Capítulo 33

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- No quería despertarte.- la oí decir, sus ojos estaban húmedos y estaba cansada.

- ¿Que necesitas?.- pregunté.

- Un vaso de agua.- informó, asentí y le cogí el vaso. Ella me mostró una tímida sonrisa y me voltee devastado por mi conciencia. Me culpaba de la muerte de mi bebe y ahora de que Abby me odiara.

- Blake.- me llamó, me volteé y vi que se acercaba lentamente.

- ¿Si?

- Q-Queria disculparme.- dijo, negué.- Si, no fue tu culpa que el bebé muriera, yo también me altere, lo siento, no me iré cariño. Te quiero y siempre hay una segunda oportunidad para volver a quedarme embarazada.- dijo cogiendo mi mano, lágrimas caían por mis mejillas y ella lo notó.- No, no llores Blake.- me dijo besando mis lágrimas, la abracé y subimos al cuarto, me tumbe con ella y hicimos el amor en silencio.

(...)

Abrí los ojos a causa del sol y me voltee, viendo a mi hermosa novia dormir, besé su frente y fui a ducharme. Salí y me vestí para llevar a Zoey y Peter al colegio y después irme a trabajar. Fui a su cuarto y los llamé suavemente.

- Chicos arriba.- ellos abrieron sus ojos y Zoey lloró.

- Papi no.- dijo Zoey, Peter se levantó y se vistió rápido. El ya llevaba un año en el colegio pero Zoey era su primer día. Abby apareció por la puerta ya vestida y arreglada, para trabajar conmigo. Iba con una falda floreada por mitad de muslo, una camiseta blanca ceñida a su cuerpo de tirantes, un cinturón fino marrón, unos tacones con un poco de plataforma blancos y altos, junto una rebeca rosa pálido. Su cabello estaba suelto y iba sin maquillaje.

- Cariño, hoy tienes tu primer día de colegio.- le dije quitando su pijama y poniéndole una falda morada, una polera blanca y unas converse negras. Iba echa una princesa.

- Vamos a desayunar.- dijeron los peques corriendo hacia abajo, Abby rió y sonreí. Fui hacia ella y la besé con amor, ella puso sus manos en mi pecho y deslice mis manos a la curva de su precioso culo. Me separé y deje un corto beso.

- Estas preciosa, nena. Vamos.- le dije dejándola pasar primero. Bajé detrás y fuimos a la mesa a desayunar. Abby hizo la leche de todos y puso magdalenas, dulces y alguna galleta. Comí un vaso de leche y una magdalena y así todos. Peter y Zoey cogieron sus mochilas y montaron en el coche junto con nosotros. Arranqué y conduje hasta el colegio que quedaba al lado de casa. Nos bajemos y noté a Abby nerviosa ante todas las miradas de los padres.

- Tranquila nena.- susurré cogiendo cogiendo su mano. Ella me sonrió y los niños nos sonrieron.

- Papa iré con mis amigos.- dijo mi hijo corriendo con sus amigos. Zoey se quedó con nosotros con una mirada triste.

-¿Que pasa cielo?.- oí decir a Abby, Zoey miraba al suelo.

- No quiero ir al colegio, me pegarán y no quiero estar solita.- susurró mi pequeña.

- ¿Que? Pequeña, no lo harán, ¿quien te dijo eso? Y no estarás solita, tendrás amigas.

- Me lo dijo Petel.- dijo ella mirándome. Peter se ha ganado un gran castigo. Oí el timbre tocar y cogí la mano de mi hija. Abby nos siguió y una profesora mayor se nos acercó.

- Hola cielo, ¿vienes conmigo?.- pregunto la profesora.

- No, mama.- dijo Zoey con ojitos llorosos, vi a Abby que estaba apunto de llorar, no podía ver a su niña llorar.

- Mi amor, eres una campeona. ¿Recuerdas lo que te dijo papá una vez antes de ir al cielo?.- la pequeña asintió.

- Se fuerte y ganaras. También me dijo que te cuidara mucho y que me amaba.- dijo Zoey sonriendo.

- Entonces haz feliz a papa y a nosotros, porque papá te ama desde el cielo y siempre te amará como nosotros.- concluyó Abby casi llorando. Todavía dolía la muerte de Jacob.

- Si, mami.- ella nos abrazó y se fue con la maestra. Abby se tiró a mis brazos llorando y asentí.

- Mi bebe.- susurró.

- Cariño, estará bien, es una luchadora como tú. Te amo.- susurré besándola, ella sonrió y me besó. Nos separemos y fuimos al auto, ella quito sus lágrimas y fuimos al trabajo.

(...)

El día estuvo ocupado y cansado, se notaba a Abby rara y cansada. Ahora nos encontrábamos todos en la cama riendo y pasando el rato en familia. Peter pidió disculpas a Zoey y ella acepto. Pasó su primer día bien, se echo una amiga, llamada Julia, su madre era cinco años mas que Abby y se llevaron de maravilla y estaba embarazada, Julia me refiero, el padre de Julia era también bueno y gracioso, nos llevemos bastante bien.

- Blake.- me llamó Abby, la miré y me sonrió.- Hazme el amor.- susurró, estábamos en la cama y ella solo con braguitas y una camiseta con escote. Me quite los bóxer que solo llevaba y la besé fogosamente, ella gimió y tocó mi pecho, quité rápidamente sus braguitas y me introducí lentamente en ella. Ella gimió y me moví rápido y duro, ella gemía muy rápido y yo le besaba sus grandes pechos y sus hermosos labios. Gritemos al llegar a la cima y salí de ella, la besé y le puse sus braguitas.

- Única e inigualable.- le dije besándose sus labios, me puse unos boxers nuevos y ella se levantó poniéndose su camiseta.

- Iré a dormir a los niños.- dijo, se fue y me acurruque contra la cómoda cama, ella vino al rato y se abrazó a mi.

- Buenas noches, te quiero nena.- susurré besando sus labios, ella murmuro un y yo y nos dormimos.

SECUESTRADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora