-Amor no estoy entendiendo nada, quisieras explicarme, ¿qué es lo que te ocurre?
-Tu amigo no me da buena vibra eso es todo
-Creí que no juzgabas a las personas sin antes conocerlas
-No estoy juzgando a nadie – frunció el ceño cruzándose de brazos – Hay algo en él que no me gusta, es como si algo me dijera que no esté cerca de esa persona.
-Alexandra
-James – por su tono de voz supe que no estaba en discusión aquello
-Bien, se hará lo que tú digas – respondió un "gracias" antes de adentrarse al baño.
Esa noche no volvimos a discutir sobre ningún tema, nos acostamos y enseguida ella cayó en un profundo sueño. Yo no podía ni cerrar los ojos, estaba algo impaciente, más porque Evan tampoco llegaba a casa.
El sonido de un auto estacionarse afuera me indicó que mi hermano había llegado, me levante con sumo cuidado de no despertar a mi reina y baje a la segunda planta.
-Evan – lo llame antes de que entrara en su habitación
-James, ¿sucede algo?
-Estaba preocupado porque no llegabas
-Ow, yo sabía que si me amas – dijo haciendo cara enternecida
-Evan – dije en tono amenazador
-Siempre tienes que ser un ogro – rodo los ojos con una sonrisa – Lo siento, me demore en la bodega viendo que el mensaje que enviamos fuera todo un éxito
-¿Qué tal salió todo?
-Un éxito. Tendremos que cuidar más nuestras espaldas
-Gracias – le palmee el hombro – Cuídate, no quiero perder a mi hermano
-No lo perderás, sino ¿quién te molestaría? – me pellizco una mejilla - Buenas noches hermanito – se adentró en su habitación sin darme tiempo a reaccionar
-¡Ya madura Evan Miller!
Lo escuche reír del otro lado de la puerta, mis hermanos son todo unos adultos y siguen comportándose como adolescentes conmigo, y eso muy en el fondo me gusta. Me recuerda a la infancia feliz que tuvimos cuando estaba nuestra mamá.
Regrese a la habitación, por un momento creí que Alex habría despertado, pero seguía en la misma posición. Me acosté y la atraje hacia mí rodeándola con mi brazo.
Tarde mucho en conciliar el sueño, el presentimiento de que pasaría algo malo seguía presente. No sabía qué demonios me ocurría y por primera vez, implore a Dios que no le pasara nada a mi familia, no podría soportarlo.
Alexandra Coleman
-Me tengo que ir a la empresa, aún hay asuntos que tengo pendientes
-¿Llegaras tarde? – negó
-Viene Carlos a traer los resultados, tratare de llegar temprano
-Bien – me beso dulcemente – Con cuidado Señor Miller
-Usted también cuídese señora Miller, hasta la tarde – lo bese por última vez
-Adiós Evan – le grite a mi cuñado que ya estaba montado en la camioneta
-Chao enana – grito haciéndome una señal de adiós.
Siento que era muy pronto para que regrese al trabajo, pero el asegura que su herida está bien y no hará esfuerzo. –Más bien tercos obsesionados que son los Miller – pensé
ESTÁS LEYENDO
El juego comenzó. (El rey, 2° parte)
Science Fiction"Retar al diablo puede costarte muy caro..." - James Miller y Alexandra Coleman - ♤ II Libro, Saga MC ♤