25.<<Atando cabos>>

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Lynette :

Me concentro en leer varias veces la información que tengo entre manos, después de varias horas buscando datos en libros por fin encontré algo parecido a esos seres voladores.

—Son criaturas míticas pertenecientes a una vieja leyenda china, de tamaño pequeño que te otorgan poderes y habilidades...— me detengo a admirar la belleza de letra que tiene Ayrus.

Ya que él transcribio toda la información a mi cuaderno antes de irse, sonrío viendo cada detalle de su letra, realmente tiene una caligrafía impecable.

Quiero continuar leyendo, sin embargo, una llamada a mi celular me interrumpe. Observo aquel nombre en la pantalla y me sorprendo, mi mejor amiga llamándome después de tantos días sin hablar.

Se nota que estuve demasiado ensimismada en otras cosas y nunca la llamé.

—¡Hola Lyn!— habla ella marcando su acento italiano, por lo cual comienzo a hablar en el mismo idioma.

—¡Hola Lia!

—¿Por qué no me has llamado? Te esperé por varias noches, eres una mala amiga— su voz suena aniñada —queria saber cómo te fue con el "chico del ascensor", hasta donde me contaste estabas enamorada de él.

Mi sonrisa desaparece al oírla, relamo mis labios —No ha pasado nada con Ayrus.

—¿Por qué no? ¿Acaso él no te dijo lo que sentía?— suelta un suspiro de enfado —quizas es un poco tímido, tu deberías tener la iniciativa...

—Las cosas son muy complicadas de explicar— musito con lentitud para luego soltar la última frase —lo cierto es que ahora estoy con su hermano.

—¡¿Qué?!— su grito me obliga a alejar el celular por unos segundos —¿Cómo pasó eso? ¿Te gusta su hermano o solo es para darle celos?

—¿Qué cosas dices?— hago una mueca aunque sé que ella no me verá —yo quiero mucho a Kairos.

—Amiga te conozco muy bien, y sé que esa forma de hablar denota tristeza, no me engañas— habla rápidamente que casi no llego a comprender sus monólogos.

—¿Cómo puedes ser tan intuitiva?

—Es un talento natural— presume para luego guardar un largo silencio —¿Te sientes bien?

Su pregunta me deja mucho en que pensar. ¿Realmente me siento bien?

No es que mi vida sea perfecta o que todo esté mal, pero desde que llegamos a París todo cambió, mi vida en general tomó un rumbo diferente; mamá me oculta cosas, al parecer está saliendo con alguien, algo que tampoco me ha dicho, soy la enamorada de un chico al que no amo y nunca puedo estar con Ayrus por mucho que mi corazón salte cuando lo ve; ahora me doy cuenta que venir a Francia me saco de aquella cajita de cristal en la que mis padres me tenían metida.

Cómo para que nadie me hiciera daño. Lastimosamente la que se hace daño soy yo misma.

—Digamos que las cosas cambiaron pero lo estoy sobrellevando.

La pelirroja suelta un sonoro "Ajá" al oírme, pienso que no cree en lo que digo.

—Bueno no importa si no puedes contarme todo— dice animándome —ya hablaremos de esto en tu casa.

—¿Cómo dijiste?

Mi cerebro se pone en alerta al no comprender sus palabras, escucho la risa de mi amiga por el celular y me quedo aún más perpleja por lo que dice a continuación.

—¡Vaya que eres olvidadiza!— exclama —En tan solo unos días es tu cumpleaños ¿Recuerdas que prometí asistir a tu fiesta? Mi madre lo autorizó.

Huellas Del PasadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora