaciones era difícil de imaginar algo de esa índole.

-Necesito tu ayuda - explicó en un bajo susurro.

Se dio media vuelta en la cama, soltando un leve gruñido, y debajo de su almohada saco su celular.

¿Cómo lo tenía? Se suponía le habían quitado todas sus pertenencias.

Todos mis sentidos se dispararon en señal de alarma. ¡Peligro! - gritaba una voz en mi cabeza.

Extendí mi mano al darme cuenta que me estaba pasando su celular. Un mensaje.

Y vi como mi mundo se desmoronaba a mis pies.

La mire rápidamente y estaba dispuesto a no dejar de mirarla. Era como si fuera a desaparecer de un momento a otro.

Me faltaba el aire.

Tenía la sensación de que las paredes se achicaban. El espacio era cada vez más pequeño.

Era vagamente consciente de que todo estaba en mi cabeza, pero aun así el terror no se fue.