Capitulo 7

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Me desperté por sentir un cosquilleo en mi brazo, pensé que era Jacob, pero ese cosquilleo solo subía y era como patitas pequeñas haciendo masajes lentamente, me removí un poco y fui abriendo los ojos lentamente, hasta que vi una puta araña mutante.

- ¡AHHHHH!.- grité poniéndome de pie en la cama sucia, todavía en mi mini-pijama, saltaba y chillaba en la cama. La puerta se abrió por un Jacob asustado y dormilón.

- ¿Porque chillas Abby son las 7:00 de la mañana, espera... que haces subida en la cama?.- dijo el viéndome confundido, señalé a la araña y el se guió hasta la araña, la vio y se rió.- ¿Eso? ¿Una pequeña araña?.- yo lo miré fulminante y el solo reía a carcajada limpia.

- Matala por favor, no puedo ver a las arañas, les tengo miedo.- le dije mirando como se reía y casi gritando, el cogió un cojín del sillón que había en ese cuarto y le dio un golpe, haciendo que me tambalease y me cayera de culo en la cama, y él riera aun más.- No te rías joder.- le dije levantándome y dirigiéndome a la ducha. Me metí a la ducha, ya desnuda y dejé que el agua tibia cayera sobre mi cuerpo relajando todos mis músculos y darme tiempo a pensar.

La verdad no entendía que pretendía sacar sus superiores a mi padre, haber mi padre no tenía nada, creo yo, ese que se hacia llamar mi padre, me arrepentí de haberlo llamado así, Jacob me hacía sentir bien, era cariñoso conmigo, era especial, no era como mi ex, que me pegaba y no mostraba cariño hacia mi. La verdad es que, el echo de ser mi secuestrador me asustaba, él me gusta pero no se como decírselo, lo mejor seria alejarme de él... si... lo mejor... alejarme de el chico que me gus... NO, NO, NO, no me gusta debo alejarme de él, debo alejarme...

Salí de la ducha y me sequé mi cuerpo, me puse mi ropa interior y me vestí con unos jeans desgastados, una blusa blanca y un chaleco vaquero, con mis converses blancas. Me hice una coleta alta y no me maquillé. Salí y había una bandeja con comida y una nota. Tomé la nota y la leí:

Abby, he tenido que irme, no salgas porfavor, no hagas nada malo, volveré pronto, chao.

Jacob xx

Leí la nota una y otra vez, ¿a donde habrá salido?, estaba siendo demasiado curiosa, recuerda Abby tienes que alejarte, pensé una y otra vez, me dispuse a comerme la comida del plato.

Terminé de comer y me senté en el sillón a leer, otra vez. Cogí el libro de Ángeles y Demonios, me dispuse a leerlo por dos largas horas...

Dos horas después....

Aburrida ya de leer, me levanté del sillón y me asomé entre la ventana casi cerrada a la calle de abajo entonces mi corazón dio una punzada. Vi a Jacob besando a una chica, preciosa, mucho mejor que yo. Se veía bien como era ella, ya que solo estábamos en el segundo piso, ella era alta, piernas bonitas, pelo negro, cabello lacio hasta la cintura, delgada, los ojos no se los veía, era preciosa, la chica perfecta, seguro sería la chica popular de su instituto, ellos seguían besándose y no me di cuenta cuando una lágrima cayó por mi mejilla. Me la limpié rápido, me ilusioné como una tonta con el y él con esa chica preciosa, justo de su edad, nunca estaría con una niña como yo, habiendo fuera chicas de 20 años con un cuerpo 10.

No quería ver más, así que me tumbé en la cama y cerré los ojos, oí la puerta abrirse y no abrí los ojos, escuché un susurro de los dos.

- Vamos a mi cuarto, deja a la niñata aquí.- dijo Jacob, pensé que me quería, vaya tonta he sido, la chica reía con esa dulce voz.

- Vamos bebe.- le dijo ¿bebé?. Sentí mis ojos aguarse y decidí cuando me dejó mi ex reciente, no llorar mas por hombres inútiles, así que cuando sentí la puerta cerrarse me levanté y miré de nuevo a la ventana, pasaron horas y horas y yo mas me aburría, escuchando solo los gemidos de esa chica, alias perra. Busqué entre la estantería de libros, algo y encontré un cuaderno con un lápiz, los cogí y abrí el cuaderno, habían dibujos muy bien pintados, me llamó uno la atención, era una chica y un chico y ponía una dedicatoria que llegue a leer:

Para Jacob, de su chica favorita y única Ashley, tu rubia, te quiero guapo, no lo olvides.

Ese dibujo eran los dos, esa chica se llama Ashley y era su novia, por así decirlo, esta más que claro es una fresca, tiene que estar más tocada que una guitarra. Pasé la página del dibujo, no perdería mi tiempo viendo eso, había una pagina en blanco, así que empecé a dibujar, cuando terminé me di cuenta que había dibujado a mi madre Kayla, a mi prima pequeña que la adoraba a esa pequeña como si fuera mi hija de tres años Lía y su hermano Matt. Matt era un chico alto, tenía 19 años, moreno, de tez morena, ojos azules, como los míos, y bastante guapo, era simpático y para nada mujeriego, él tenía una novia llamada Alice, ella era castaña, ni muy alta ni muy baja, tenía 18 años, me llevo muy bien con ella, antes... Me iba con ella de compras y eramos cómo hermanas, era perfecta para mi querido primo. En cambio la pequeña Lía, era todo para mi, era mi como mi pequeña hija, era rubia, cabellera rizada, bajita, un poquito regordeta y siempre llevaba unos lazos rosas siempre. Los extrañaba mucho a todos, no pude evitar no llorar, derramé unas cuantas lágrimas, iba limpiármelas mientras retocaba mi dibujo, cuando de golpe se abrió la puerta. Era Mike.

SECUESTRADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora