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A diferencia del resto del resto, el Dios del Hielo y el Dios del fuego eran los únicos que no ofrecían sus servicios por medio de peticiones, ellos no recibían plegarias ni ofrendas, su misión era otra: ser guardianes de los objetos cósmicos del ...

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A diferencia del resto del resto, el Dios del Hielo y el Dios del fuego eran los únicos que no ofrecían sus servicios por medio de peticiones, ellos no recibían plegarias ni ofrendas, su misión era otra: ser guardianes de los objetos cósmicos del equilibrio. Dos hermosos diamantes que mantenían la estabilidad del mundo, tanto del día como de la noche, los desiertos y los mares, el cielo y la tierra, la vida y la muerte.
Los dos objetos emanaban una gran influencia celestial, y podía absorber energía de la fuente más cercana a ellos. El portador de aquellos accesorios se convertiría en alguien muy poderoso. Y si cayesen en manos equivocadas, sería una gran amenaza para los humanos y el mundo completo. Debido a eso fue que llegaron a la decisión de alejarlos y ponerle guardianes.

Al norte helaba, era un lugar protegido por Kevin, el Dios del hielo, quien se mostraba en conflicto por haber perdido aquel cristal.

Por otro lado estaba HyunJae, quien gobernaba el sur, el reino de fuego. Al enterarse del hurto del cristal de hielo, no bajaba la guardia.

El norte y el sur, justo en los extremos del continente, estaba completamente deshabitado, y entre más te acercas al lugar, más peligroso y prohibido era el camino.

Ese fue el error de YunHo. Un joven cazador que depositaba su fe en el Dios del viento. Hace tres noches atrás su sonrisa era lo único que no podía desaparecer, al fin había conseguido suficiente animales para venderlos en el mercado del pueblo, y así le compraría a su hermosa hermana lo que ella deseara.

"YunHo"
Escuchó una voz en el viento, muy distante, era poco audible. Al principio pensó que era algo que estaba en su mente o que era el aire golpeando árboles para confundirlo, pero...

"YunHo, ayúdame, estoy atrapada"
Volvió a escuchar. Esa voz la conocía perfectamente, era su hermana.

- ¡Sol ¿dónde estás?! - exclamó ya preocupado.

La chica continuó quejándose con desespero, mientras que YunHo seguía su voz.

Una cabaña, la voz provenía de una cabaña. Esta estaba construida de una madera vieja y oscura, y a juzgar por su apariencia, no faltaba mucho para que se viniera abajo.

"¡¡YunHo, por favor. Aaahh!!" Se escuchó nuevamente la voz, esta vez fue un grito que provenía de una de las habitaciones.
El joven preparó su arco para enfrentar lo que sea que tenga a su hermana atrapada. Con una patada fuerte, derriba la frágil puerta desgastada. Pero no había nada, solo una silla incluso más antigua que aquella casa, y en ella, un muñeco hecho de paja y restos de trapos viejos.

-¿Qué haces aquí? ¿Acaso no sabes que está prohibido? - habló HyunJae con autoridad. Observó el objeto en la fea silla para luego incinerarlo. Él sabía muy bien lo que era - ¿Dónde está la bruja?- Cuestiona con semblante serio. Eran los primeros intrusos en mucho tiempo.

Y aunque YunHo quiso responderle, este literalmente no pudo articular ni una sola palabra.

Ahora, se mantenía en una celda, con cadenas de acero en dos de sus extremidades, despojados de sus armas, sin poder hablar, confundido, y con ganas de ver a su hermana y decirle que todo estará bien.

(...)

Jacob, el Dios del rayo, observaba a HyunJae con atención, jamás lo había visto de aquella manera: desesperado y ansioso. Siempre se mostró duro ante la sociedad, y nunca se permitía llorar delante de los demás.

- ¿Vistes algo? - pregunta Jacob.

- Vi a un chico que al parecer venía con una hechicera, con ella no pude dar. Pero el chico se niega a emitir palabras.

-Si ese diamante llega a las manos equivocadas será en fin para...

- Lo sé, Jacob, lo sé ¿pero qué puedo hacer? Encontré a cuatro de mis mejores perros masacrados en donde se supone que debe de estar el diamante. No tengo la menor idea de donde es aquel chico, ni se quién es. Sea quien sea el ser detrás de esto, no planea nada bueno- a medida que HyunJae hablaba, su voz sonaba trémula. Los nervios se habían apoderado de su ser. Lo único que hacía era caminar de un lado hacia el otro.

Jacob lo seguía con la mirada. Él sabía muy bien la gravedad del asunto. Tan poderoso eran aquellos objetos que podían unir el sol con la luna y el cielo con la tierra.

- ¿Sabes que me sorprende? - pregunta el Dios del rayo, y al notar que HyunJae no respondería, continuó - que haya robado el diamante fácilmente, es decir, tu seguridad es muy mala si quien lo robó fue una hechicera.

HyunJae lo mira incrédulo, pero luego pone sus ojos en blanco y toma a siento frente a su amigo.

- Jac, el diamante estaba oculto en la fortaleza, entres muros y una puerta muy segura, dentro del cuarto estaban mis tres guardianes, bestias que solo tenían que percibir un movimiento para convertirlo en su próxima presa ¿te parece poco?

- Está bien, está bien, ya entendí. - Jacob levantó las manos al aire, como gesto de comprensión - Tienes que decirle a Kevin - añadió mirándolo fijamente.

De algo si estaban seguro: se aproximaba una guerra muy caótica.

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THE GODz   ͟͟͞͞➳ The BoyzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora