Tres horas más tarde.
—Hemos llegado a su destino, príncipe Loki, fue un gusto haber compartido su viaje, hasta pronto.—habló la máquina, sacándolos de ella misma y dejándolos a las afueras de Asgard, luego esta volvió a su escondite original.
—Esa máquina siempre tan tierna. —murmuró sarcástica.
Loki, con su magia, hizo aparecer dos caballos, para que se dirigiesen al palacio, cada uno se montó en el que le correspondía y luego la chica habló.
—¿Una carrera hasta el castillo?
—Oh cariño, sabes que nunca me voy a negar a tus carreras.
Ambos se miraron y se dieron un dulce beso antes de comenzar.
—Que gane el mejor. —dijo, estrechando su mano con la de él.
—En ese caso ganaré yo. —respondió con una sonrisa arrogante.
—Ya lo veremos, cuernitos.
La carrera comenzó, de vez en cuando uno le llevaba la delantera al otro pero la mayoría del tiempo se mantenían iguales, lanzándose sonrisas y miradas coquetas, llenas de amor.
Por un momento, el pelinegro se olvidó de aquel pensamiento que tanto estaba atormentándole.
Llegaron al palacio, proclamando un empate por resolver en otra ocasión, fueron saludados por los guardias que les permitieron la entrada.
En ese momento un grito bastante alto los hizo sobresaltar.
—¡___! —exclamó el rubio, corriendo hacia la chica.
Al ver que era su cuñado, corrió hacia el también, finalmente uniéndose en un abrazo.
—¿Tienes idea de lo mucho que te he extrañado?
—Sólo me fui por unos días, galanazo. Estás igual de dramático a mi papá. —mencionó entre risas.
Se separaron de su abrazo por un carraspeo de Loki.
—Por supuesto, a mi mujer la saludas como si no hubiera un mañana, y para mí no hay nada. —apretó los labios indignado.
Su hermano frunció el ceño.
—Creí que no te gustaban los abrazos.
—Últimamente ha estado muy romántico y abierto, aprovecha. —susurró la castaña en su oído.
Se acercó hasta su hermano, para darle un leve abrazo fraternal.
—Muy bien, me robaré a tu chica por unas horas.
El dios asintió con una leve sonrisa.
—¡Tiempo de calidad de mejores amigos! —exclamaron al unísono, dando pequeños saltitos.