Horas después caminamos de regreso tomados de la mano.
—¿Te quedas conmigo esta noche? —Pregunta mordiéndose el labio inferior.
—Como decirte que no. —Le sonrío.
Llegamos a su cabaña y entramos.
—¿Puedes darme algo más cómodo para dormir? —Le pregunto.
—Oh, claro, ya busco algo para ti.
—Bien, tomaré una ducha entonces. —Digo caminando en dirección al baño.
—Vale, yo te alcanzo la ropa.
Entro al baño, me desnudo y me coloco debajo de la ducha sintiendo el agua caer sobre mí. Paso las manos por mi cuerpo y no puedo evitar recordar lo que hicimos hace unas horas; sonrío mordiendo mi labio inferior.
—¿Recordando? —La voz de Diego me saca de mis pensamientos. Abro los ojos y lo veo mirándome, instintivamente me cubro con las manos.
—No, p-para nada. —Tartamudeo un poco.
—¿Por qué te cubres? No hay nada que no haya visto ya. —Dice y me sonrojo.
—Supongo que es la costumbre. —Me encojo de hombros, pero aún no bajo las manos.
Diego con sus manos toma las mías y las baja lentamente, para luego subir las suyas y atrapar mis senos con ellas. Los masajea y juega con mis pezones; un jadeo sale de mis labios. Mientras con una mano continúa haciendo la misma acción, con la otra baja hasta mi feminidad y se pierde en mi interior, moviendo sus dedos como solo él sabe. Gimo sin poder evitarlo, este chico me vuelve loca.
Con mi mano lo tomo del cuello y lo acerco a mí, besándolo con todas mis ganas. Levanto su remera y la saco por su cabeza. Luego desabrocho su pantalón y lo bajo junto a su bóxer dejándolo completamente desnudo. Tiro de él hacia dentro de la ducha y vuelvo a besarle, el agarra mis nalgas y las aprieta pegándome más a su cuerpo; puedo sentir lo duro que está y me enciendo más de lo que ya estoy. Me separo y él me mira extrañado.
—Quiero ser yo la que te dé placer ahora. —Digo mientras voy agachándome hasta quedar a la altura de su miembro.
Lo observo desde ahí mientras con mi mano masajeo de adelante hacia atrás, y veo sus ojos oscurecidos por el placer; ese color ámbar que lo caracteriza, ahora es casi inexistente. Acerco mi boca a su glande y lo chupo, meto su miembro en mi boca lo más que puedo mientras muevo mi cabeza de atrás hacia adelante. Escucho sus gemidos y siento en mi sexo una presión de deseo.
—Ahh Alejandra... —Gime mi nombre y enreda su mano en mi cabello, atrayéndome más hacia él mientras se mueve en mi boca.
Con esa misma mano me separa de su miembro y me levanta, para comenzar a besarme. Me agarra de la parte trasera de mis muslos y me levanta en brazos sin dejar de besarme. Rodeo con mis piernas su cintura. Con una mano me sostiene y con la otra posiciona su miembro erecto en mi entrada, se hunde en mi interior de una sola estocada, mis gemidos son amortiguados por sus besos. Se mueve lento y luego va subiendo la velocidad de sus embestidas. Siento mis piernas temblar y pierdo el control, liberándome en el orgasmo más fuerte que he tenido. Siento como él sigue con sus embestidas para luego correrse en mi interior. Agradezco mentalmente tomar mis pastillas anticonceptivas, normalmente las tomo para controlar mi período, pero ahora me vienen de maravilla.Me baja de sus brazos con cuidado y aun siento mis piernas débiles.
—Eso fue increíble. —Me dice y besa mi frente.
—Sí lo fue. —Lo abrazo y nos bañamos juntos.
Salimos del baño y me coloco una remera suya que me da para dormir más cómoda; me queda ancha y un poco por debajo de mis nalgas, no mucho. Nos acostamos juntos y él me abraza.
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Cambio de Planes©️✔️
Teen FictionAlejandra es una chica de 18 años, terminó la preparatoria y tenía pensado ir a una universidad que estuviese cerca de su casa para estar junto a su madre, pero sus planes se ven destruidos al saber que ha sido aceptada en una gran universidad... ¿E...