Tenía los ojos pesados, mi cuerpo no me estaba respondiendo, por laguna razón quería quedarme así en este momento, acostada sin ver la realidad que me esperaba. No quería levantarme, no quería verlo, no quiero aceptar ésto.
Cuando abrí mis ojos me di cuenta que estaba en un hospital, una habitación con otras personas desconocidas a mi lado pero no veía ningún rostro conocido. Mi brazo izquierdo tenía inyectado un suero, lo saqué lo más rápido que pude y trate de levantarme pero mis pies no tenían fuerza y mi cuerpo estaba temblando. Caminé como pude hacía la puerta, escuché como algunos paciente me llamaban, mientras me apoyaba contra la pared sentí como las lágrimas salían y no podían detenerse, ví una silueta conocida a lo lejos, sino me equivoco era mamá. Traté de correr hacia ella pero me caí en el intentó, los enfermeros me vieron alarmados y mamá también. Vinieron hacia mi para levantarme pero yo la estaba mirando a ella, buscando un poco de esperanza en sus ojos, para que me diga que él estaba bien y que no le había pasado nada... pero ella empezó a llorar.
Quise escaparme, quería verlo, quería abrazarlo y no soltarlo. Baji tu no debes, no puedes estar muerto, nos prometimos tantas cosas, no lo quiero aceptar. No podía dejar de llorar y quería gritar, en este momento debería estar con él pero mi débil cuerpo no me estaba respondiendo, no tenía la fuerza para hacerlo, Baji perdóname, perdóname por no estar en tus últimos momentos contigo. Ví como me inyectaron algo, algo con lo que perdí la conciencia en poco tiempo.
-¿ Está bien señora Kotoru? Ella está bien,no?- escuché la voz de Akkun mientras abría los ojos.
- El doctor dijo qué sí pero parece que ella últimamente no estaba tomando su medicina, encontré las tabletas casi enteras en su habitación- escuché suspirar a mamá- Cuando el chico rubio vino a hablar conmigo se disculpó, dijo que era su culpa que ______ estuviera así y me explicó que es probable que ella estuviera buscando a Baji toda la tarde por lo que él me dijo-
- Entonces no es nada grave, es un alivió... pero no sé que vamos a hacer cuando despierte, seguro intentará escaparse para ir a ver a Baji. - Jodido Akkun- Yo me quedaré hasta la noche, usted vaya a descansar un poco.
- Claro, vendré más tarde, cuidala por favor- escuché pasos alejándose de la puerta y otros pasos acercándose hacía mí, intenté hacerme la dormida.
- Se que estás despierta- Sentí como soplo mi cara para que reaccionará a tal acto.
- Bueno, entonces no me queda de otra que pedirte ayuda, no quería meterte en ésto- me levanté despacio porque todavía me costaba.
- No voy a ayudarte, por favor no lo intentes de nuevo porque te volverán a dormír si lo haces. Solo aguanta hasta mañana, probablemente te den el alta- hablaba con tanta calma que me empezaba a irritar.
- No, no quiero, no puedo. Akkun te lo pido por favor, déjame ir- mi paciencia se estaba yendo-
- Lo siento, no puedo hacerlo. Pasado mañana es el entierro, ahí podrás verlo pero ahora no puedes, lo siento- sentí como este chico estaba mirando directo a mis ojos buscando tranquilizarme pero yo no podía.
- Akkun es mi culpa, si no hubiera sido tan descuidada y hubiera estado para él, esto no hubiera pasado. Es mi culpa que Baji haya tenido que cargar con tanto solo, capaz que yo... No era lo suficiente para él, seguramente él no me quería contar sus problemas porque no confíaba en mí, Akkun dime en qué me equivoqué - nuevamente estaba llorando y el solo me miró pero no dijo nada - Traté de buscarlo pero ya era demásiado tardé, si lo hubiera buscado un día antes probablemente el estaría conmigo ahora, él simplemente no debía, me prometió tantas cosas y tenía que cumplirlas- ya no lo estaba mirando, me hice bolita y simplemente empecé a llorar desconsoladamente.
ESTÁS LEYENDO
Lunas encontradas /Manjiro Sano
Hayran Kurgu-¿ Nunca te dijeron que los fantasmas no existen?- dijo el niño con desinterés mientras abrazaba a la niña pelinegra- Deberías dejar de ver tantas películas de terror. - Estoy segura de que alguien estaba en mi casa, mamá no llega hasta en la noche...