Uno

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Sueños excitantes.

Como me gustaría estar soñando y no haber escuchado. Desearía no haberme quedado detrás de la bendita puerta del hospital en el que me encuentro. No haber escuchado la palabra cáncer. Pero nada puedo hacer. Mi madre tiene cáncer.

Me dejo caer en el sillón, del cual no debí dejar en ningún momento.

Dios, no sé qué hacer en este momento. Mi madre puede morir, aún no es seguro pero es una posibilidad. Cuando papá murió fue devastador para las dos. Nos quedamos solas, ya que familiares no teníamos. Al menos no cercanos o que nos aceptaran. Al mamá ser huérfana y casarse con papá, un hombre de dinero, nacieron los prejuicios familiares y las negaciones hacia nuestra parte. Papá, ¿ahora qué are?.

Dios estoy divagando.

Veo a mamá salir con una sonrisa, aunque se que por dentro está destrozada como yo.

- ¿Que tienes mamá? -Ella no debe saber que oí la conversación que tuvo con el doctor. Los malestares habían comenzado hace poco, un pequeño dolorcito en el pecho, nauseas, ojeras, cansancio.

- Lo comentaremos en casa querida , ¿te parece si vamos al centro comercial a probar bocado?

-Bueno, me parece bien.

Emprendimos un viaje de 10 minutos en el coche junto a nuestro chófer y guardaespaldas Esteban. Un hombre de armas tomar, muy guapo a su edad de 57 años. Se conserva bien debido al ejercicio que hacía en las mañanas.

No me es desapercibida la forma en la cual mira a mi madre, guarda calidez en ella. Aunque mamá parece no darse cuenta o hacerse de la vista gorda. Aún así es un buen partido. Tenemos años de recibir su servicio, 10 para ser exactos. Así que confío en que no le haría daño.

Desde que murió papá, mi madre no ha vuelto a rehacer su vida amorosa, se que lo amó como a nadie pero pienso que debería darse la oportunidad de ser feliz.

Pedimos una hamburguesa y una bebida exprés en Burger King, "podremos ser gente de dinero, pero no se nos olvidan nuestros inicios" decía siempre mi madre.

Al llegar a casa las cosas se hicieron un poco más complicadas, ya que indudablemente teníamos una conversación pendiente.

- Mamá. -Las lágrimas sin permiso se acumulan en mi ojos al ver a mi madre como siempre viendo sus ya conocidas telenovelas mexicanas de la tarde, pensar en cómo cambiará todo de hoy en adelante me causa una enorme inquietud. - Se que tienes cáncer, pero mamá, haremos lo que sea necesario para ganar la batalla, no estás sola... yo siempre estaré para ti mamá.

-Hija mía, siempre es una palabra demasiado pesada. Estoy más que tranquila mi niña, podré con esto y mucho más. No pienso irme sin ver antes a mis nietos. -Sonrio por sus palabras, mamá sueña con verme casada y con una familia. Yo lamentablemente no comparto su sueño. Aunque si es por mamá, haría lo que fuera. Si tan solo supiera el terrible error que cometí en mi juventud. No sabía lo que hacía.

-Tienes razón, puedes con esto y mucho más. -Si hay algo que amo de mí madre es su fortaleza, su carisma. Es una luchadora.

●~●~●

Al llegar la noche cenamos en un silencio armonioso, jamás fueron mal llevados los silencios entre mamá y yo. Es la mejor madre que pudo haberme tocado.

Me di una ducha, me puse solo mi enorme camiseta desgastada, es muy cómoda. Amo dormir solo con ello puesto. Sin pedirlo caigo en los brazos de morfeo.

-Alysha, mi amada alysha, ¿Por qué tan callada? -su voz ronca se escucha mientras rozaba con sus largos dedos mis pechos. Suelto un agudo gemido. No me averguenzo de mi cuerpo, pero la desnudez en la que me encuentro ahora frente a los ojos de el, me incomoda.

De rodillasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora