9. <<Un gran día>>

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Lynette :

"Hoy es un gran día" Mi mente no deja de repetir esa frase en mi cabeza.

Primeramente porque es muy cierto, este día es el mejor que estoy viviendo desde hace mucho tiempo; mamá inicia su trabajo hoy y también, nos dieron un pequeño descanso en el colegio para realizar el mantenimiento de aulas.

Se siente bien tener un día libre.

Ahora mismo, me encuentro colocando mis cuadernos en la mochila para salir del aula, la mayoría del alumnado ya se marchó apenas sonó la campana, sin embargo, yo siempre quedo de última.

Aunque parece que no. Alzo la vista percatándome que hay alguien más todavía.

Kairos.

—¿Piensas quedarte?— le pregunté pasando todo el peso de la mochila a mi hombro.

—Si, no recuerdas que la maestra de Inglés me castigó por no saber el Verbo To Be— dice irónico, su sonrisa me delata que no está arrepentido de nada.

Tremendo problema que se armó cuando él no respondió la pregunta.

—Debo esperar que regrese de dirección para saber qué castigo me dará— manifiesta despreocupado.

—Bueno— sonrío —creo que te quedarás mucho tiempo aquí; nos vemos mañana—

El peliazul asiente y se despide, giro caminando a la salida. El colegio está prácticamente vacío, con algunos asistentes de limpieza que inician el mantenimiento.

Al salir del portón del colegio, me dirijo directamente a la casa, me sorprende que la panadería esté cerrada a estas horas de la mañana, abro la puerta y corro a mi habitación.

—¿Nona? ¿Nono?— Nadie contesta.

Es extraño que nadie esté en la casa.

Coloco mi mochila en el sofá de la sala y busco algo para comer en la nevera, una manzana o alguna fruta en particular. Sin embargo, no encuentro nada, y es ahí cuando recuerdo que los abuelos habían dicho anoche que irían al mercado a comprar alimentos e ingredientes para la despensa.

—Eso lo dice todo— me golpeó mentalmente por olvidarlo —Pero sigo teniendo hambre—

Mis neuronas se activan y decido abrir la panadería para comer aunque sea un panecillo; una vez abierto, entro y busco lo que quiero. De paso puedo atender el negocio mientras los abuelos se ocupan de otras cosas.

—¡Que delicia!— suspiro al darle el primer mordisco a mi baguette, acompañado de una cajita de jugo que encontré casualmente en la encimera —¿Quién habrá dejado este jugo?— me preguntó a mí misma.

En ese momento algo resuena dentro de la casa, giro hacia atrás con temor, obviamente no hay nadie, ¿Por qué sonaría algo?

Mi corazón se sobresalta y el miedo me invade, doy pasos al frente buscando el origen de ese sonido. De pronto una luz amarilla se dislumbra no muy a lo lejos, me asusto aún más cuando un pequeño cuerpecito voltea a mí.

—¿Qué está pasando?— digo mientras aquel bicho volador me mira y desaparece de inmediato.

—Hola—

Una voz detrás mío aparece. Lanzo un grito desesperado.

—¡¡¡Ahhhhhhhhhhhh!!!—

Aprecio al chico delante de mi, ¿Cómo llegó aquí? Ayrus ríe ante mi actitud severamente infantil.

¡Me muero de vergüenza!

—¿Te asusté?— lanza una risa burlona.

—No, lo que pasa es que...

Huellas Del PasadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora