Antes de darme cuenta ya estamos entrando por la puerta de su habitación. Es amplia igual que la nuestra, con la diferencia de las vistas que da la ventana, aquí son mejores, se ve el paisaje de árboles que están detrás del edificio y un pequeño lago que no sabía que existía.
—Wow Ale, estás ardiente. —Se burla Gabriel, le sonrío y le sigo el juego, dando una vuelta en mi lugar luciendo mi pijama.
—Lo sé. —Sin querer miro en dirección a Diego y lo pillo mirando mi trasero.
Descarado.
—Trajeron mucha comida chicas. —Frank agarra la bolsa con lo que compramos. —Por eso las amo tanto.
—Espero que ustedes hayan cumplido con su parte y tengan las bebidas. —dice Sara, y Diego alza dos botellas de Jack Daniel's.
—Lo prometido es deuda.
La noche transcurre entre películas de Adam Sandler y Leslie Nielsen. Todos están bebiendo hasta las trancas, excepto yo que no me siento con ánimos para beber. Diego me sigue insistiendo en que lo deje explicarse pero lo ignoro.
Los días pasan y todo sigue igual, conviviendo con mis amigos, ignorando a Diego, también pasando algunos ratos con Marcos, que a veces me lo encuentro en el parque antes de entrar a clases, ya que su facultad queda al lado de la mía.
Llega el sábado, y con él, la habitual fiesta que se hacen en las facultades. Nuevamente obligada por mis amigas comienzo a prepararme para asistir a ella. Me coloco un vestido negro corto ceñido al cuerpo, que deja expuesta toda mi espalda, y un pronunciado escote en el pecho; unas sandalias altas, el cabello liso recogido en una coleta alta y maquillaje ligero.
Al llegar a la fiesta nos dirigimos a la barra donde los chicos nos esperan. Siento la mirada de Diego quemándome, pero no volteo a verlo. Luego de unos tragos me levanto captando la atención de todos y me dirijo a la pista; es mi momento de brillar, y no, no estoy borracha.
Comienzo a bailar al ritmo de la música, sé que Diego tiene su mirada fija en mí, así que contoneo provocativamente mis caderas en un movimiento lento y sensual, o al menos así lo siento yo.
Mis ojos coinciden con los suyos y se puede notar el deseo en ellos, sostengo su mirada por primera vez en días, casi he olvidado lo hipnotizante que es, tan intensa. Lo veo levantarse y caminar en mi dirección; y siento como mi corazón late desenfrenado, ¿viene hacia aquí? «¡Dios! ¿Y ahora qué hago?» No quiero hablar con él, no debí provocarlo así, solo a mí se me ocurre.
Lo veo detenerse en seco y su expresión de deseo es sustituida por una de enfado, noto como cierra sus puños con fuerza y me doy cuenta de cuál es la razón.
—Debo admitir que te ves fascinante con ese vestido. —Marco está pegado a mí por detrás bailando. Observo como Diego da media vuelta hacia la barra y pide una bebida.
—Gracias. —Seguimos bailando y agradezco mentalmente por librarme de lo que me esperaba si él no hubiese llegado de primero.
Marcos es un chico estupendo, es muy guapo y me atrae, pero el dueño de mis pensamientos es otro, por más que me empeñe en convencerme a mí misma de que no es así.
Luego de varias canciones, vamos hacia la barra, lo llevo donde están mis amigos y pedimos un par de tragos.
—¿Y eso que estás aquí? Pensé que cada facultad hacía su propia fiesta.
—Y así es, pero podemos ir a las de otras facultades si queremos, no es que haya exclusividad o algo por el estilo... Y como me dijiste que vendrías, decidí venir y pasar un rato contigo. —Siento como alguien bufa a mi lado y no necesito voltear para saber de quién se trata.
—Qué bueno que lo hiciste, me la paso muy bien contigo. —Es cierto, pero lo dije con la intención de que cierta persona lo escuchase.
—Yo también. —Me sonríe sincero. —¿Ya te había dicho que te ves hermosa?
—Sí, pero no me molesta volver a escucharlo, tú también estas muy guapo. —Me sobresalto cuando un vaso golpea fuertemente la barra, es un milagro que no se haya roto; es Diego otra vez, ¿estará celoso?... No, no puede ser, él tiene a su novia chillona.
—Oh... discúlpame un momento. —Me dice para luego salir a atender una llamada.
—Veo que no pierdes el tiempo... ¿Ahora sales con ese nerd? —Susurra en mi oído y su aliento hace erizar mi piel.
ESTÁS LEYENDO
Cambio de Planes©️✔️
Teen FictionAlejandra es una chica de 18 años, terminó la preparatoria y tenía pensado ir a una universidad que estuviese cerca de su casa para estar junto a su madre, pero sus planes se ven destruidos al saber que ha sido aceptada en una gran universidad... ¿E...