Capítulo V

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A Junmyeon no le faltó la atención de las personas, ni de pequeño ni de grande. Su carácter era bueno y su presencia era muy buena también. Más tarde, cuando dejó la universidad, acompañó a Sehun en el negocio de una empresa y comenzó a trabajar duro básicamente durante todos los días.

El rico hombre de negocios Sehun y él, su mujer.

Kim Junmyeon era muy bueno controlando a Sehun en el pasado. Cuando se trataba de negocios, el rojo, el blanco y el amarillo del vino se extendía por toda la mesa desde la tarde hasta el amanecer del segundo día. Escupía, vomitaba y luego bebía otra vez. ¿Qué cosa no habría hecho por él? En ese momento, la presión de Sehun sobre la gran empresa era pobre, y estaba bastante abajo en la jerarquía de posiciones. Más tarde, de las dos personas que empezaron juntas, solo una podría ser considerada como un líder nato y, como resultado, no tuvieron que seguir siendo "La pareja de la sección de relaciones públicas" Por lo tanto, no quedó más para Sehun que deshacerse de él.

🥀

Jun salió silenciosamente de la cama, no pudo controlar la necesidad de humo una vez que estuvo sentado en el sofá. Cuando Junmyeon era joven, se amaba a sí mismo más que a nadie sobre el planeta... Pero después de diez años, dejó de preocuparse por los riegos y el humo de los cigarrillos de segunda mano no dejaba de bombearle incesantemente por la boca.

En ese momento, aunque no se amara a si mismo realmente amaba a Oh Sehun y usaba toda su fuerza para seguir haciéndolo.

El amor ahora tiene catorce años de antigüedad, pero no ha tenido la fuerza de antes. No siente la misma capacidad para querer a Sehun como en la década anterior. El corazón se le está enfriando lentamente, y no espera mucho más de todo el asunto que una mera y profunda decepción. Él no quería sentirse culpable sospechando... Pero sospecha. Comenzó a soportar todo ello debido al amor profundo, y el resultado fue bastante tolerable hasta el momento.

—Realmente no sé si estoy acostumbrado o ya no me importa.

Comienza a dormir un poco en el sofá, y luego tiene fiebre a primera hora de la mañana. Vierte el medicamento en su mano y espera a que se caliente el agua.

—¿Cómo es que estás despierto tan temprano?

El cabello de Sehun estaba un poco caótico, pero eso le hacía lucir más joven. Cuándo se quejaba como en ese momento, no podía hacer otra cosa que recordar sus años de escuela.

Esa parte no había cambiado todavía, al menos.

—Me acostumbré a levantarme temprano, ¿Saldrás y comerás más tarde? Si es así, entonces no cocinaré.

La indiferencia de Sehun le caló los huesos mientras vertía en una gran taza su agua caliente. No le tomó más importancia y se tragó el medicamento frente a él.

Sehun estaba un poco incómodo. Quería desquitarse a cómo fuera y miró lo que Junmyeon había consumido. Preguntó:

—¿Estás enfermo?

—Me he sentido resfriado. —Jun sonrió y dijo—: Nada de lo que preocuparse. ¿Hoy no irás a la empresa?

Sehun no sabía cómo interpretar aquella última oración, ¿era un sarcasmo? Kim incluso había ocupado un poco de su antiguo dialecto en la oración. Su conciencia culpable le provocó decir:

—No me iré, voy a quedarme contigo en la casa.

Junmyeon no reaccionó con sorpresa, quitó de la estufa la olla caliente:

—Entonces puedo conseguirte algo para comer. ¿Qué tal si preparo una sopa de tomate?

—Bien.

Sehun se sintió un poco aliviado, se sentó en el sofá y esperó la cena.

Jun sabe que el humo del aceite le causa náuseas y quiere, ruega, porque Sehun no voltee a verle y descubra que cocinar le está torturando de sobre manera. Solo alcanzó a poner los fideos en la sopa cuando escuchó a Sehun gritar:

—¿Cultivas flores? ¿Ahora te gusta cuidar flores y plantas?

—Mi amigo me la dio, pensó que podría ser divertido para mí cuidarla. —Le dijo Junmyeon.

—¿Cuándo hiciste amigos? ¿Es alguien que conozco? ¿Un hombre adinerado que quiere jugar contigo?

La serie de palabras de Sehun hizo enojar a Junmyeon, y la repugnancia que sentía fue aún peor. Jun jura que Oh es el típico hombre de carácter pesado que se descarrila afuera y se reprime en su casa. Estuvo tentado en sacarlo de sus casillas él también.

—¡Dime de dónde lo conoces! —gritó Sehun con fuerza.

—¿Qué? ¿Tú puedes salir a disfrutar y a mí no me permites relacionarme con alguien? ¡En realidad no sé cómo hacer amigos, gracias a ti! —Kim apagó el fuego y los fideos a medio hornear se pegaron lentamente en el sartén.

Sehun estaba furioso y exaltado:

—¡¿Qué diablos quieres decir?! Yo estoy trabajando duro para ganar dinero para darte lo que necesitas y... ¡Vienes aquí y me dices que voy a perder el tiempo!"

Junmyeon se burló fríamente:

—Soy una persona común, solo necesito el 30% de tu dinero ¿Las acciones de tu empresa no son suficientes para mis gastos? ¿El título de esta casa todavía está a nuestro nombre? ¿Oh Sehun, tu cerebro está roto acaso?"

Sehun fue sorprendido por las palabras de Junmyeon, y estaba más molesto todavía. Kim sabe que Sehun no está acostumbrado a eso, por lo que está tan preocupado que comienza a temblar. Sin embargo, todavía no estaba tan herido hasta que, por la boca de Sehun salió:

—¿Tanto miedo tienes de que pregunte quién es? ¿Quién es el sujeto que te ve cuando no estoy? ¿Te tocó? Maldita sea, esta maceta de flores horribles es suficiente para que puedas comprar una casa, al menos para pagar un anticipo. ¿Quién estaría dispuesto a darle a la gente como tú una casa de oro?

Junmyeon en realidad no sabía que esa variedad de orquídeas eran tan caras en esa parte de Corea, ¿Cómo puede un médico hacer una cosa como esa?

Escuchando las sospechas de Sehun, puede darse cuenta de que está aún más enloquecido que antes. No se siente bien, no quiere enojarse, no quiere pelear. Aprieta los dientes, se muerde la boca y dice:

—No tienes que volver. ¿No es más interesante lo que sea que estés haciendo afuera? Vete si quieres ¡No te preocupes por mí!

Apareció el mal genio de Sehun después de interminables frases hirientes. Como si lo hubiera convocado con éxito y, después de dar dos pasos hacia él con el ceño fruncido y la cara colorada, alzó la mano en el aire...

Kim sabe que no debe esconderse en casos así, y las lágrimas bajan:

—¿Realmente quieres golpearme?

El corazón de Jun está inexplicablemente adolorido y los reflejos de defensa que estaba guardando se van. No sabe si apagó el gas, no recuerda que estaba haciendo. Solo puede pensar y pensar en Sehun y en la extraña fuerza que seguramente posee. ¿Cuántas personas fueron heridas por él? Se pregunta.

Cuando se puso la chaqueta y cerró la puerta, se fue sin mirar atrás.

Junmyeon frunció el ceño y se enjuagó las lágrimas. Se sentó en la mesa con un plato de fideos y descubrió lo verdaderamente difícil que era tragarlo. Muy asqueroso, era tan asqueroso como Oh Sehun. Pero al menos los fideos no lo irritaban.

Al final, la comida y sus emociones fueron escupidas en el inodoro y después, comenzó a vomitar también su propia sangre.

Ambos, su corazón y su garganta, estaban heridos ahora.

Los diez años en que más te amé | SeHoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora