26.<<Planes>>

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Kairos :

!Que complicado es encontrar un regalo para una mujer!

Ya he entrado a varias tiendas de ropa, zapatos, carteras e incluso perfumes, realmente no sé que regalarle.

No sé que le gusta a Lyn. No la conozco bien.

Me pasé las últimas tres horas de mi tarde buscando un buen regalo para mi novia de mentiras y no encuentro algo que me convenza. Quizás un collar o un par de pendientes color plata, o bastará con un simple perfume de buena marca.

¿Qué se le tiene que regalar a tu supuesta novia?

Exhausto de tanto buscar, me acerco a la última tienda de cosméticos con la esperanza de conseguir algo decente.

Antes de llegar a las puertas de vidrio, algo peculiar llama mi atención, hay una maleta color negro brilloso al costado de la tienda, ¿Qué hace una maleta aquí afuera y sin su dueño cuidandola?

Miro hacia ambos lados y efectivamente no aparece el propietario, decido avisarle al guardia que se encuentra a pocos metros de mi.

—Deberia llevarse la maleta a objetos pedidos, el propietario no aparece y es mejor que lo tengan ustedes a que alguien lo robe— digo posicionando mi mano en el sujetador de la maleta.

El guardia asiente con amabilidad y una vez que le entrego la maleta sale en busca de la oficina que se encarga de estos casos, pretendo entera nuevamente a la tienda. Sin embargo, un cuerpo se abalanza sobre mi sin aviso, casi pierdo el equilibrio pero logro mantenerme.

Lo que veo frente a mi me marea casi de inmediato, unos ojos cafés se apoderan de mi mirada, puedo casi jurar que veo a la pelirroja pegada a mi cuerpo. Lo que no entiendo es porque me reprocha miles de cosas en otro idioma que no puedo entender, excepto alguna miserias palabras.

¿Por qué no me habla en francés?

—¿Ada te sucede algo?— pregunto intentando controlar sus golpes en mi pecho.

Ella se detiene al oírme, alza una ceja confundida y lanza murmuros al aire con impresión.

Me quedo estupefacto al ver sus hermosos ojos, aquel tono café avellana que tanto me gusta, sin dudas tiene que ser Ada, aunque ese color de labial que usa no es el habitual, tampoco el estilo de ropa.

—¿Quién es Ada?— está vez logra hablar en francés —No me confundas vil ladrón y dime ¿dónde se llevaron mi maleta?

Sus pupilas me miran amenazantes, no supe ni en que momento había tomado la tela de mi playera jalandome hacia ella, su aliento me choca en los labios y puedo sentir el aroma a frutas rojas de su chicle.

¿Cómo puede ser esto posible?

Esta chica se parece mucho a Ada.

—Tranquila chica cuyo nombre no conozco— digo colocando mis manos sobre las suyas para intentar que me suelte, ella me aprieta más.

—No pienso decirte mi nombre— exclama —ahora dime ¿dónde está mi maleta? No te soltaré hasta que me devuelvas mis cosas.

Miro por el rabillo de mi ojo como la multitud de personas nos observan extrañados pero a la vez distantes, vuelvo a mirar a la pelirroja que me sostiene y sonrío buscando amablemente que me suelte.

Huellas Del PasadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora