James Miller.
Todos dicen que el diablo no es capaz de amar, ¿cómo podría hacerlo si no tiene alma?, lo cierto es, que el diablo sí tiene alma y su amor es de lo más puro.
Amar, es una acto que solo los más valientes se atreven hacer y es que el amor no solo se trata de cartitas, flores e intercambiar apapachos; el amor va mucho más allá y solo pocas personas entienden ese significado.
No soy una persona friolenta, de hecho nunca había sentido tanto frío como esta mañana; volteo en busca del calor corporal y doy de lleno con su lugar vacío. Me levanto a buscarla, pero no está, no hay ni rastro de ella en la habitación.
Escucho un vidrio romperse e inmediatamente salgo corriendo, pensando que podría ser ella y pudiera haberle ocurrido algo.
-¿Qué ha pasado? – Mis ojos pasan por los presentes, me relaja ver que no ha sido Alexandra la accidentada, aunque tampoco está aquí y es raro - ¿Steve? – cuestiono a mi cuñado, éste tiene el puño ensangrentado y parece humear por las orejas. Por otra parte, Kyle llama por teléfono y Emma evita mirarme.
-No está en la pro... - Liz entró corriendo y se cayó al verme – James – esa mirada no me gusta para nada.
Frunzo el ceño mirándolos estrujándolos con la mirada, pues algo extraño está ocurriendo - Explíquenme qué está pasando - Liz pasa saliva pesadamente, Kyle cuelga y me lanza una mirada apenada.
Los cables en mi mente hacen conexión, mi pulso se acelera, volteo a todas partes buscándola y no está - Mi reina - pronuncio caminando hacia la salida. No necesitaban decirme, sus caras confirmaban mi presentimiento y aquello que iba decir Lizeth es que no estaba en la propiedad.
-¡HENDERSON, DOMINICK! – mi frívolo grito resonó en todo el patio.
-Patrón – llegan corriendo, ambos con la mirada gacha por su ineptitud. Apenas Henderson se para frente a mí le meto un puñetazo en la cara, cayendo de espaldas al suelo con la nariz rota – Lo siento mi Señor.
-¿LO SIENTO? - Sonrío irónico - ¡MI ESPOSA NO ESTÁ! – Mi grito sale desolado; soy un maldito imbécil, un pobre diablo destrozado porque el amor de su vida lo ha abandonado - Eres el maldito jefe de escoltas, Henderson, ¿CÓMO DIABLOS NO TE DISTE CUENTA?
-Patrón, la Señora...
-¡TÚ CÁLLATE DOMINICK! – Lo apunto con mi dedo, amenazante – Eres su puto escolta, ¡debiste estar más al pendiente! – Tiro de mi cabello desesperadamente - ¡SON UNOS INEPTOS!, ¡SI ALGO MALO LE PASA A MI MUJER ACABARÉ CON TODOS USTEDES POR SU MALDITA NEGLIGENCIA!
-Señor, la vamos a encontrar – asevera Henderson, levantándose con la cabeza en alto.
-Eso espero o serás el primer en morir, lo juro – escupo entre dientes y vuelvo entrar a la residencia, apenas escucho la puerta cerrarse me dejo caer de rodillas sin importarme que mi familia esté mirándome.
-James...
-¿Por qué Liz? – Tapo mi cara con mis manos dejando que las lágrimas bajen como cascadas - ¡POR QUÉ ME ABANDONÓ! – Miro a sus hermanos buscando respuestas - ¿Ustedes sabían?, ¡Lo sabían!
-No James, no - niega Kyle rápidamente - Encontramos una nota...
-¿Qué nota? – Me levanto del suelo limpiando mis lágrimas – Kyle, ¿qué nota?
-Esta nota – Steve llega, supongo que Emma estaba sacándole los cristales de la mesa enterrados en su mano – Tú la entenderás mejor que nosotros.
"Desde pequeño has luchado y te has desvivido por tu familia, e incluso, cuando mis hermanos, Nicolás y yo nos unimos a ustedes, tú siempre nos cuidaste.
Admiro tu capacidad tan inmensa de amar a todos aquellos que amas y te aman. Pero tocará mantener las apariencias por el bien de los nuestros, por eso he decido protegerte a mi manera.
Eres un gran jugador, sé que pronto descifraras la estrategia del juego y ganaras. Mi rey, por favor cuida nuestro tesoro más valioso, tú eres el único capaz de mantener a salvo nuestra riqueza.
Además, nunca olvides que mis ojos prometen lo que mi boca no pudo expresarte, te ruego que no pongas en duda mis sentimientos y mi lealtad. Tengo fe en nosotros y en que si nuestro amor en lo suficientemente fuerte, sobrevivirá.
PD: En el ajedrez la reina protege al rey."
-Pequeña idiota – gruño en mis pensamientos, siempre haciendo todo a mis espaldas. Molesto, camino hacia las escaleras - Díganle a los guardias que dejen de buscarla, ya sé dónde está.
-¡Excelente! – Festeja Liz, entusiasmada - Vamos por ella.
-No – asevero frívolo – No iré por ella.
-¿Qué?
-Dije que no iré por ella – reafirmo – No vale la pena.
-James qué estás diciendo – cuestiona Kyle contrariado, en su tono comienza escucharse la molestia – Explícate.
-Esa mujer no vale ni una maldita lágrima – volteo diciendo cada palabra con repulsión - Es una bazofia.
-¡Hey, ten cuidado del cómo estás hablando! – Steve se acerca amenazante hacía mí – Esa mujer, es mi hermana; tú esposa y madre de tus hijos.
-Una mujer que abandona a su familia, sin importarle sus hijos o su esposo para irse con otro, es de lo peor – acorto la distancia quedando frente a él – Pero si encuentras a esa cualquiera, dile que no vuelva aparecerse frente a mí nunca más, de lo contrario la mataré.
-Maldito hijo de puta – Steve me soltó un puñetazo en la cara, se lo devolví y así nos enfrascamos en una pelea, solo paramos cuando Evan llegó y con ayuda de los guardias nos separaron.
Alexandra es terca como una mula, ahora entiendo las cosas y de habérmelo dicho ayer me habría negado completamente, por eso escapo mientras todos dormíamos. Sus habilidades para escurrirse entre los guardias siguen sorprendiéndome y es que cada vez es mucho mejor.
Sin embargo, su escape significa que ya descubrió la identidad del camaleón y su verdadero objetivo, dejándome claro que hay cosas que simplemente los hombres no podemos hacer y es obvio, el camaleón es un hombre y ella es una Diosa. Su loca idea podría funcionar si trabajamos juntos y eso solo funcionará si finjo odiarla.
No me tranquiliza para nada su idea, al contrario, me parece pésima y me enfurece en sobremanera; es muy riesgoso ya que no podré defenderla si ese imbécil intenta propasarse. Pero mientras le hagamos creer a los demás que la odio por dejarme, ese imbécil no sospechara.
Después de todo es un inepto y nosotros, nosotros somos los malditos reyes italianos.
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El juego comenzó. (El rey, 2° parte)
Science Fiction"Retar al diablo puede costarte muy caro..." - James Miller y Alexandra Coleman - ♤ II Libro, Saga MC ♤