Capítulo 23

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Tres años después...

Habían pasado tres años y mi vida no podía ser mejor. Había tenido una hermosa niña, Zoey.

Ella era clavada a Jacob, tenía mis ojos verdes y su pelo oscuro. Mostraba hoyuelos cuando sonreía y eso me enamoraba.

Con Jacob... murió hace dos años de leucemia. Sí, se había alejado tanto de mi y despreciado por no hacerme sufrir. Un mes después de que Zoey naciera, él murió.

Durante mi embarazo, su pelo se cayó y estaba mucho más delgado y pálido. El decía que me alejará de él y lo abandonará pero simplemente no podía. Él acariciaba mi vientre cada vez que lo veía y a mi me era imposible no llorar.

Lía... la adoptaron una pareja joven que vivía a mi lado. Ellos no podían tener hijos y a Lía le adoraron.

Hablamos lo que teníamos que hablar y firmamos. Tenía derecho a ver a Lía siempre que quisiera, y ellos eran felices.

Ahora vivimos Zoey y yo en una casa gigante comprada por Jacob. Zoey tiene dos añitos, y ya andaba. Yo le hablaba de Jacob todo lo que podía y mostraba fotos.

- Zoey, cariño despacio.- dije viéndola cómo corría tambaleándose a por su pelota.

- Mami.- dijo riendo. Sonreí con amor y la cogí en mis brazos. Cogí su pelota y ella la lanzó lejos. Reí y ella corrió hacia la pelota.

Volvió con ella y sonreí. Le tiré un poco fuerte y oí un gruñido. Me levanté y vi a un hombre mirándome con un niño en su mano.

- Lo siento mucho, no me di cuenta.- me disculpé acercándome.

- No importa, mi hijo lanza más fuerte a los pobres perros.- reímos y mi hija se removió en mis brazos.

- Zoey no.- le susurré. Ella sonrió traviesa y reí.

- Es hermosa.- dijo el hombre, era alto y con un cuerpo fuerte. Sus ojos eran azules, su cabello moreno resaltaba su piel morena y sus sonrisa mostraba unos hoyelos hermosos.

- Gracias, por cierto soy Abigail. Me llaman Abby, tengo 21 y ella es Zoey, dos añitos.- me presenté extendiendo mi mano. Él asintió y la aceptó.

- Soy Blake, tengo 24 y mi hijo es Peter, 4 años.- asentí y mi hija le dio un beso a Peter.

- ¿Damos un paseo?.- el chico asintió y los niños pasaron por delante. Me contó que no tenía novia, la madre de su hijo murió en el parto y desde entonces no había estado con ninguna otra mujer.

Yo le conté desde el secuestro hasta ahora, todo lo de Jacob y en la depresión que me hundí cuando murió. Él me miró atentamente, y raramente le cogí una confianza increíble.

- Bueno, creo que debería volver a casa de mi madre.- dije el nervioso. Reí y cogí la mano de Zoey.

- Mami.- murmuró mi hija señalando a Peter, qué estaba mirándome con sus ojitos azules.

- ¿Puedo dormir en casa de Zoey, por favor?.- preguntó el niño.

- Campeón, no puedes molestar...

- Oh, ¡no molesta! Estamos solas siempre, venid los dos y pasamos una noche divertida. Tenemos muchas habitaciones.- mi pequeña saltó de emoción y el niño miró a Blake con súplica.

- Bien.- sentenció Blake, rocé mi mano con la suya y una corriente eléctrica me recorrió. Sonreí y cogí la otra mano del niño.

(...)

Llegamos a mi casa y entramos. Zoey fue al salón con Peter a jugar y yo subí a la habitación con Blake.

- Es bonita la casa.- halagó Blake sonriendo.

- Si.- sonreí con nostalgia. Saqué unos pantalones de chándal para él y yo saqué mi pijama blanco.- Toma, ponte esto, si vas a la habitación de la derecha encontrarás ropa de hombre, bueno y muchas fotos.- él asintió. Se fue y me quité la ropa. Me puse mi short blanco y mi camiseta ceñida blanco con corazones y unas sandalias abiertas negras. Fui a la habitación de al lado y estaba en pantalones solos y mirando una foto.

- ¿Quienes son?.- preguntó. Me acerqué y me apoyé contra su duro hombro.

- Soy yo, Jacob y Zoey.- le explique, salíamos. Yo sentada en la camilla de hospital y Jacob con Zoey entre sus brazos.- Murió de leucemia.- le dije mirando al suelo, él me abrazó y respondí a su abrazo.

- Seguro, siempre estará aquí.- me dijo señalando mi corazón, sonreí y besé su mejilla. Bajamos riendo a la cocina e hice la cena, unos filetes de carne para nosotros. Para Zoey su querido potito de arroz y pollo, y para Peter una sopa de letras, que le encantaban por lo visto.

- ¡A cenar chicos!.- grite sentándome en la mesa. Ellos vinieron y empezaron a comer.

- Esta rico, señora Abby.- me dijo muy educado Peter.

- Dime Abby, señora me hace sentir vieja.- le dije sincera. Él asintió y Blake me miró.

- Esta buenísimo.- dijo cómo un niño pequeño, Blake. Reí mirándolo y seguí comiendo.

Los pequeños terminaron y nosotros también. Estaba hablando con Blake sobre el trabajo. Blake trabajaba en una empresa, y yo no trabajaba. Me ofreció un puesto de secretaria, para él y acepté efusiva.

- Mami.- oí decir a Zoey. La miré y vi como Blake la cogía entre sus brazos. Me acerqué y le acaricié su pequeñita mejilla.- Tengo sueño.- me dijo bostezando, asentí.

- ¿Puedo llevarla yo?.- me dijo Blake, asentí y salió de la cocina. Peter subió detrás de él y yo apagué todas las luces.

Subí arriba y él estaba arropando a Peter. Besó su frente y miró a Zoey. La arropó y besó su frente igual.

- Te adora.- le dije a Blake. Se acercó y salí apagando la luz. Fuimos a mi habitación.

- Duerme aquí, no te vayas al incómodo sofá.- le dije tumbándome en la cama. Él sonrió y se tumbó.

- Nunca conocí mujer tan increíble.- sonreí y besé su mejilla de nuevo. Me di la vuelta y apagué la luz.

- Buenas noche Blake.- le dije. Noté su brazo rodearme la cintura y su barbilla en mi cuello. Dejó un beso en este y sonreí.

- Buenas noches Abby.- dijo antes de que me quedara dormida.

SECUESTRADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora