Nueve

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A la mañana siguiente Alisha despertó exaltada en su cama. Con el corazón en la boca bajó lentamente la mirada a su cuerpo viendo con sorpresa que estaba vestida.

'debe haber sido un sueño, que alivio' dentro de su cabeza quería imaginar que todo aquello no había pasado. Asique siendo positiva se levantó de la cama queriendo ir al baño.

Su sorpresa fue sentir un ardor minúsculo en su zona íntima y además un espeso líquido callendo de su femineidad. Abrió sus ojos tan grandes que podría creer que saldrían de sus cuencas. Sin perder tiempo corrió al baño y sacó toda su ropa, viéndose en el espejo de cuerpo completo que conservaba en el cuarto  vio su cuerpo lleno de las marcas que dejó la pasión de la noche con Dante, además de su semen deslizándose por entre sus piernas lentamente. Moretones de dedos en sus caderas, cintura y hombros, chupetones por todos lados, ¡incluso en su espalda y trasero!

Estaba realmente indignada y molesta.

'¿como pude caer tan fácil?' se reprochaba mientras golpeaba su frente con la palma de su mano.

Sin perder tiempo se puso bajo el chorro de agua tibia y limpio las "impurezas" que dejó Dante.

Ella ignoraba que, de manera no intencional, quien tenía la culpa era Dante. El, con su testosterona suelta en el aire la había seducido sin ella darse cuenta.

Mientras tanto Dante estaba en el otro baño aseandose entre una nube de felicidad. Le había hecho el amor a su mujer ¡joder que sí! Se sentía dichoso. Casi podías verle los corazones en los ojos junto con una sonrisa lobuna. Por alguna extraña razón queria cantar. Si, quizá ese era el sentido de estar enamorado, tanto como el lo estaba de Alisha.

Una vez terminado su baño se dirigió a la habitación de su mate para darle un cálido despertar. Pero no la encontró en la cama.

Sin embargo escucho el sonido del agua correr en el baño. 'debe estar aseandose' pensó. Aunque le molestara pensar que el agua quitaría su aroma de ella, no iso más que pensar en lo feliz que estaba, no opacaria su felicidad por su posesividad.

Se tiro en la cama y se acomodo para verse casual, aunque incomodo mejor se sentó, volvió a acostarse, se puso de espaldas y volvió a sentarse. Estaba nervioso.

Al fin, vio salir a su Alisha envuelta en una toalla sin nada debajo de esta. Las escenas de la noche anterior pasaron fugaces por su mente.

Ella iba tan distraída que no se fijó en su precencia hasta que sintió unas manos en su cintura y el aliento cálido de un hombre en su cuello.

Se dio la vuelta abrumada y observó los ojos oscurecidos de Dante.

- ¡joder que susto!

- Ey... No soy tan feo muñeca. - digo Dante con una mueca divertida. Ignorando la mirada desdeñosa de la chica.

-Sueltame. - Alisha fijó su mirada en la pared mientras apartaba cuidadosamente las manos que tenía en la cintura, sin conseguirlo claro. Estaba más que molesta. El la llamada muñeca cuando estaban "juntos" y aunque antes le causaba ternura ahora solo le causaba asco, o eso quería hacerse creer.

- ¿Por qué? - Contrariandole afirmó su agarre abrazándola por la espalda. Era una escena de lo más romántica y comprometedora. Dante debía encorbarse un poco para poder abrazarla bien. - ¿ahora te molesta? - Pregunto con coquetería.

- Joder, ¡solo quítate! - grito molesta. Dante quedó paralizado. De pronto toda su felicidad se iba por el caño. Arrugó la cara como si le hubiesen golpeado las pelotas y se separó de ella como si de alguna forma le doliera tocarla. Alisha respiro al fin tranquila aunque se sentía vacía sin su toque.

De rodillasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora