Capitulo 10

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James Miller

-¿Qué? – cuestiono mi reina – ¡No!, No James. No puedes mandarlos lejos solo porque tú ya lo has decidido.

Admito que era una decisión que yo mismo había tomado sin siquiera considerar a mi mujer. Desde luego no quería mandarlos lejos, pero también son mis hijos y me duelen igual que a ella.

-Alex tenemos que alejarlos de nosotros hasta solucionar esto, si se quedan aquí en algún momento podrán herirlos y no quiero eso.

-James

-No, esta vez no te haré caso. Dije que ellos se irán a Italia – agarró a los niños y se los llevó escaleras arriba.

-Hermano, ¿no se pueden quedar los niños aquí? – me pregunto Liz

-Tu misma escuchaste lo que dijeron los escoltas, casi les disparan.

-Sabes qué es lo que creo – hablo Nico – Por algún motivo siento que su objetivo solo son los hombres Miller

-¿Por qué crees eso?

-Piénsalo un minuto. A los únicos que han intentado matarlos son a ustedes y a los niños

-Al matarnos a nosotros los niños quedarían como los nuevos jefes – Evan me miro preocupado – No podemos dejar que los hieran

-No lo harán - dijo mi hermana

-Crearemos una fortaleza de ser necesario. No dejare que les toquen un solo cabello a mis hijos – interrumpió mi reina. Caminó hasta pararse junto a mí, entrelazo nuestras manos mirándome cómplice.

-Aprenderán que con los reyes nadie se mete.

...

Ese día no hicimos nada más que disfrutar a nuestros hijos el mayor tiempo posible, a la media noche ellos partieron junto con Sofi en el jet rumbo a Italia siendo custodiados por Tony y Erick.

Nicolas también se marchó con ellos, él se encargaría de cuidarlos y mantenerlos a salvo, Mark ya estaba enterado del asunto y estaría al mando de cuidar a sus nietos junto con Nico.

Mi reina estaba demasiado triste al alejarse de las copias por tiempo indefinido, al final ella entendió que era lo mejor.

Sobre la novia de Steve, ella me había agradado y a nadie de la familia de le había generado desconfianza. Además estaba en deuda con ella por haber recibido el impacto de la bala que iba directo a mi hijo.

Seguramente mi cuñado quería algo serio con ella y tal vez pronto se uniera formalmente a la familia, pero por lo mientras debíamos mantenerla alejada. Mi mujer la había mandado de regreso a su casa, mi cuñado no estaba del todo feliz, sin embargo, tuvo que aceptar la orden, él también sabía que eso era lo mejor.

-Deberías ir tú también a Italia – le dije a mi reina, acabábamos de llegar del aeropuerto

-No quiero dejarte solo

-Y yo no quiero que te pase nada malo, ni a mi hija

-Mientras estemos juntos estaremos bien – me sonrió

-Fue muy estúpido el que te expusieras de ese modo en la tarde, pero gracias. Sin ti no hubiéramos podido

-No me llevo todo el crédito porque me ayudaron, pero sí. Soy increíble

-Mi arrogancia se te ha contagiado señora Miller – la abrace acercando mi rostro al suyo – Te amo

-Yo también te amo señor Miller – acorte la distancia uniendo nuestros labios.

El juego comenzó. (El rey, 2° parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora