Diecisiete

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Csmre pase a publicar el capítulo anterior sin querer wn!!! Ahhhhhh!! Pero ya está. Listo nada que hacerle. Sigamos.

\(-_-)/






Dante apenas y terminó de escuchar la conversación. Lo único que le cruzaba por la mente era el niño. ¡Un niño heredero! Bien podría ser su medio hermano o hijo suyo. Lo último claro era prácticamente imposible. Los lobos no podían tener hijos con alguien que no fuera su alma gemela o su pareja de linaje. Además el siempre ocupó protección, se trataba más que nada de higiene para las mujeres con las que estuvo y aparentar. Ya que como mencioné no podia embarazar a nadie más que Alisha al ser hombre lobo, y ellos no sufrían de enfermedades sexuales.

Así que sólo había una explicación en todo esto. El bebé que Alisha creía había perdido no estaba muerto, y era suyo o tenía un hermano perdido.

Quería pensar que era lo último.

Ashka estaba enfurecido. Su cachorro había sido robado. El no tenía dudas. Ese niño perdido era su primogénito. Sus instintos le dictaban cuidarlo, protegerlo, pero también castigar a quienes eran los culpables. Por alguna razón extraña quería dominar a Alisha. Si esta hubiera estado marcada desde el principio su humano no se habría ido dejándolo encerrado en su interior. Debía instintivamente terminar lo que empezó aquella noche cuando la anudo. Debía terminarlo.

Sin embargo Dante estaba aterrado. Si ese niño resultaba ser su hijo explicaría el embarazo de Alisha y su pérdida por igual. Él la abandonó cuando más necesitaba su apoyo. Se sentía el ser más miserable de la tierra. Un poco ogro cuando mucho.

Su instinto mismo le decía por dónde debía ir para encontrar a Alisha, porque él estaba perdido en sus pensamientos.

Muy pronto se dio cuenta que su mate estaba siendo acorralada contra la pared de la biblioteca mientras apretaba con fuerza un libro de historia mitológica contra su pecho, aterrada, por nada mas y nada menos que él mismo.

Alisha estaba asustada, más que asustada preocupada. Jamás había visto los ojos de su pareja de ese color escarlata. Tenía las garras un poco salidas y se veía incluso más corpulento que antes. Más intimidante.

-d-Yo... ¿Qué pasa? - Su voz estaba temblorosa, cada aliento parecía querer ahogarla.

Dante no era él mismo. Parecía ser que Ashka había tomando el control. Al parecer sus emociones lo estaban controlando.

"Debo marcarla, debo marcarla, debo marcarla, debo marcarla. Solo así será mía por completo. Nunca nos separemos y nuestros futuros cachorros nacerán sanos y fuentes. Debo hacerlo. Debe ser mía"

Los pensamientos de Ashka eran incoherentes, y aún así marcaban por completo su posesividad.

Alisha temblaba de pies a cabeza. Su cuerpo estaba actuando extraño. Su mente le decía que corriera, que no dejara solo a su pareja, que lo ayudara, pero que corriera. Era extraño. Y por otro lado, su cuerpo quería saltar a los brazos de su pareja, besarlo desenfrenadamente mientras se entregaban el uno al otro en los placeres carnales.

- Debes ser mía. - La voz ronca de Ashka resonó exquisita en el libido de Alisha. Sin siquiera imaginarlo su vagina estaba mojada, sus labios resecos y sus pupilas dilatadas, todo claro gracias a las motas de feromonas alfa que estaba soltando Dante de forma descarada. Quería tenerla.

- Ya soy tuya. - La respiración de la chica se volvió pesada.

Sus labios estaban tan cerca que el aliento de ambos chocaba. La diferencia de altura era inmensa y aún así podían mirarse directo a los ojos.

De rodillasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora