Todos los hombres necesitan de una excelente mujer porque incluso en el ajedrez, la dama protege al rey.
...
Alexandra Miller
-¿Qué sucede Amelie? – pregunté irritada a través del intercomunicador – Dije que no quería interrupciones.
En la junta de la mañana, los miembros del consejo anunciaron que vendieron sus acciones. Desde entonces me la he pasado investigando acerca del comprador misterioso, hay algo muy extraño detrás de todo y no importa cuánto tarde, voy a descubrir la verdad.
-Perdón la interrupción – se disculpó cautelosa – Hay un Señor aquí, dice que quiere hablar con usted y no se irá hasta que lo reciba.
-Pues se quedará esperando, en este momento no puedo atenderlo.
-Dice que se trata del comprador anónimo – esas palabras captaron mi atención.
-Hazlo pasar – corté la comunicación y me acomodé en mi lugar tomando una postura seria y firme.
-No puede ser – ¿Él qué diablos hace aquí?
-Buenas tardes Alexandra – su mirada me recorrió de pies a cabeza. No pude evitar sentir escalofríos, este tipo me pone los pelos de punta.
-Buenas tardes – salude cortes – No es por ser grosera, pero, ¿qué hace aquí?
-Vine a buscar a James, quería hablar con él y tú secretaria dijo que él ya no venía - camino hasta quedar detrás de una silla frente al escritorio - Me llevé una sorpresa al enterarme que usted es la nueva presidenta de la compañía.
Dominick estaba sentado en el fondo de mi oficina en uno de los sillones, con la mirada le había pedido que se quedara en su sitio, inclusive podría decir que Chad no lo ha notado.
-No sé por qué, es toda una noticia a nivel empresarial y social – forcé una sonrisa – Quizá usted no ve revistas, periódicos, o no tiene redes sociales.
-Escuche rumores, pero no pensé que fuera verdad. En fin – se encogió de hombros sin dejar de sonreír - ¿Aceptaría ir a comer conmigo?
-En este momento estoy muy ocupada Señor Webster – la verdad es que no quiero salir con este tipo a ningún lado.
-Es por un asunto de trabajo – este sujeto es un calculador y puedo notar en su mirada que algo esconde.
-Bien – asentí – Le diré a Evan que nos acompañe.
-Me temo que eso no será posible – ese tono de voz no me gusta para nada - Con la única persona que hablaré, serás tú.
-Está bien – asentí con una sonrisa – Theo – grité el nombre de uno de los escoltas que permanecen junto a mi puerta.
-Dígame señora – entró enseguida.
-Señor Webster – miré a Chad - ¿Trae auto?
-Sí, de hecho esperaba que fuéramos juntos – me miró confundido.
-No se confunda – lo miré frívola – Acepte ir con usted para hablar de negocios, pero yo voy en mi auto, con mis escoltas – puntualicé - Si usted quiere que vayamos juntos, será en mi auto.
-No podría ser de otra manera – sonrió forzoso.
-Theo, escolta al Señor a la camioneta – miré a Chad nuevamente – Vaya con él, por favor. En unos minutos lo alcanzo.
-Claro.
Theo cerró la puerta cuando salieron, Dominick se levantó y con la mano le pedí que se acercara.
ESTÁS LEYENDO
El juego comenzó. (El rey, 2° parte)
Ficção Científica"Retar al diablo puede costarte muy caro..." - James Miller y Alexandra Coleman - ♤ II Libro, Saga MC ♤