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— El mar me ha dado el poder suficiente, y el océano me ha hecho ser valiente~ — Canta un Eric entusiasmado mientras sostenía una taza de frutos secos

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El mar me ha dado el poder suficiente, y el océano me ha hecho ser valiente~ — Canta un Eric entusiasmado mientras sostenía una taza de frutos secos. Este se encontraba sentado en donde se supone que tendía qu
e estar el capitán del barco, estaba cruzado de piernas mientras disfrutaba de sus frutos secos y cantaba alegremente.

— ¿De verdad es un Dios? — se pregunta Hyunjae para si mismo —Es como un niño pequeño, pero con mucho poder — se dirige a la orilla del barco y observa cómo el agua impulsaba el barco para hacerlo mover, todo gracias al poder de Eric. Hyunjae estaba sorprendido de su nivel de concentración. Nuevamente observa a Eric, quien ahora estaba dormido.

— ¡Oye! ¡Oye! ¡No te puedes dormir! ¡Nos vamos a morir! — Alerta HongJoong sacudiendo el cuerpo de Eric haciendo que despierte al instante.

— Aléjate — ordena el Dios del mar con voz autoritaria.

《Increíble, ni parece la misma persona que cantaba hace un momento》 piensa Hyunaje observando a Eric, quien tenía el entrecejo fruncido.

Eric fue el último de los dioses, por tal motivo no pudieron convivir con él mucho tiempo, no lo conocen del todo, solo cuando fue su llegada; la muerte de dos hermanos gemelos fue el detonante de otra vida, una celestial. Quien iba a imaginar que un nuevo Dios aparecería, casi todos los Dioses existían, listos para cumplir su deber, el Dios de dioses no se manifestaba para anunciarlo, así que hasta ahora hemos pensado que el deseo humano también puede crear dioses.

— ¡Allí, tierra firme! — exclama uno de los tripulantes sacando a Hyunjae de sus pensamientos. Todos los demás al escuchar aquello se hicieron hacia delante para confirmarlo por ellos mismos, y en efecto, se podía observar el continente.

— ¿Tan rápido? Pensé que estaríamos más lejos — comenta Arisha, quien todo este tiempo se mantuvo observando los mapas, después de todo esa era su pasión.

— Si, pero con esta velocidad no sentimos la gran distancia — Responde el humano pirata.

Hyunaje achica los ojos enfocando su vista, estaban casi a lo orilla. Un humo empezó a invadir el lugar, y pocos segundos después se dejó ver como el fuego consumía una cabaña, todo esto acompañado de gritos. Las personas corrían por todo el lugar desesperadas, algunos llevaban armas y otros solo buscaban un lugar dónde estar seguros. Los esqueletos atacaban. Rápidamente Eric y Hyunjae bajan del barco igual de desesperados que los humanos.

Lluvia de sal — Musita el Dios de los mares y los océanos, para después atraer el agua hacia el fuego, apagándolo de inmediato.

Hyunjae por su parte utilizaba sus poderes de fuego para atacar al enemigo, incinerado su cuerpo esquelético.

—Estás cosas no dejan de aparecer, es estresante— Dice HongJoong, quien ya se encontraba batallando junto a los dioses con su espada de acero. Segundos después, uno de esos monstruos lo sostenía del hombro, rápidamente este destruye su mano con ayuda de su arma — y repugnante — añade sacudiendo su hombro.

A todo esto, Arisha también se había unido a la pelea, sin embargo, esta no llevaba consigo una espada, sólo tenía un escudo que había tomado de algún lugar, así defendía e intentaba atacar al enemigo. No obstante era una tarea muy difícil, un simple escudo no la podía proteger un ejército del mal, y mucho menos de uno leyenda. Y justo cuando ya se veía en el otro mundo, Hyunjae la protegió — Tranquila, yo estoy aquí. Toma esto— dice el Dios del fuego entregándole su espada a la chica, quien la sujeta aún sorprendida y admirada por aquel ser.

No hay que mentir, la serenidad en el semblante de aquel dios era capaz de transmitir paz a cualquiera, sumado a esto el hecho de que poseía un atractivo muy peculiar. Quien sabe, quizás ya había flechado a otras chicas más.

— Desde ahora soy creyente del fuego — piensa la pirata en voz alta mientras aún seguía anonada observando a Hyunjae. HongJoong golpea suavemente la frente de esta, provocando que regresara a la realidad y por fin saliera de su trance, sumado a un "Concéntrate" del rey pirata.

Poco tiempo después habían acabado con todos los esqueletos que acechaban el lugar, cuyas calles estaban bañadas de sangre, sangre de gente inocente y el llanto de los que lograron sobrevivir. Y aunque sus hogares aún se mantenían en pie, no dejaba de ser una masacre. Se podía observar a niños llorando por sus familiares caídos, y a padres desconsolados por la pérdida de sus hijos. Sin duda era una escena escalofriante y triste.

— Nunca imaginé que los humanos llegaran a amar de esta manera, me da escalofríos de solo pemsarlo — Eric hizo una pausa aún observando su entorno — No los quiero ver sufrir ¿Por qué Juyeon sí querría esto? Que odie a ChanHee no justifica que tenga que hacerle daño a toda esta gente — a medida que hablaba su mandíbula se iba tensando cada vez más, y sus palabras salían de entre sus dientes. Cólera.

El resto, tanto los Dioses como los tripulantes, quienes ya habían abandonado el barco en su totalidad, mantuvieron el silencio y sólo se limitaron a observar, también lo veían injusto.

— ¿Dónde estamos? — Pregunta Eric aún enojado.

— Es el territorio del viento, este lugar debería estar custodiado por el Dios ChangMin — Responde una de las chicas de Eric — Lo más probable, es que lo hayan derrotado.

Nuevamente el lugar es invadido por el silencio, de solo pensar en el hecho de que hayan perdido a un Dios una oleada de escalofríos los invadía inmediatamente.

El Dios del viento yacía sobre una cama, mantenía un sueño profundo, a su lado se encontraba el Dios del rayo, Jacob, quien lo cuidaba  de cualquier ataque o cualquier ser que desee dañarlo

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El Dios del viento yacía sobre una cama, mantenía un sueño profundo, a su lado se encontraba el Dios del rayo, Jacob, quien lo cuidaba  de cualquier ataque o cualquier ser que desee dañarlo. Changmin dormía plácidamente, o al menos eso parecía; sus labios se encontraban entreabierta, sus pestañas reposaban en sus párpados inferiores y su respiración pareciese ser norma, pero su ceño... su ceño estaba ligeramente fruncido, como si reflejara una preocupación inconciente.

El Dios Changmin nunca fue de aquellos que se lanzarán a las batallas solo para divertirse o por venganza, era todo lo contrario, evitaba a toda costa enfrentarse a alguien, eso sí, nunca  faltaba a su deber. Es por eso que a Jacob le resultó extraño el hecho de que su compañero intentara enfrentarse a Juyeon, sin haberlo anunciado previamente, él nunca fue de batallar solo. Quizás en sus pensamientos estaba el sacrificarse y arrebatarle alguno de los cristales, porque todos han sido consciente  de que solos nunca podrían acabar con alguien cuyo poder sea poseer ambas rocas celestiales, tal y como era el caso de Juyeon, y Changmin no era la excepción.

A este punto Jacob se encontraba perdido en sus pensamientos, mientras miraba un punto fijo de algún lugar en la habitación. Y en un descuido, un ruido lo sacó de sus pensamientos. Se trataba de la piel del Dios del rayo, esta se estaba endureciendo pata luego tomar un color muy uniforme, no sé distinguía las marcas ni las arrugar,  y por si fuera poco de su mejilla surgió una grieta. Lo que le había pasado a Haknyeonse estaba repitiendo.

-No...¡NO!- Exclama Jacob alertado, sin poder hacer nada, solo observar como su amigo se iba a una larga hibernación.


THE GODz   ͟͟͞͞➳ The BoyzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora