Un mundo reinado por dioses, en donde la discordia y la codicia aparentan más fuerza que el amor y la justicia.
- Me he aburrido de aquello, los humanos son tan patéticos; viven para morir, y tratan de huir de los problemas como si pudieran escapar...
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-Dime algo, YoungHoon - ambos mantenían sus miradas conectadas de manera desafiante, si antes se veían como amigos, ahora ya no - ¿Tenías o tienes planes con alguna de ellas? Responde.
Notó como el mayor desviaba la mirada tratando de pensar en una respuesta, él no pelearía, no, no está en posición de hacerlo, aún estaba débil. Las manos de YoungHoon se hicieron un puño, aún estaba en su mundo, tratando de pensar en algo para decirle a Sunwoo. Sudaba.
-Tomaré eso como un si- El Dios de la guerra vuelve al trono de Juyeon adoptando una postura muy cómoda para él - ¿Crees que puedo confiar en alguien que anda por el mundo enamorándose de semidioses? ¿Qué crees que pasará cuando los hijos de los semidioses decidan tener su propia familia? ¿Acaso piensas que sus hijos van a ser dioses? ¡Olvídalo! No serán más que simples humanos que darán luz a otros humanos, y así la era de los Dioses pasará a ser una triste leyenda.
-Ellos serán humanos... -Repite YoungHoon en un balbuceo a modo de reflexión.
-¡Exacto! Ya lo estás entendiendo.
YoungHoon guardó silencio por un momento, al fin se daría cuenta de lo grave que es para el linaje de Dioses de sangre pura cruzar su raza con la de los mortales. -Pero, no creo que sea así, si Alma se ve involucrada con un Dios, sus descendientes también lo serán, ella no es humana - protesta YoungHoon.
-Ah, ¿entonces te gusta la chica esqueleto? ¿Por eso es que no la mataste? Te tengo malas noticias; primero, ella nunca se interesaría en ti, su amor es Juyeon. Y segundo, aúnque lo hiciera, ella ya está muerta, y esas así no reviven.
Por dentro a él le gustaba hacerlo sufrir, sentía su ego en las nubes y lo admitía. Y el hecho de estar sentado en un trono tan importante incrementaba su poder, algún día el sería el gobernante de todo aquello que habitaba el mundo terrestre y también del inframundo, eso era lo que se solía decir cada mañana cuándo despertaba. Desde el principio se supo que el Dios de la guerra sería de este modo, hasta el mayor temor del Dios de dioses era que Sunwoo se volviera el villano. Y ahora ese temor está saliendo a la luz.
-¿Cómo tu chica? - dijo YoungHoon levantando su ceja. Claramente a Sunwoo no le agradó, nadie hablaba de ella, y mucho menos en su presencia. Este último tensó su mandíbula y lo dejó pasar después de un suspiro.
- A ella no la metas en esto, está devuelta en el cielo, es lo importante, en cualquier momento puede reencarnar o volver, el Dios de dioses es muy piadoso.
- Sunwoo, verdaderamente no te entiendo ¿te das cuenta que solo fuiste una marioneta para Juyeon? ¿Qué te dio a cambio? ¿Extinguir a tu gente? Él acabará con todos y sus almas estarán vagando, muchos de nosotros desapareceremos, y cuando eso pase el verdadero linaje que tanto defiendes no dejará ningún rastro, y tú querida amada no volverá por todas esas vidas.
- Lo hice por venganza - ahora si que estaba enojado, sus ojos ser cristalizaron y en su frente una vena se dejó ver, incluso sus manos estaban hecha un puño - Chanhee arruinó todo, él es el verdadero villano, tan pegado a la ley, incluso más que SangYeon, solo para verme sufrir. Con la única que quería una descendencia era con ella- Esto último lo susurra- ¡y lo arruinó, todo es su culpa!
