Señora Mayte:
Mi vida tuvo una explosión de amor al encontrarme en este mundo con usted, mis sueños, ilusiones y fantasías tuvieron sentido cuando la vi. La gente no está acostumbrada a ver a alguien de mi edad con alguien de la suya, creen que por existir una diferencia de edad no puede haber amor, si no puro interés; y quizá tengan un poco de razón, pero mi interés era el que usted me amara como yo la amé, y lo logré.
Vivir a su lado y entregarle todos mis sentimientos resultó ser el mejor de los regalos que la vida pudo entregarme, jamás amaré a alguien con la misma intensidad, ni con el mismo deseo. Porque esto que siento en mi alma solo lo pudo provocar usted, con esa sonrisa que lograba robar suspiros y esa mirada llena de calma.
Hoy que no está, mi mundo de colores se torna gris y los días ya no saben igual. El único motivo que me mantiene en pie, es ver mi reflejo en los ojos de una niña de 9 años que lleva su nombre, posee su mirar y me dice mamá. El segundo regalo más hermoso que la vida me pudo entregar.
Doble la hoja donde había plasmado aquellas palabras, la metí dentro de un sobre blanco y lo sellé colocándole una estampita de "Igor" como de costumbre, tomé la caja donde guardaba todas y cada una de las cartas que había escrito desde aquel día, junto con algunos tantos recuerdos y fotos de ambas. Ya habían pasado varios meses y aun no me acostumbraba a vivir sin ella. Metí la caja en su lugar, algún día cuando yo no estuviese al igual que ella, quería que nuestra hija supiera cuánto es que ame a su mamá Mayte, que supiera que él amor que sentimos viviría eternamente.
Caminé saliendo de la casa hacia el jardín y observé a nuestra hija sentada en el césped, estaba abrazada a uno de los tantos peluches de "Igor" de Mayte, al igual que su madre, ella también amaba aquel personaje.
— ¿Qué haces mi amor? —me senté junto a ella y enseguida se metió entre mis brazos.
— Mamá. —me miró de la misma forma en la que tantas veces lo hizo la mujer que tanto amé.
— Dime, corazón. —acaricié su pelo rubio, y sonreí observando el gran parecido que tenía con ella.
— Anoche vi a mami Mayte. —sonrió.
— ¿La viste? —la observé fijamente.
— Sí, mientras dormía. —se acomodó sobre mis piernas. — Dijo que no debes estar triste porque ella siempre estará con nosotras. —mis ojos se llenaron de lágrimas, los cerré y contuve la respiración. En ese momento sentí una suave brisa acariciar mis mejillas y mover mi cabello, era ella. — Mami, ¡mira! —volví a abrir los ojos al escuchar a la pequeña y una mariposa blanca se había posado sobre el peluche. — Una mariposa.
— Sí mi amor, está hermosa. —susurré y un par de lágrimas escurrieron por mis mejillas. Aquello sucedió tal y como Mayte lo dijo una vez, aunque ya no estaba permanecía con nosotras. Seguía muy cerquita, y mi corazón palpitaba desbocado de la misma forma como cuando la tuve en frente.
Mayte ya no estaba físicamente, pero para mí, ella siempre sería eterna.
— Fin
Nota de autor:
A ti querido lector, quiero decirte que este no es un final triste aunque así lo sientas, ¿y sabes por qué? porque la felicidad son los momentos que vivimos y nos hacen sonreír, esos en los que cuando esa persona ya no está, uno abraza su recuerdo y vuelve a sentir lo que en ese momento, por eso Sofía siempre será feliz cada vez que recuerde a Mayte.
Gracias a todos los que leen y releen esta historia como la primera vez, gracias por sus comentarios y todo el apoyo que le han dado. Cuando comencé a escribirla hace 2 años jamás imaginé el impacto que tendría en ustedes, siempre creí que no iba a gustar por ser la primera vez que escribía algo así ¡y miren!
"Señora Mayte" ha sido desde antes de plasmarla en palabras, cuando solo vivía en mi mente, lo más bonito y especial que he hecho. Espero que siempre viva en sus corazones, así como en el mío.
Sin más que agregar y con mucho amor, Steff.

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Señora Mayte
Fiksi PenggemarMe enamoré de ella cuando aún era una adolescente. Ella era experiencia y yo apenas comenzaba a vivir, quizá estaba mal para algunos ¿pero quienes son para decidir lo que está bien o lo que está mal? La diferencia de edad es lo que menos importa c...