13. <<Corazón de piedra>>

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Marinette :

—Mamá se te hace tarde para ir a trabajar.

Una estrepitosa voz produce jaqueca en mi cabeza y no puedo abrir los ojos debido al cansancio. Aquella voz insiste en repetir lo mismo, por lo cual voy abriendo poco a poco mis ojos, visualizo el techo de mi habitación, nada fuera de lo normal, excepto por la horrible resaca que tengo en este momento.

Remuevo mi cuerpo y me apoyo entre las almohadas, mi cabello está completamente despeinado, y ni que decir de mi maquillaje, estoy estropeada.

Refriego mi frente buscando recordar algo de la fiesta de ayer, mi mente está en blanco, no recuerdo nada, ni siquiera como llegué aquí.

—¡Mamá!— grita de nuevo Lyn.

—Ya voy hija, no grites así— me excuso sacando las sábanas de mi cuerpo.

Aún mantengo el vestido de anoche, pero hay algo extraño en él, su cierre se ha roto, quizás porque no dormí bien con ella puesta. Camino de inmediato hacia el baño y me deshago de las prendas para ducharme.

El agua cae en mi piel y comienza a relajarme, masajeo mi cabello y la curvatura de mi cuello, de pronto siento un extraño dolor en esa zona, la toco mientras me acerco al pequeño espejo que tengo al frente y me sorprendo al ver una marca roja.

¿Eso es lo que estoy pensando?

Una sugilación, o como otros dirían un chupetón.

¿Quién me lo hizo?

Termino de ducharme totalmente aturdida, me visto y maquillo como puedo esa zona para cubrirla completamente.

Una vez lista, bajo a la cocina y me encuentro a mi hija y mis padres desayunando. Sabine me observa seriamente y trato de sonreír para ocultar mi cara de susto.

—Buenos días familia— saludo y me siento rápidamente.

—Hola mamá, se nota que la pasaste muy bien anoche— dice Lyn y me turbo.

¿Acaso vio esa zona de mi cuello?

—¿Por qué lo dices hija? La fiesta estuvo normal, nada de excesos— disimule mis nervios —¿A qué hora llegué?

—¿No recuerdas nada?— mi madre está enojada. Me mira como a una niña de cinco años.

—La verdad no tanto—

—Llegaste a las una de la mañana, casi cayéndote de borracha ¿Ese es un buen ejemplo para mi nieta?—

Me quedo en silencio.

—Sabine, nuestra hija ya es una adulta, madre de familia, no puedes seguir intentando controlarla— papá me defiende —además, es bueno que se divierta, ya pasó un año de la muerte de su esposo—

Luka, no sé lo que ha pasado, ahora me siento muy mal.

—Mamá, es muy bueno que salgas, a mi me gusta— Lyn me apoya.

—Lo siento mucho, no quiero faltar el respeto a esta casa, no va a volver a pasar— me disculpo y me sirvo un poco de jugo de naranja.

—Eso espero Marinette—

[...]

Intento dibujar el último diseño para la línea de ropa pero se me hace imposible concentrarme. Aún pienso en esa marca que tengo en el cuello, en el cierre del vestido y la hora en que llegue a casa.

No recuerdo absolutamente nada.

Cierto los ojos e intento buscar algo en mi escasa memoria pero no aparece casi nada.

Huellas Del PasadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora