Los diez años en que más te amé | SeHo

Capítulo XXXIII

Sehun no ve ninguna expresión en el rostro contrario. Mira el cuerpo de Jun y observa que no cambia su postura. Tampoco parece que vaya a contestar.

—¿Qué hay de tu abrigo?

Los ojos de Sehun barrieron todo el cuerpo de Kim y alcanzaron a detenerse en sus pupilas. Jun hace lo mismo, se detiene en sus anteojos y en el marco dorado. Oh tiene solo un grado muy bajo de miopía, por lo que suele utilizarlos cuando tiene que atender negocios muy importantes.

Puede ser debido al frío, pero su tiempo de reacción se ha ralentizado. Junmyeon, quién parece algo decepcionado, sonríe y su voz débil le pregunta:

—¿No cenaste todavía?

La expresión de Sehun se convirtió en una pesada bruma por un momento, los documentos que tenía en la mano se dirigieron directamente a la cara de Jun. No le provocaron ningún tipo de dolor, pero la tristeza del instante se le grabó a presión por todos lados.

🥀

Sehun estaba de buen humor hoy. Siguió el proyecto de licitación durante mucho tiempo y finalmente consiguió entablar una buena relación con el hijo de la familia del mayor Kim. El alcalde seguía siendo una especie de persona cargada con un infinito amor a su familia, y luchó de manera incansable por el amante de su hijo quién aparentemente tenía una enfermedad terminal. Un par de firmas, los contactos correctos y la médula ósea que necesitaba ya era suya. ¡Un éxito total!

Ahora que todos estaban terminando de trabajar, Sehun piensa que logró descuidar a Jun por mucho tiempo y quiere estar con él lo antes posible... Pero cuando llega a casa, el resultado es que no hay nadie esperándole allí. De hecho, no es tan grave como para ocasionar que Oh se enojara con Junmyeon de esta manera. Sehun sabe que el castaño sale de vez en cuando a comprar algo de comida o artículos de primera necesidad. Fue paciente y esperó a que alguien llegara. ¡Sehun estuvo esperando por mucho tiempo! Y cuando él está aburrido, le gusta pensar en algo para hacer. Moverse por su casa y arreglar cosas...

De repente, recuerda la bufanda que le compró a Jun el mes pasado. Después de año nuevo, quiere llevar a Junmyeon a Sancheoneo para ver las esculturas de hielo juntos. La bufanda es buena, de calidad y parece caliente. La busca, desordena todo...

Lo malo es que encuentra la bufanda equivocada.

Cuándo saca la elegante bufanda "Burberry" de una bolsa de papel, Sehun pensó que ya había pasado mucho tiempo desde que vio una de esas. Siempre se preocupó por comprar sus propias cosas y, por consiguiente, está seguro de que esa bufanda no era la suya. ¿De quién es? Él sabe que Jun siempre se muestra absolutamente reacio a comprar cosas tan caras.

Entonces nota que parece desgastada.

Sehun se acercó a la bufanda y olió una fragancia mentolada y el olor a desinfectante del hospital. De repente, en su cerebro, la escena del Ferrari estacionándose en su casa se reproduce. El hombre que seguramente le dio las orquídeas...

Las cosas son serias ahora. La posesividad de Oh es particularmente fuerte, pero por lo general sabe cómo ser dócil. Oh Sehun rara vez muestra lo enojado que está. Lo pensó. Imaginó que Jun no podía soportar la soledad. Lo vio allí, llamándole, suplicándole, entregándose a él. ¿Qué habrá hecho en su propia casa las innumerables noches en las que no regresó? ¿Se revolcó en su cama como una golfa? Cuánto más piensa, más repugnante es.

La imaginación es a veces algo muy dañino. Sehun pensó en ello durante la tarde entera, y esperó pacientemente a Junmyeon. Hun no ha tenido tiempo de recapacitar por sus propios errores porque ante sus ojos, Kim Junmyeon es el único pecador. La única persona en la sala que merece un castigo.