11.- "Baby, we'll take it slow"

437 71 6
                                    

TW: Actividad sexual explícita.
________


Lo que se olía en la casa era el puro olor de la marihuana quemándose en medio de un papelillo recién formado, perfectamente enrollado y sin ningún hueco por el que se pudiera escapar la relajante droga. El ciclo del "vuelo" estaba marcado por levantarse, comer, verificar que el laboratorio no se estuviera pudriendo y comenzar a fumar con una taza de café a un lado. Mientras el humo se escapaba de los labios de Renjun con toda la delicadeza del mundo, Na Jaemin parecía un verdadero loco intentando ordenar todo, tanto dentro de su cabeza como de la casa, que si no fuera por él todo estaría patas arriba.

Finalmente a Donghyuck lo apresaron por un año del cual ya llevaba seis meses, se aprovechó de todos los vacíos legales para finalmente tener la condena mínima: un año tras las rejas y la restricción de su deber civil, cosa que igualmente nunca cumplía. Prefería pagar multas insignificantes antes de que lo sometieran a test de drogas.

Por parte de Na Jaemin él ya tenía en claro que Jeno lo había llorado como un muerto. Habían pasado seis meses desde la última vez que hablaron y seguramente estaría maldiciendo su cadáver inexistente.

Renjun sabía que no debía echarse a morir, siempre le estaba salvando el culo a su amigo fuese la situación que fuese, arriesgando su propia vida en salvar la ajena por el miedo de quedarse solo otra vez.

Al terminar de barrer el pasillo de la casa, Na Jaemin se encerró en el laboratorio junto a Renjun, esperando que su mera presencia le levantara más el ánimo aún fuera por diez segundos antes de que lo echara y tuviera que buscar otra cosa con lo que calmar las voces e impulsos en su cabeza.

—Si viniste a darme el sermón estoy demasiado drogado como para escucharte.

—Ya es poco más de medio año viéndote todos los días, Renjun.

No bastó más que ese simple argumento para que el mayor accediera a que Na se sentara a su lado y comenzaran a compartir el mismo porro. Si Renjun era así de hostil de buenas a primeras es porque seguía consciente, poco drogado, pero consciente.

—Siento que es mi culpa.— Al escuchar aquello Na Jaemin solo atinó a darle un par de palmaditas suaves en la cabeza, intentando que se calmara y botara todo lo que tuviera que decir. —Si tan solo le hubiera gritado a Donghyuck más fuerte... Estaríamos igual que todos los días.— Un fuerte suspiro se llevó el humo que alojaban los pulmones de Huang, luego dándole la última calada al cigarro de marihuana que tenía entre los dedos. —Pero si no era Donghyuck eras tú...

—¿Desde cuando te importo tanto? Pensé que era una molestia.

—Cualquier persona a la que haya dejado meterme una patata con leche es bien valorada en mi vida.

Entre risas por el recuerdo ambos chicos se quedaron observando por la ventana hasta que Na Jaemin decidió comenzar a acercarse lentamente al chico a su lado como si no quisiera la cosa, solo escuchándose el ruido del roce de la ropa contra el borde metálico de la ventana, lo que hizo que Renjun se volteara y se encontrara al más alto de pie ahora al frente suyo.

—Dios mío, Na. Estamos solos. ¿Tanto te cuesta tomar la iniciativa? —Na Jaemin se sonrojó notoriamente al haber sido atrapado. Sus grandes ojos luego se tornaron juguetones antes de pasar una mano por la cintura de Renjun. —No creas que porque estábamos borrachos me iba a olvidar de ese incidente, tonto.

Y fue en ese momento en el que Renjun rompió abruptamente la distancia, sujetando el cuello de Na Jaemin para acercarlo a él y atrapar sus labios con los propios, iniciando el primer beso de su vida estando totalmente sobrio. La marihuana no solía pegarle en exceso por lo que la relajación era la suficiente para entrar en fuertes confianzas sin olvidar nada. Huang Renjun no quiso terminar el beso hasta que le comenzó a faltar el aire, e incluso cuando se separó de los labios de Na, fue él quien lo estampó contra el sofá cama sin darle mucha chance a respirar para comenzar otro beso.

Huang Renjun disfrutaba de los labios de Na Jaemin como nunca había hecho antes en su vida. Seis meses desde su primer y último contacto físico hasta ahora y todavía lo tenía a flor de piel. Se sentía como un bobo tratando de aclarar lo que le pasaba con este chico que llegó persiguiéndolo como si fuera una tienda de retail que buscaba trabajadores de medio tiempo.

No hubieron mayores palabras más que «quítate la playera». La orden que Jaemin le dio a Renjun con clara intención de llevar los besos a algo más fue lo que hizo al chino entrar ligeramente en pánico, mientras que Na parecía completamente seguro de hacer lo que planeaba.

Na Jaemin nunca fue un adicto al sexo, se conformaba con masturbarse cuando tenía ganas y cuando era asistente casual a fiestas en las que ni siquiera estaba invitado, solo llegaba a que le colaran la mano dentro del pantalón o él envolver un seno con su palma. Sin embargo en ese momento lo envolvió el deseo de estar con Renjun aunque fuera en ese sofá cama viejo. No podía darse el gran lujo de salir de la cabaña más que a comprar comida y los implementos básicos, por lo que conseguir un sitio mejor para coger era derechamente imposible.

Huang Renjun obedeció a las palabras de Na, quitándose la camiseta sin dejar pasar muchos segundos para volver a sentir la suavidad de los labios contrarios sobre los propios. Mientras Na bajaba los besos al cuello del chino, este se tomó la libertad de desabrochar ligeramente el pantalón contrario. Le causaba una curiosidad bruta tener un pene en la mano que no fuera el suyo. Con la apertura suficiente para que Huang Renjun pudiera meter la mano entre la ropa interior y el pantalón de Na Jaemin, no dudó en comenzar a acariciar el falo duro del chico sobre él, robándole gemidos que ahogaba contra la delicada piel de su cuello.

—Como te detengas te doy en el culo con la grabadora láser.

Na Jaemin no solía ponerse en el plan amenazante, por lo que Renjun lo tomó como un impulso para colar la mano dentro de la ropa interior del contrario para seguir con su tarea. Na decidió detener los besos en el cuello para volver a los labios del chino entre gemidos suaves. No podía dejar que Renjun no recibiera un toque similar, por lo que bajó levemente la bragueta de su pantalón y, copiando su acción, comenzó a acariciarlo por encima de la ropa interior mientras ahora ambos ahogaban los lascivos sonidos en el contacto de sus labios.

—Jaemin...

El bajo gemido de Renjun impulsó a Na a tener contacto directo con la piel sensible de su miembro. Comenzó a deslizar la mano delicadamente contra el falo duro del contrario, mientras Huang ya había liberado el miembro de Na para poder estimularlo con mayor libertad. La cicatriz sobresaliente de su quemadura pasada llamó la atención de Renjun, pero decidió no darle importancia en ese momento.

Entre besos y aquel toque insistente finalmente ambos chicos se corrieron en las manos del otro. Con los rostros sonrojados y las respiraciones agitadas por los besos continuos, Na Jaemin se tumbó a un lado del cuerpo de Renjun, el cual en cosa de segundos tomó el brazo del chico que le había llevado a un orgasmo completo por primera vez en su existencia y pasó los dedos por la cicatriz en forma de carita feliz.

—Realmente parece un tatuaje mal hecho.

—A veces me da la impresión de que se ríe de mi. —Huang Renjun enarcó la ceja curioso por lo que Na había dicho. —Pasen cosas buenas o malas esta marca siempre está sonriente. Si me caigo, la carita feliz siempre está ahí. Ahora mismo, acabamos de hacer algo más... íntimo y esta carita de mierda sigue feliz, si lo hice mal se estaría ríendo de mi fracaso.

—No lo hiciste mal, Na. —Admitió Renjun avergonzado. —Todo lo contrario...

—Eso es un alivio y un buen subidón para mi autoestima.

Renjun rió dejando la mano de Na sobre su propio pecho desnudo, intentando conciliar el sueño después de la pequeña charla. Pasaron un par de minutos antes de que Na Jaemin viera el parsimonioso rostro de Renjun descansar, con los labios ligeramente entreabiertos y apretando su mano en un puño.

—Sumamente lindo...

Nilili ; renminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora