CAPÍTULO 36

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-¡Papi, papi! – Giorgio brinca en la cama y se lanza encima de mí con intención de despertarme.

-Papi, arriba – Valerio tira de mi mano izquierda con fuerza - ¡Papi! – grita enojado cayendo de pompas en la cama.

-¡PAPÁ! – ambas copias gritan al unísono, están enojados por no ser atendidos a tiempo. Cuando ellos demandan atención deben recibirla, de lo contrario se volverán como un huracán grado cinco y acabarán con todo a su paso.

-¡Mande! – respondo en un tono alto, sin abrir los ojos. Está bien darles atención, pero es momento de enseñarles modales y quién es la autoridad en casa o acabaran por volverse malcriados – Estoy criando a unos niños educados, ¿verdad?

-Si papi – asienten con la cabeza gacha.

-Bien – me levanto de cama y los abrazo, dejando besos en sus mejillas – Vamos a ducharnos y ponernos muy guapos para recibir a sus tíos.

-Ev... Evi

-Evan – corrijo a Giorgio besando su frente - ¡El último en llegar al baño es una copia pirata! – mis chicos se zafan de mis brazos y bajan corriendo hacia el baño.

Definitivamente mis copias son el motor de mi vida.

Me bañe con las copias, los arreglé, baje a desayunar con ellos y jugamos hasta el medio día que comenzaron a bostezar. Los subí a su habitación y una vez se quedaron dormidos salí del cuarto.

-Te los encargo – pedí a Erick, éste asintió quedándose al pie de su puerta.

-Sus hermanos han llegado – comunica en un murmuro, agradezco y bajo a la sala.

-James – mi hermanita corre a colgarse de mi cuello, abrazándome fuertemente – Tonto.

-Discúlpame Liz, no volveré a preocuparte – acaricio el cabello de la pelinegra.

-¿Y yo qué? – Pelea Evan – Dijiste que era el preferido y siempre abrazas primero a esa mocosa.

-Era un secreto, Baldassare – abro los ojos fingiendo temor, Lizeth frunce el ceño dándome un pellizco - ¡Auch!

-¡Lo sabía! – Reclama – Mentiroso – los tres nos quedamos mirando y estallamos en risas.

-Parecías inquieto ayer que llamaste, ¿está todo bien?

-Nada está bien – niego suspirando – Mejor siéntense, ¿quieren algo de tomar?

-Estás evitando la conversación.

-Vienen llegando, primero relájense un rato y después platicamos.

-James – Ev me detiene, haciéndome girar – Directo al grano, queremos saber por qué sonabas raro.

-Yo no... No sé cómo decirlo.

-Solo dilo, podemos con lo que sea – asegura Lizeth.

-Es que...

-¡HABLA YA! – ambos gritan, haciéndome perder la paciencia.

-Mijaíl Ivanov y nuestra madre eran amantes, además cabe la posibilidad que seamos hijos de él y no de David Miller.

Mis hermanos estaban estupefactos, ninguno articulaba palabra y comenzaba a preocuparme.

-Necesito una botella de whisky – Lizeth corrió a la cantina por tres botellas, nos dio una cada quién y se empinó la suya.

-Evan, por favor di algo.

-Estoy atónito, no sé qué decir - se deja caer en el sillón con la mirada perdida.

El juego comenzó. (El rey, 2° parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora