33.<<Sufrimiento>>

21 1 0
                                    

Lynette :

Lo siento...

En mi mente se repite una y otra vez esa misma frase, siento que hasta respirar me duele, todo mi cuerpo permanece adolorido mientras poco a poco creo voy recuperando la conciencia.

Lo primero que veo es blanco, mucho color blanco en todos lados, mis pupilas inician el proceso de reconocer este lugar, mi mente vacía va sumando recuerdos que pasan como flashbacks que no logro entender.

Muevo mi dedo índice y me percato que tengo un oxímetro en él, mi respiración inconcisa me hace caer en cuenta que también tengo una bigotera en mis fosas nasales.

—Hola...— digo en un intento vano por gritar, no hay nadie a mi lado —¿Hay alguien aquí?

Al pasar de unos segundos en los que nadie me responde, decido levantarme poniendo mis manos a los costados pero un fuerte dolor en mi espalda me obliga a gritar con intensidad.

En ese momento alguien abre la puerta de la blanca habitación, una vez sentada aunque con dolor logro visualizar a la mujer frente a mis ojos.

Sus pupilas lucen dilatadas, pareciera que hubiese llorado por días, tiene el cuerpo debilitado y grandes ojeras.

—Mamá...— susurro sin saber que decir.

—Mi niña...— suelta en un suspiro corriendo hacia mi cama, se sienta a mi lado y me abraza con rapidez.

—¡Auch!— exclamo sintiendo el dolor en mis costillas, ella se aparta disculpándose de inmediato.

No puedo explicar la felicidad que transmite su rostro, hasta cierto punto me llega a confundir tanta alegría.

No es para tanto, solo fue un accidente...

¡Un accidente! ¿Dónde está Ayrus?

—¿Cómo te sientes?— pregunta mamá acariciando mi mejilla —¿Aparte de la espalda, te duele algo más? Creo que llamaré al doctor...

—¡No!— me alarmo impidiendo que lo haga —Yo quiero saber...

—Tranquila mi niña, el proceso de recuperación puede ser algo costoso pero lo lograremos juntas— me anima con una sonrisa —lo más importante es que ya despertaste.

¿Proceso de recuperación? ¿Despertar?

—¿Desde cuándo estoy aquí?— cuestiono arrugando mis cejas debido a la confusión.

Mi madre baja la mirada, busca observar a cualquier lado menos a mí, eso me provoca más temor, vuelvo a preguntar lo mismo y eso agudiza su mirada hacia mi, muy pronto veo ese líquido cristalino salir por sus pupilas con una rapidez inexplicable.

—Es mejor que llame al doctor...

—¡No mamá!— grito comenzando a sentir miedo a sus palabras —dime la verdad por una sola vez en tu vida, ¿Qué pasó? ¿Desde cuándo estoy en este hospital?

—Desde hace dos una semanas.

Abro mis ojos por la impresión, me quedo sin habla, una corriente eléctrica camina por todo mi cuerpo al escucharla, me tomo unos segundos para meditarlo, es algo complicado.

Huellas Del PasadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora