Capitulo 7

772 109 11
                                    

Me miro en el espejo por última vez antes de salir de la habitación. Han pasado dos días desde la fiesta y hoy es nuestro primer día de clases. Me dirijo junto con las chicas a desayunar; al llegar al comedor vemos a los chicos, y Gabriel nos hace señas para que vayamos a sentarnos con ellos.

Estos días desde la fiesta nos hemos sentado juntos, Gabriel siempre haciendo una que otra broma y lanzándose indirectas con Thalia, que le sigue el juego. Frank es un chico muy tierno y creo que le gusta Sara, le he pillado en varias ocasiones mirándola embobado. Diego y yo desde nuestro beso no hemos hablado del tema, pero muchas veces me lanza unas miradas muy intensas las cuales sostengo, no puedo evitarlo, me es imposible apartar la vista de esos hermosos ojos ámbar, es como un hechizo; a veces también nos coqueteamos un poco.

—Buenos días chicas. —Nos saluda Frank cuando llegamos a ellos. —¿Listas para nuestro primer día de universitarios?

—¡Si! —Respondemos las tres. Nos sentamos, de un lado están Frank y Diego, y del otro está Gabriel; tomamos asiento a su lado y quedo frente a Diego que me mira con su típica sonrisa ladeada.

—Estás muy guapa. —dice y me sonrojo.

—Gracias.

—Sí, gracias amor, me puse así especialmente para ti. —Bromea Gabriel con voz chillona y haciendo gestos de chicas. Todos nos reímos y seguimos bromeando sobre la sexualidad de Gabriel.

Ya en la facultad, nos dan la bienvenida los profesores y vamos hacia la primera clase. El día transcurre sin problemas, y sin darme cuenta ya es hora de almuerzo. Les digo a los chicos que se adelanten en lo que yo termino unos apuntes y guardo los libros. Creo que estoy sola en el salón hasta que noto que alguien se acerca.

—¿Me estabas esperando? —Pregunto al ver de quien se trata.

—No, es que me gusta revisar que el salón quede vacío. —Dice haciéndome reír.

—Me sorprendes Diego, deberías hablar con los de seguridad y que te den un puesto, te veo un gran futuro por delante. —Sigo su juego y veo que sonríe. Se acerca invadiendo mi espacio personal, me pongo un poco nerviosa por su cercanía y trago saliva al observar sus labios.

—No creo poder concentrarme en ese trabajo si te tengo delante, serías una gran distracción. —Su voz sale ronca. Me sonrojo por lo que dice y él sonríe mientras juega con el aro en su labio, haciéndolo ver más sexy de lo que ya es.

—Q-que m-mal entonces. —Maldigo internamente por tartamudear.

Acerca su mano, acaricia suavemente mi mejilla y coloca un mechón de cabello detrás de mí oreja. —Eres hermosa. —Dice, acerca su rostro y me besa en la comisura de los labios. Fue un toque suave que despertó un revuelo de mariposas en mi estómago.

—Vayamos con los chicos. —Yo solo me limito a asentir tímida.

Luego de almorzar, Thalia nos dice que debe comprar algunas cosas para Cuco y quedamos en salir de compras juntas, así conozco un poco más la ciudad.

Nos vestimos con jeans cortos y sudaderas, y nos ponemos en marcha, no sin antes poner a Cuco en la mochila, no podemos dejarlo solo tanto tiempo. Llamamos un taxi que no tarda en llegar.

Una vez en el centro comercial recorremos varias tiendas de ropa, no es el propósito de nuestro viaje, pero no podemos evitarlo je je.

Entramos en una tienda para mascotas y compramos comida, una camita para Cuco y algunas ropitas que le quedaran chulísimas.

Al terminar vamos a por unos helados; pido mi favorito: chocolate con leche, mientras Thalia elige uno de limón, y Sara de pistacho. Estamos sentadas devorando nuestros conos cuando vemos pasar una pareja de enamorados.

—¡Será hijo de puta! —Gruñe Thalia y la miramos extrañadas.

—¿Qué sucede? —Pregunta Sara.

—Ese chico es el novio de mi hermana, siempre me ha caído mal, ya tenía mis sospechas de que la engañaba, pero cuando le advertía a mi hermana ella lo defendía y se enojaba conmigo. —Se levanta de golpe, comienza a caminar, y la seguimos.

—¿Qué vas a hacer? —Pregunto.

—Ese desgraciado se va a lamentar por lo que le está haciendo a mi hermana, le arrancaré los cuatro pelos que tiene. —La detengo antes de que haga alguna tontería.

—Espera, no hagas eso, no resolverás nada así; lo golpearas, pero él le dirá a tu hermana alguna mentira y seguirá haciendo de las suyas. —Parece darse cuenta de lo que digo porque se detiene.

—Ale tiene razón, tu hermana seguirá sin creerte, debemos ser más inteligente.

—¿Qué proponen? —Thalia se gira hacia nosotras expectante.

—Tengo una idea, tómales fotos y envíaselas a tu hermana. —Tespondo.

—¡Sii ¿Cómo no pensé en eso?! —Saca su teléfono y les toma varias fotos.

—Que se vea bien su cara, no sea que le quiera inventar a tu hermana que no es él. —Sara tiene un buen punto, ese mentiroso puede tratar de salirse con la suya si no las tomamos bien.

Luego de tomar algunas fotos se las envía a su hermana. Cuando llegamos a la salida Thalia frena en seco...

—Chicas, tengo una idea genial. —Su sonrisa diabólica me da escalofríos.

—Tu sonrisa me asusta ¿Qué estas planeando? —Sara comparte mis pensamientos.

—Volvamos dentro, debemos comprar algo más. —Sin quitar esa sonrisa de su rostro, nos arrastra de vuelta al centro comercial.

—Esto me da mala espina. —Me susurra Sara cuando entramos en una tienda en específico.

Cuando terminamos de comprar, solo puedo articular una cosa...

—Chicas, esto no es una buena idea. —Y cuánta razón tengo.


*En multimedia Cuco con una de sus ropitas nuevas *

Cambio de Planes©️✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora