Capítulo LXXIII

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—No hay necesidad de quitarse los zapatos, simplemente venga directamente. Jongin limpiará el piso después. —El muchacho saludó a Sehun con una reverencia y, cuando cerró la puerta, le sonrió una vez más—. Hace mucho frío afuera, ¿verdad?

La voz del niño era muy pesada, y parecía tener muchos problemas para controlar su respiración. Realmente no le gusta la cara que se le forma a las personas que tienen esa enfermedad. Hun le dio las gracias, sin embargo, permanece en busca del hijo del alcalde. Mira para todos lados y pregunta:

—¿Kim Jongin está ocupado?

—Está en la cocina, calentando algo de sopa.

No pasó mucho tiempo antes de que el niño se fuera y en su lugar, Jongin saliera con una taza de té en los dedos.

—Kim Jongin.

Sehun se acercó y quiso darle la mano. Jongin no correspondió el gesto, pero le ofreció un vaso de agua también.

—Gracias por bendecirnos con su presencia, señor Oh.

Sehun se estremeció, su actitud era absolutamente pesada y le miraba como si estuviera haciéndole un favor. Aún es demasiado joven, pero la forma gruesa de sus cejas le hacen lucir como alguien mayor. Se sentaron juntos en el sofá de la sala de estar, el televisor seguía encendido y se transmitía "pororo", el volumen no era bajo y la banda sonora era bastante exagerada de escuchar. Jongin, suspiró un poco avergonzado. Tomó el control remoto y lo puso en mudo.

—A Kyungsoo le encanta ver esta cosa. Ya vio este episodio una y otra vez, una docena de veces. Me hace ver el comienzo del "Rey León" y la caricatura rara esa de una vaca y un pollo.

Sehun sonrió.

—Los niños son así, simplemente les gusta jugar juegos de video y les encanta ver viejas animaciones.

Los ojos de Jongin se han vuelto absolutamente suaves por un momento, y existe el rastro de una sonrisa cálida surgiendo desde su interior.

—No le encantan los juegos porque siempre termino ganando. Le enseñé como podía ganar también, pero estaba tan molesto conmigo que incluso escondió mis discos. Era mejor dejar que siguiera viendo las caricaturas.

Sehun sonrió suavemente, pero el corazón se le vino abajo.

—¿Cómo quiere que le dé las gracias? ¿Cuándo?

Jongin recordó su llamada telefónica y esperó pacientemente por una respuesta. Hun no respondió inmediatamente. Se volvió y dijo:

—¿Está mejor? ¿No ha recibido el trasplante de médula ósea?

Tenía que asegurarse de que la médula no había sido utilizada todavía. El rostro de Jongin estaba algo hundido y se mostró particularmente disgustado por la manera tan familiar con la que había mencionado a Kyungsoo.

—Ha estado muy mal últimamente, y ahora está usando un medicamento sólido para estabilizar su cuerpo. Espero que se pueda operar la próxima semana. —No desea conversar con Sehun—. ¿Podemos apurarnos? Tengo que preparar las cosas para comer.

Sehun no esperó más y lanzó inmediatamente las palabras.

—Kim, seguramente no ha oído hablar de esto, pero tengo a alguien que ha estado conmigo durante unos quince años.

Sehun miró entonces las pocas hojas de té que flotaban en el vaso. Jongin, impaciente, sonrió y dobló una pierna larga sobre la otra.

—Oh... Ya. Una vez lo vi acompañarte a una cena. Se ve bien, es muy guapo. ¿Ese chico ha estado contigo durante quince años? ¿En serio? Siempre pensé que era más joven.

El rostro de Sehun se puso blanco por un momento, y supo entonces que quién era mencionado por la boca de Jongin, era Baekhyun. Kim vio la expresión fea de su rostro y sonrió ampliamente:

—Ups, ¿me equivoqué?

Sehun sonrió.

—Kim, usted sabe que los hombres a veces salen a socializar. No siempre tienes que ir a las fiestas con tu pareja, ¿verdad? Por ejemplo, puedo decir que te vi varias veces antes, y no acompañado por ese niño.

Jongin movió la mandíbula.

—Soo, mi amor. —Jongin no regresó las palabras de Sehun. La cabeza de Kyungsoo se dejó ver tras la puerta de la cocina—. Apaga el fuego y luego ve a tu habitación, cámbiate la ropa y espérame. Te llevaré a comer fuera.

Jongin se percató de que Soo subiera las escaleras antes de enojarse por completo y gritar: —Tienes muchas pelotas para hablar así frente a mi pequeño.

—El apellido de mi esposo es Kim. —Sehun no contestó la provocación de Jongin. Parece que fue muy abrupto, así que habla sin detenerse—. También tiene leucemia. Fue tratado por el médico Zhang Yixing en el Hospital General del Ejército Popular de Liberación hace algún tiempo.

—Oh, entonces lo lamento profundamente.

Jongin solo levantó sus cejas cuando escuchó el nombre de aquella horrible enfermedad, pero no había verdad en sus palabras. No lo lamentaba, ni siquiera le interesaba.

—Su médico lo ayudó a encontrar la médula ósea correcta, pero ahora ya no la tiene.

La voz de Sehun ya posee un poco de temblor en ella, y no hay forma de suprimirlo. Jongin ha comenzado a fruncir el ceño, y tiene ya una fuerte corazonada.

—No vino aquí por publicidad... —. Sonrió con desdén—. Estoy seguro de que la vida de tu esposo es muy preciada para ti.

La mano de Sehun estaba apretada y había una clara mueca de tristeza.

—No importa para que vine, yo...

Jongin negó con la cabeza y dijo:

—No digas que no hay una razón para venir, es obvio. Tu amante, esposo o lo que sea que tengas está esperando por ayuda. Quieres la médula, pero dime. ¿Quién decide qué persona vive y que persona muere? ¿Crees que mi bebé tiene la opción de ser benevolente?

Sehun no dijo nada, solo se inclinó y golpeó la mesa de café con ambas palmas.

—Mi asistente está afuera, con una maleta de dinero. Está listo, esperando mis instrucciones.

Jongin entornó la mirada, suspiró y dijo:

—Oh. ¿Sientes que me hace falta dinero?

—Este dinero no es para usted. Este dinero es para transferirlo a cualquier otra persona que tenga la intención de donar su médula ósea. ¡Estoy seguro de que Kyungsoo puede esperar un poco más pero mi Junmyeon no tiene ni una semana!

Los diez años en que más te amé | SeHoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora