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4meses más tarde.
Las cosas durante estos meses han mejorado para la chica, quien estaba encargándose de la compañía de su padre junto con Pepper, de vez en cuando era vista en las noticias junto con Loki pero en la identidad de Robert Laing, habían anunciado su "relación" luego de que ella guardara "luto" por un tiempo por su fallecido prometido; las cosas estaban marchando bien, pero aún así había algo que la mantenía inquieta en algunos momentos, era por Thor, su mejor amigo no había aparecido en meses y no tenía rastro de él ni de lo que pudiera estar sucediéndole, no tenía un modo de saber cómo estaba y tampoco podía volver junto a Loki así como así a Asgard. También estaba preocupada por Banner, quien luego del funeral de su padre había desaparecido en su totalidad, no había rastro de él en toda la tierra, temía por su vida y por sus problemas siendo Hulk.
Luego de un largo día en la compañía llegó a su casa, tomó el ascensor para subir hacia la sala, cuando las puertas se abrieron salió mientras se quitaba los zapatos y antes de buscar a su esposo, quien había decidido quedarse en la torre, quiso tomar un trago pero a lo lejos vio a dos personas sentadas en los sillones y rápidamente se acercó, cuando notó que eran Steve y Bucky.
—¿Qué hacen ustedes aquí? —preguntó a la defensiva.
—___ tranquilízate, sólo vinimos a hablar.
—No tengo nada que hablar con ustedes. —dijo ella molesta mientras caminaba y gritaba desde las escaleras— ¡Loki!
Su esposo no respondía a su llamado, se alarmó un poco por eso, el hecho de que su esposo estuviera a solas con aquellos dos sólo le daba mala espina, entró a todas las habitaciones, a los baños, a la oficina, a la sala de conferencias y al laboratorio, no había rastro de Loki, volvió rápidamente a la sala con los dos hombres.
—¿Dónde está?
—___, déjate hablar y te diremos donde...-
Los ojos de la mujer se colocaron rojos, alarmando a las dos únicas personas presentes.
—Así que sí le hicieron algo... —habló con rabia— ¡Tienen cinco segundos para decirme donde está mi esposo, o les juro que no volverán a ver la luz del día!
Los dos sabían que la chica cumpliría las palabras que decía, así que a toda velocidad la guiaron a donde mantenían al pelinegro, que era en uno de los cuartos secretos de la torre, las puertas de este se abrieron, dejando ver a Loki un poco golpeado mientras estaba sentado en el suelo jugando con una pelota.
—¿Loki? —llamó la chica.
El hombre levantó la mirada.
—Hola, preciosa. —saludó tranquilamente.
Ella se acercó y le ofreció su mano para levantarse, el hombre le dio un beso.
—Hueles raro... —arqueó una ceja— ¿Estuviste bebiendo?