Possessed - Bucky Barnes x OC. Traducción

Parte 27

El fin de semana de la Gala llegó en un abrir y cerrar de ojos. Maggie había pasado las dos últimas semanas trabajando horas extras para el próximo evento de la galería a finales de mes. Tuvo que suplicar literalmente de rodillas para conseguir el fin de semana libre. August aceptó la derrota y a regañadientes, la sacó de la agenda.

Como estaba trabajando tanto, no tuvo tiempo de comprarse un vestido. Había pasado por un puñado de boutiques locales en sus descansos, pero nada le llamaba la atención. Llevaba toda la semana quejándose de ello a James. La ansiedad ya la corroía al pensar en lo elegante que debía ser el evento, pero sin saber siquiera qué debía llevar, era prácticamente debilitante.

Subió a duras penas las escaleras del metro para dirigirse a su casa. Cuando entró, Natasha estaba en la mesa de la cocina, haciéndola retroceder sorprendida. "Dios mío, Nat. Me has asustado". Apoyó la mano sobre su pecho, para calmar sus acelerados latidos.

"Lo siento, nena."

"No, no, estoy feliz de que estés aquí. En realidad iba a llamarte para ver si querías ir de compras. Necesito ayuda para encontrar un vestido". Maggie dejó las llaves en la encimera, llenando un vaso de agua del grifo para ella.

Desde que se habían reconciliado, las cosas habían vuelto a la normalidad entre ellas. Casi mejor, sin el pesado secreto que se cernía sobre la cabeza de Natasha.

"Sé que lo sabes. De hecho, por eso estoy aquí". Se rió. "James me pidió que te llevara de compras, ya que está ocupado. Dijo que te has estado quejando de ello toda la semana".

Maggie frunció el ceño.

"Bueno, no ha dicho eso. Estoy parafraseando". Se encogió de hombros, haciendo reír a Maggie. "Entonces, vamos".

Un conductor vino a recogerlas justo cuando salían del edificio en un gran todoterreno negro. La puntualidad y el excelente servicio dejaron muy claro que James tenía sus manos en la planificación de la tarde que les esperaba.

Atravesó la ciudad y se detuvo en la calle 57. La familiar hilera de boutiques de diseño que Maggie había visitado con James se extendía ante ellos. Natasha enarcó las cejas y bajó del coche. Fendi, Dior, Chanel, Miu Miu, Saint Laurent y Louis Vuitton. Todos les esperaban con sus escaparates iluminados.

Entraron primero en Dior y el recuerdo de la última vez que estuvo allí hizo que Maggie se sonrojara. Más aún cuando vio que la misma asociada de antes estaba detrás del mostrador saludándola por su nombre. "Me alegro de verla de nuevo, señora Barnes".

Maggie abrió la boca para corregirla, pero Natasha le lanzó una mirada que le hizo cerrar la boca. Siendo prácticamente capaces de leer la mente de la otra, se dio cuenta de que quería que la acompañara. "Yo también me alegro de verte".

"Ya he sacado una selección de vestidos para ti. Si no te importa esperar en nuestros salones aquí, iré a buscarlos".

Maggie tenía una expresión confusa, pero se sentó en el borde del cómodo asiento. Natasha se dejó caer en el mullido asiento, con una sonrisa de felicidad. "Nat, ¿por qué querías que mintiera?" Susurró.

Suspiró y rebuscó en su bolso Gucci, uno de los muchos regalos de Steve. "Esto", sacó su mano, sosteniendo una elegante tarjeta negra entre sus dedos, extendiéndola hacia Maggie, "es por eso".

Ella la miró con desconcierto, pero la cogió. La sostuvo en la mano y la reconoció al instante. "James Buchanan Barnes" estaba grabado en la parte inferior de la tarjeta negra mate con pulcras letras plateadas. "¿De dónde has sacado esto?"

"Me lo dio él. Es obvio. Va a pagar todo hoy y me dijo que te dijera... que no te detuvieras". Se rió para sí misma. "Además, ya ha llamado antes a las tiendas y ha aprobado que lo uses. Dijo que eras su esposa, para que no lo cuestionaran".