28.<<Revelaciones~Parte 1>>

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Ayrus :

La electricidad en toda la zona desapareció, los gritos se escuchaban a través del automóvil, y eso comenzaba a abrumarme.

Miré inmediatamente hacia el cúmulo de personas que salían despavoridas de la plaza, mi sistema nervioso se puso en alerta y salí cómo pude del vehículo.

Mi único objetivo era buscar a Lyn.

Aún no tenía idea de lo que estaba pasando, solo quería encontrarla, el miedo me estaba controlando.

—¡Lyn!— grité llegando a la mesa de bocadillos —¡Lyn, ¿Dónde estas?!

No hay nadie en todo alrededor, a excepción de un par de personas a varios metros de mi. El temblor no deja de desequilibrarme, sin embargo, no me rindo y sigo llamando a la pelinegra.

Mi corazón palpita más rápido al lograr ver parte de sus zapatillas sobresaliendo debajo de la mesa. Ella se oculta por temor, pese a la oscuridad logro indentificarla sin problemas.

Me hinco lo más rápido que puedo y levanto la tela del mantel para tener una mejor vista de su rostro. Lo que veo frente a mis ojos estruja completamente mi corazón, siento como una corriente recorre mi cuerpo y provoca que un par de lágrimas se escurran en mis mejillas.

—Lyn...

Ella me observa detenidamente, sus labios temblorosos delatan el miedo que tiene; el sismo no deja de manifestarse aunque va bajando la intensidad poco a poco. Sus manos tiemblan constantemente mientras trata de cubrir sus piernas.

—Ven conmigo— le digo extendiendo mi mano.

La pelinegra niega inmediatamente, su mirada inestable me perturba, ella no está bien.

—No... Yo... Te-tengo miedo...— tartamudea.

En ese segundo se escucha como un árbol cae cerca de nosostros, ella se acurruca aún más llorando con más fuerza.

—¡Soy tremofóbica!— grita mientras oculta su rostro —no-no me voy a mover... Puedo desmayarme.

—Tranquila...— le susurro persuasivo, ella no deja de llorar.

Mi instinto me indica que debo abrazarla y quedarme a su lado, ya que no quiere salir. Posiciono mis brazos en los suyos y la abrazo con mucha fuerza.

Mi corazón palpita desenfrenado, ella se apoya en mi con confianza, su respiración va chocando contra mi cuello mientras sus manos se aferran a mi camisa.

El temblor va bajando hasta llegar a perderse, el suelo se vuelve estable y en partes me siento más tranquilo.

—¿A dónde fue Kairos?— pregunto confundido —¿Por qué te dejo aquí?

—Cuando se cortó la energía eléctrica, no supe a dónde fue— dice sintiéndose más calmada.

Sus ojos van observandome lentamente aún con la respiración alterada, relame sus labios, puedo verla sonreír aunque todo este oscuro.

—Gracias— susurra —gracias por cuidarme.

—Yo debo agradecerte a tí— digo sonriendo.

Huellas Del PasadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora