Dieciocho

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Dante sentía una bruma de oscuridad a su alrededor. Le era tan difícil abrir los ojos. Lo único que podía oír era un llanto.

Se sentía tan cómodo ahí, justo como estaba. Como si los problemas hubieran desaparecido.

No tenía que pensar en nada. En el niño, la guerra, sus padres, su identidad, nada. Ni siquiera en... ¿Dónde estaba Alisha?

Recordaba haberla buscado, llegar a la biblioteca, sus ojos con pánico. ¿Por él? ¿Acaso le tenía miedo? No, no, no, eso era imposible. Ella dijo que no le temía.

Quizá sería mejor quedarse ahí encerrado sin pensar en nada.

¡Oh no! Otra vez ese llanto. ¿Quién era?

Abrió los ojos poco a poco y como si de un televisor se tratara podía ver todo lo que su cuerpo hacía. Y el llanto provenía de su mate.

Debía salir de ahí. Recuperar el control de su cuerpo.

¡Ahora!

Por otro lado Ancel buscaba desesperadamente a su amigo. ¡por dios! Si solo lo perdió de vista unos minutos.

Le preocupaba que cometiera un error. O al menos que Ashka lo haga. Paso corriendo a su recamara, y con la llave que tenía guardada en el bolsillo abrió una pequeña puerta oculta tras el espejo. Sacó una jeringa y la llenó del líquido azul que contenía en un frasquito de vidrio. Luego corrió escaleras abajo y siguiendo el olor llegó a la biblioteca.

- joder.... Esta cerrado - Susurro. Sintió un pequeño golpe en la puerta, como si alguien hubiera chocado.

Acercó su oído.

- Vamos Alisha, no llores, esto es motivo de celebración. ¿Acaso no te alegra que nuestro cachorro siga vivo? Ignorando el hecho de que esta perdido. Pero claro, lo buscaré y lo traeré de vuelta con nosotros, donde siempre debió estar. - Entonces era cierto. Alisha y Dante tuvieron un bebé hace mucho tiempo. Pero solo Askha lo sabía. Ahora no le quedaba ninguna duda al Alfa Ancel.

- Por favor... No sigas con esta broma de mal gusto. - Alisha había menguado su llanto. ¿Podía ser cierto? Esperaba con toda su alma que ésta no fuera una broma.

- Que no es una broma. Hablo encerio. Te lo traeré de vuelta a tus brazos, cueste lo que me cueste. Es una promesa.  - Ashka tomó en brazos a Alisha y la acomodo con cada pierna alrededor de su cintura mientra el se sentaba en un sillón.

Una posición bastante sugerente según la autora.

- Entonces, si está vivo, ¿a quién enterre, a quién le lloré?

Ashka acarició el rostro de su mate, buscandole alguna tipo de calma. Acarició su cuello viendo como esta se relajaba notablemente. Le encantaba el toque de esas manos.

- o Bueno, ese cachorro era de alguien más. Un cachorro humano. - Le susurro mientras seguía acariciandola.

- Entiendo. Estoy más calmada. - Alisha se acomodó con su rostro entre el cuello del Alfa y abrazándolo, buscando consuelo inconcientemente.

-Lo sé. - las motas de aroma que soltaba su alfa al fin estaban surtiendo efecto.

- Tenemos un bebé. - Susurró otra vez. Su corazón estaba tranquilo. Aceptando el hecho de que su niño estaba vivo. Al fin estaba en paz. Tenía tantas ganas de conocerlo. De ver como era. De abrazarlo.

- Ahora no es un bebé Alisha. Es un niño. Un varón sano, fuerte por lo demás. Que está solo sin saber la verdad. Lo buscaré, lo traeré de regreso a tus brazos, recuperaremos la corona y le daremos una buena vida. Es una promesa, hasta la muerte. - Abrazó con fuerzas a su mate, sin llegar a incomodarla. O despertarla del todo.

- No quiero que me marques. No te enojes, pero preferiría que lo hiciera Dante cuando este en sus sentidos. ¿Podría Ser? - preguntó.

- Bueno. No te niego que me encantaría ser yo el que te marcara. Pero si esos son tus deseos por mi esta bien. Dante despertó hace unos minutos. Bloquee su oído, así podrás decirle tu misma la verdad.

- Gracias. - Alisha finalmente se quedó dormida. Las motas de aroma de un alfa si que eran poderosas. Podía hacer que cualquiera cayera a sus pies si las soltaba. No creía que funcionaran con la mujer. Pero se sorprendió al ver que aún siendo humana respondía a sus demandas de hombre lobo.

Quizá el hecho de ser pareja destinada ayudaba en este hecho.

- De nada. Ahora duerme un momento. Yo iré a resolver algo afuera.

Se levantó junto con una Alisha dormida en sus brazos. Luego la acomodó en el sillón para que durmiera. Busco una manta en uno de los muebles y la arropo. Beso su rostro.

Abrió la puerta con la llave y salió.

Afuera estaba el Alfa Ancel de brazos cruzados. Escondiendo la jeringa.

- Sé lo que escondes. No será necesario. Me la pondré yo mismo. - Aquel líquido azul era muy conocido por él. Era para poder hacer volver a Dante y a él dormirlo por un tiempo. Solo hasta que Dante recuperara el control de su cuerpo.

- ¿Qué le hiciste? - Preguntó enojado el Alfa Ancel.

- Eso no es asunto tuyo. - Tomó la jeringa de sus manos y se la inyectó directamente en el cuello. Más concretamente en la yugular.

- ¡Pregunté qué ¿Qué le hiciste?! - Lo tomó de cuello la polera y lo empujó a la pared. Ambos eran casi del mismo porte. Asique no les era difícil mirarse a los ojos.

Ambos sacaron los dientes y comenzaron a gruñir.

Ashka sin dudas era más fuerte. Asique dando uso a sus ventajas lo tomó del cuello con fuerza y lo tumbo en el suelo con el arriba. Dominando su cuerpo bajo el suyo.

- Que Dante no se haya dado cuenta de tu atracción hacia mí mujer, no significa que yo sea igual de estúpido. Recuerda que tu eres amigo de Dante, no mio. Si yo quisiera te habría matado la primera vez. Pero mi voluntad y la de mi humano era débil. Eso cambió porque tengo a mi mate a mi lado. Ten cuidado. Si no fuera porque me ayudaras a cumplir mi propósito ya estarías muerto.

Ancel respiraba con dificultad. El apretón y el aroma a dominación que soltaba aquel alfa lo tenían con el cuerpo entumecido y la voluntad por el suelo. Su dignidad como alfa y su orgullo al igual.

-No tengo ninguna intención de quitarte a tu mujer. - habló con dificultad. Ashka soltó su cuello y guardo su aroma. Ancel se sentó rápidamente en el suelo tocando su cuello mientras recuperaba el aire.

- Es bueno saberlo. - Ahora quien sentía su voluntad por el suelo era Ashka.

- No tengo intenciones de quitartela. Pero si en algún momento llegas a hacerle daño...

-eso no pasará. Yo la protegeré.  - Declaró.

- Es bueno saberlo.

Ambos sonrieron por la broma de aquellas palabras. El cuerpo de uno de ellos cayendo al suelo desmayado mientras el otro corría a socorrerlo.

- Ya despierta Dante. No te imaginas la que se viene.












Pero weno weno weno. ¿Ahora que prosigue? Votar? Comentar? Seguirme? Todas las anteriores? Ndheee broma broma. Pero si quieres no es broma :)

Espero disfrutaras del capítulo. Ten un bonito día. :3

De rodillasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora