36.<<Tus ojos>>

25 2 0
                                    

Marinette :

—¿En serio crees que ese plan funcione?—  le pregunto a Adrien entre tanto remuevo mi sien con los dedos.

El ojiverde entorna sus ojos hacia mí y sonríe, se sienta a mi lado y une nuestro cuerpo en un abrazo. Acerca sus labios a mi oído izquierdo y pronuncia:

—Estoy seguro que Ayrus recordará a Lyn.

—Aún así, tengo miedo de que mi hija salga lastimada— confieso cruzando mis brazos y apartándome —ella ama demasiado a Ayrus, ahora por fin lo comprendo. Es un amor...

—Un amor como el nuestro— susurra él tomando mi mano —fuerte e inquebrantable, que puede con todo a partir de ahora— me regala una sonrisa —Tu hija será feliz con mi hijo, no quiero que pienses negativamente, ellos son el uno para el otro.

No digo nada ante esas bellas palabras, pues tiene razón en todos los sentidos, el amor que siento por Adrien es verdadero y ya nada puede separarnos, tardé en entender que mi destino siempre fue cruzarme con este rubio que cambió mi vida.

—Te amo, Adrien...

—Yo te amo más, Marinette— dice colocando algo en mi dedo nuevamente, me sorprendo al ver el mismo anillo de hace unas semanas —siento que ya no tiene sentido seguir viviendo así, yo quiero casarme contigo.

Trago saliva, la misma escena se repite y está vez quiero que dure para siempre, una sonrisa invade mi rostro y no puedo decir que no, realmente deseo estar con él, lo amo demasiado.

—¿Te casarías conmigo?— pregunta de nuevo.

—Si...— susurro mostrando una inmensa alegría —Acepto porque ahora no es imposible, nuestros hijos lo entienden, y porque despues de toda esta tragedia, mi corazón te sigue amando con inmensa locura.

—El mío conservó la esperanza de encontrarte por 16 años, ahora no te soltaré jamás— sus pupilas verdes brillan al decirme esas palabras, que en otras circunstancias me parecerían cursis, pero ahora no.

Lo abrazo, lo abrazo con efusividad, nuestros labios se juntan en un beso apasionado, siento su boca sobre la mía como un completo remolino, poco a poco ese beso va cambiando de intensidad, me siento agitada por el movimiento de sus manos en mi cuerpo, lo que pareciera un acto normal caracterizado por el deseo que sentimos se transforma en algo mucho más complicado.

Comienza a aflorar en mi cuerpo, una sensación de náuseas y asco que no puedo controlar.

Los besos de Adrien sobre mi cuello cesan cuando percibe que no estoy cómoda con ello, el rubio levanta la mirada y pese a lo agitado que se encuentra, me mira desconcertado y se preocupa.

—¿Pasa algo?

—Creo que...— en mi estómago se producen arcadas —voy a vomitar...

Me levanto del sofá de inmediato y corro de prisa al baño más cercano, mis pies se arrodillan y empiezo a deshacerme de todo aquello que revuelve mi estómago.

Es totalmente asqueroso, pero me relaja a la vez, cuando termino arrancó un pedazo de papel de a lado y limpio mi boca, me dirijo al lavabo y enjuagó mis labios con abundante agua.

—¿Ya te sientes mejor?— escucho al rubio quien no se anima a entrar.

Que cobarde.

—Un poco— digo secando mis manos con una toalla. Salgo del baño mientras aún toco mi estómago.

Huellas Del PasadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora